En la Conferencia Internacional sobre la vivienda de 1996 estará también el AVSI. Los programas de urbanización de las favelas brasileñas, un ejemplo de laboriosidad que hay que imitar. Entre tanto, en Belo Horizonte, una convención sobre la «ciudad informal»
Vancouver 1976 - Estambul 1996. Después de veinte años, las Naciones Unidas propondrán, desde el 3 al 14 de Junio del 96, la segunda edición de la Conferencia Internacional sobre la vivienda en nuestro planeta, «Habitat II». Este hecho tiene una importancia enorme si se considera que en los últimos decenios se ha podido constatar un verdadero desconcierto en el ámbito demográfico, urbanístico y ecológico, que ha configurado de forma nueva la tipología de los asentamientos humanos, y con ellos, la calidad de la vida de la población mundial.
Ante todo se observa una tendencia a la concentración demográfica en el sur del globo. Las previsiones para el año 2000 estiman que la mitad de la población mundial vivirá y trabajará en grandes metrópolis. Diez de cada doce ciudades estarán localizadas en el hemisferio Sur y la mitad de ellas en América Latina. Ciudad de México cuenta ya con 25 millones de habitantes.
La concentración urbana en la mayoría de las ciudades latinoamericanas produce un nivel tal de contaminación atmosférica que se podrían definir como “verdaderas cámaras de gas”, a lo que hay que añadir las condiciones de insalubridad, degradación ambiental y carencia -en los límites de lo decente- de servicios de primera necesidad, como saneamientos, luz, agua y asistencia sanitaria.
Esta situación de degradación ha sido constantemente denunciada por la Iglesia católica, sobre todo teniendo en cuenta que la “casa” constituye un derecho inalienable del hombre. Con ocasión del «Año Internacional de la vivienda para los “sin techo”», en 1987, Juan Pablo II defendió con fuerza el valor de la vivienda, «condición necesaria para que el hombre pueda venir al mundo y crecer; para que pueda trabajar, educar y ser educado, para que los hombres puedan construir esta unión más profunda y fundamental que se llama “familia”».
La Conferencia «Habitat II», organizada en Estambul por las Naciones Unidas, tiene como horizonte promover nuevas políticas y estrategias para la gestión de las aglomeraciones urbanas, con el fin de alcanzar el objetivo de una vivienda digna para todos. Llevará a escena, además de las más recientes investigaciones, algunas experiencias ejemplares de intervenciones resolutivas del problema de la vivienda. Entre las mejores proyectos seleccionados por «Habitat II», será presentado el programa «Alvorada», un plan de intervención «integrado» para la recuperación urbanística y social de áreas degradadas en la región metropolitana de Belo Horizonte, en Brasil. Promovido y realizado por la Asociación de Voluntarios para el Servicio Internacional (AVSI), «Alvorada» ejemplifica una modalidad eficaz de acercamiento al problema de los asentamientos urbanos “de riesgo”, como las favelas. Esto ha permitido al AVSI estar acreditada como una de las principales ONG (organización no gubernamental) que participarán en la Conferencia de Estambul del 96.
Además, se ha producido un reconocimiento oficial de los programas AVSI para la recuperación socio-urbanística de áreas marginales, dado el patrocinio que ha ofrecido el organismo de las Naciones Unidas para los asentamientos humanos -UNCHS (Habitat)- en el Convenio Internacional «Los retos de la ciudad informal», promovido por el AVSI y celebrado en Belo Horizonte del 11 al 15 de septiembre pasado. En este convenio han participado, además de expertos y académicos, representantes de organismos internacionales, entre los que se encontraban Habitat, UNDP, UNICEF, Banca Mundial y BID (Banco Interamericano de Desarrollo).
El mismo documento preparatorio de «Habitat II» admitirá oficialmente los resultados y las experiencias surgidas del Convenio de Belo Horizonte, recogidas en un documento conclusivo. Tal documento señala un verdadero cambio respeto al modo con el que la política oficial ha concebido, durante años, la manera de afrontar el problema de la urbanización desordenada y clandestina. Los primeros implicados son los Municipios, que «deben ser formados para afrontar las grandes cuestiones del desarrollo urbano, asumiendo un papel propositivo y de promoción del desarrollo». Pongamos el caso de las favelas en Brasil: durante mucho tiempo la práctica efectiva consistía en echar a los favelados, tirando sus casuchas en las que no obstante habitan, con el resultado de acrecentar el número de los “sin-techo”. El Convenio promovido por el AVSI, sin embargo, ha presentado una nueva modalidad de intervención para el desarrollo urbano: integrar la ciudad “informal” o clandestina en la ciudad “oficial”, de tal modo que la primera se convierta en parte indisociable de la segunda, y pueda tener derecho, por tanto, a los servicios urbanos más elementales .
En los programas de integración de la ciudad informal, tiene una importancia primordial la así llamada regularización territorial, entendida como reconocimiento del derecho que tienen los ocupantes a la posesión de la tierra, hasta llegar a la adquisición de la propiedad. Otro de los aspectos fundamentales destacados en el Convenio es el reconocimiento de la importancia que tienen nuevos agentes, como las ONG, para lograr el éxito en la integración de la “ciudad informal”, puesto que hacen posible la colaboración entre las instituciones y las asociaciones populares, y proponen metodologías y tecnologías de intervención. Confirmando esto, Robert Daughters, del RID, ha declarado: «Durante este seminario me ha impresionado la madurez de gestión de proyectos y la capacidad de análisis de problemas por parte de ONGs como el AVSI. Los entes financiadores deben empezar a diversificar los interlocutores, creando más competitividad entre el sector público y las capacidades demostradas por el privado».
Los numerosos programas realizados por el AVSI en distintas ciudades latino-americanas han aportado una ayuda que cada vez más es reconocida por las autoridades públicas, entre ellas el Ministerio de Asuntos Exteriores italiano. El embajador de Italia en Brasil, Oliviero Rossi, en su intervención en el Convenio, ha afirmado: «El proyecto “Alvorada”, realizado gracias a la estrecha colaboración italo-brasileña, ha sido considerado por el comité organizador de la Conferencia Habitat II como uno de los experimentos de intervención con mayor éxito [...] Querría aprovechar esta ocasión -ha concluido- para expresar al Presidente del AVSI y a los responsables del proyecto mi más vivo aprecio».
Walter Maffenini, profesor de Demografía y Estadística de la Universidad de Milán, consultor de AVSI y Presidente del comité científico del proyecto “Alvorada”, comenta, impresionado él mismo, lo que está sucediendo: «Es algo que entra en la categoría de milagro, en el sentido amplio del término, porque partiendo de la certeza de que la posición católica es la posición más razonable para afrontar las necesidades, nuestras y de los otros, nace una capacidad de construcción enorme, de profesionalidad activa y útil para el mundo -que además es la misma idea de la Compañía de las Obras-, dentro de un sector específico como el de la cooperación al desarrollo».
Un premio para los Michelini
Anna y Livio Michelini partieron en 1984 hacia Belo Horizonte como voluntarios dentro de un proyecto del Avsi de ayuda al desarrollo, en la actualidad están comprometidos en la realización de otro proyecto en Salvador de Bahía en favor de los habitantes de los palafitos de Novos Alagados.
En los últimos ocho años han sido realizadas, gracias a su trabajo y al de amigos y colaboradores, intervenciones aproximadamente en veinte favelas, donde habitan más de cien mil personas, obteniendo la modificación de la legislación vigente, reconociendo a los favelados el derecho a la propiedad de los terrenos ocupados y mejorando las condiciones urbanísticas y sanitarias.
Por este trabajo el matrimonio Michelini ha sido galardonado, el pasado 5 de Junio, con el premio “Global 500”, instituido por el UNEP (Programa de las Naciones Unidas para el ambiente). El premio ha sido concedido en Pretoria (Sudáfrica), con ocasión de la Jornada Mundial del Ambiente, por el Director del UNEP. E. Dowdeswell, quien dirigió estas palabras: «Los individuos y las organizaciones que entran a formar parte de la prestigiosa lista de premiados del “Global ‘500”, cada uno en modo propio y distinto, han influido en el destino de la vida sobre la tierra, como miembros activos y participantes de la comunidad. Rindiéndoles homenaje, el Programa de la Naciones Unidas para el Ambiente busca inspiración en sus extraordinarias realizaciones».
(Traducido por Ángel López)
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