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Huellas N.05, Mayo 1998

PORTADA

Libres en una amistad

Cristina López Schilchting

Creo que fueron ellos los que nos hicieron caer en la cuenta de qué es el Happening. Solitarios y subidos a lo alto del estrado, presentando los actos ante doscientas personas. A la izquierda, David Bravo, estudiante de Biología, sin excelentes dotes de comunicador. A la derecha, Dani Gerez, más bien taciturno y atento al panorama. Ellos dos, con unos cuantos amigos -como hace dos mil años-, rodeados de estudiantes estrafalarios de melena larga, explicándoles el sentido de la libertad y afirmando que la satisfacción plena de los deseos del corazón coincide con la persona de Cristo. Más de uno de nosotros pensó aquella mañana: «Yo soy de esos dos tipos». Entre los miles de personas que otra vez han visitado el Happening en la Universidad Complutense de Madrid, en medio de los conciertos ruidosos, las mesas redondas, los concursos y campeonatos, resultaba evidente que pertenecíamos a la misma experiencia humana

Llamamos Happening -ese horrible anglicismo- a la semana cultural con que la Asociación Universitaria Atlántida, nacida de la amistad entre algunos de nosotros, se propone en medio de la Universidad Complutense, la mayor de Madrid, desde hace nueve años. La envergadura del encuentro sorprende a más de uno: este año la gran carpa abarcaba mil doscientos metros cuadrados y en el concierto más nutrido (el de “Los Petersellers”, tan de moda en España) podía haber más de cuatro mil personas.
El título de esta convocatoria era una frase de Miguel de Cervantes: «La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos». Una hermosa forma de indicar el valor de la libertad y de subrayarla, además, en el contexto de una relación ejemplar: la del ingenioso hidalgo castellano y su escudero Sancho.
La mañana del martes 28 de mayo, el presidente de Atlántida, David, y el coordinador del Happening, Dani Gerez, se pusieron en camino como los dos héroes de Cervantes. Algunas de las cosas que dijeron en aquella presentación fueron tan graciosas e ideales como la lucha de Don Quijote contra los molinos de viento. Pero todo se salvaba un instante después: «Anoche, al pasar por el Happening y ver las carpas iluminando la oscuridad, con la gente trabajando a las tres de la madrugada, me dije a mí mismo: o están locos, o han encontrado algo muy grande».

En medio del mundo
Desde luego, no hablaban de un sueño. Anunciaban, con una libertad casi insultante, la existencia de la libertad. Y el testimonio más grande de que no mentían eran ellos mismos, diciendo esas cosas en medio de una Universidad dominada por la mentalidad más convencionalmente secularizada, indiferente a los deseos que mueven a los jóvenes a afrontar su realidad cotidiana.
Esta audacia del Happening con respecto a su entorno se le quedó grabada a más de uno de nuestros asombrados visitantes que, después de recorrer la bellísima exposición, cuajada de pinturas del sediento Van Gogh (“¡Luz, más luz!”) y de relatos de experiencias vividas, entraban en la carpa y se topaban con una multitud de miradas y un gran bullicio. Entre los más queridos, nos visitó monseñor Rouco Varela, cardenal arzobispo de Madrid, que se paseó por los stands rodeado de quienes se preguntaban qué hacía un obispo allí y, lo que es más grave, qué es un obispo en el siglo XX. Les chocaba su saludo cordial y su atención paterna.
Para poder “despegar” el martes, la gran mayoría de los universitarios que prepara el Happening trabajó toda una noche de frío. Algo difícil de entender y que el periódico “Happenews” explicaba así: «Levantando esta carpa construimos nuestra casa y nuestra amistad». Para Paquita, de la comisión de prensa, pequeña y habladora, la cosa estaba más clara que el agua. Estudiantes zarrapastrosos entraban en el gabinete de comunicación pidiendo a gritos “priba” (alcohol) y ella los alineaba y les explicaba: «Tranquilos, aquí lo que hay son papeletas para la rifa final, con la que financiamos parte de los actos». Naturalmente, acababan comprando.

El cuarto poder y el cine
La naturalidad ha sido el denominador común de los universitarios. Almudena iba en un autobús hacia el Paraninfo cuando escuchó al conductor hablando en voz alta con un conocido: «¿Estos? Son como el Opus, pero en italiano. A mí no gustaban nada: no veas la pasta que manejan (el Happening se financia fundamentalmente a través de patrocinadores costosamente reunidos). No sé de dónde la sacan, pero manejan cantidad». Nuestra amiga se detuvo un instante antes de bajarse en su parada: «Oye -le digo- yo soy del Happening, puedes pasar a verme cuando quieras y te explico quiénes somos, por qué trabajamos y de dónde sacamos el dinero».
Entre nuestros visitantes más populares estuvieron este año la periodista Isabel San Sebastián, que intervino en la mesa sobre “El cuarto poder y la libertad de la persona”, el director de cine Ricardo Franco, y el doctor José Mendoza, jefe de Rehabilitación del Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo, un agnóstico contrario a la eutanasia. La San Sebastián quiso salir corriendo tras el encuentro, pero Richi le robó tres minutos para enseñarle la exposición: «Así que por esto decís las cosas que decís... - comentó después - muchas gracias por invitarme».
Algo parecido a la conmovida despedida de Ricardo Franco que, cojo y con problemas de vista, tuvo que subirse al altísimo estrado aupado por dos chicos del servicio de orden: «Ahora sí que os conozco». Y después guardó silencio. A monseñor Rouco lo despidió Dani: «En nombre de todos los miembros de CL, quisiera decirle, señor cardenal, que por amor a Cristo y al mundo, estamos a su disposición para lo que necesite, para servir a la Iglesia».

«Nadie me había tratado así»
En la exposición se registraron quizá los momentos más emocionantes de este Happening. Iván, de una asociación universitaria de izquierdas, la recorrió discutiendo cada uno de los paneles. Al final, sin embargo, afirmaba: «He de reconocer que nunca se me había hablado del Misterio como algo liberador... Nadie me había tratado como vosotros».
La víspera de la clausura de los actos, unos cuantos cenamos con el padre Marco Bonazza, amigo y discípulo de Madre Teresa de Calcuta. Como dijo Javier Restán, coordinador de la última mesa del viernes día 1 (día del trabajo), «nosotros celebramos esta fiesta hablando de la caridad». «La caridad - dijo Marco- nace de la experiencia de ser amado». Y no nos conmovió menos porque “Los Petersellers” sonasen estruendosamente, a menos de quince metros del comedor donde intentábamos entendernos a gritos.
Fue Teresa Suárez, médico de familia, quien explicó, en ese mismo encuentro final, la razón de ser del Happening. El motivo por el que los camareros, los de la exposición, los del bar, los de prensa, limpieza, orden,... David o Dani han trabajado estos días: «La caridad es ayudar a descubrir el significado de las cosas que tenemos delante».
Por un amor verdadero y concreto se genera una capacidad de trabajo, es decir, la capacidad de construir algo humano. Y todo esto por el simple agradecimiento a una “compañía” que, llevando en sí el significado de la vida, nos ha hecho libres. Nos hace libres.


¡Don Quijote vive!
En nuestros tiempos grises y homologados, el encuentro con una figura cierta y rica de provocación ideal

Bajo la blanca carpa aparecida cual molino de viento en la Universidad Complutense retumba una voz clara (seguida de una infatigable y perfecta traducción al castellano) que con ímpetu apasionado habla de libertad. Es don Fabio Baroncini. “Autonomía’' y “opción” son los disfraces que ocultan hoy la conciencia de lo que es ser libres, empujando a los adolescentes que se enfrentan a la vida a atrincherarse en el reducto de la moda, imágenes y pensamiento “único”. Las raíces de la moderna mentalidad “acristiana” se encuentran en Kant y Nietzsche. Según ella, el hombre sena libre, bien guardando su pretendida autonomía, bien teniendo ante sí un sinfín de posibilidades de elección.
Pero el genio de Eliot ya advertía el drama, porque «el género humano no puede soportar demasiada realidad» (escuchándole, nos venía a la memoria alguna escena de la película “Mejor...imposible”, en la que un personaje exclamaba: «Creo que ha sido una dosis excesiva de realidad para un viernes por la noche»). Ni las infinitas posibilidades, ni la energía de la opción, ni nuestro afán de autonomía, nos permiten llevar a cabo una adecuada experiencia de libertad. La realidad excede siempre a nuestras capacidades. Calderón lo describió de manera sublime: «y, teniendo yo más vida, ¿tengo menos libertad?».
La experiencia dice que nos sentimos libres cuando una exigencia, una pregunta acuciante, una necesidad, encuentran una respuesta que nos abre el horizonte. Sólo entonces nos movemos con libertad en el camino que cada uno debemos recorrer, puesto que recibimos la vida en cada instante y hay que responder a ella para ir hacia nuestra plenitud.
El problema de nuestra libertad - frente a cualquier poder, dentro y fuera de nosotros - es la certeza de poder llegar a un cumplimiento total, a la conciencia del significado que la razón busca como el aire, psicológicamente a la felicidad, moralmente a la perfección. «¿De qué le sirve al hombre ganar el mundo entero si se pierde a sí mismo?», escuchó Francisco Javier de boca de Ignacio aquel día en París.
Para ser libres, lo único imprescindible para la razón es la certeza y para el deseo la amistad sincera con el ideal. La certeza que Peguy, como nosotros, alcanzó en ei misterio de la Encamación que continúa hasta ahora.
C. G.

N.B. La Asociación Univeritaria Atlántida publicará en breve el texto de la conferencia de Fabio Baroncini.

«Al llegar por la mañana al Happening estos días, me daba cuenta de que entrar en la jornada con sencillez, esperando que se manifieste El que la habita, me vuelve disponible a las cosas sin cuestionar continuamente lo que se me presenta en cada momento».
Alvaro

«“Construyendo la catedral uno construye su propia casa" nos decíamos, y ahora, en la vida normal de todos los días, se comprueba entre nosotros una novedad. Hay un atisbo de autenticidad en las relaciones que no tiene precio, porque coincide con la certeza de una Presencia a la que poder decir “Tú"».
Ricardo

Monseñor Rouco llegó al Campus sobre las 13,30. No sabíamos que iba a venir. Con gran alegría, José Miguel le vio llegar junto al choffer. Le recibimos, visitó el Happening, saludó a muchos chicos y se interesó por las distintas iniciativas. Cristina,de 3 de medicina, le enseñó la exposición sobre la libertad. El cardenal siguió con interés el recorrido y en un momento dado Cristina, apretándole el brazo, le dijo: “Mi experiencia de libertad es la de adherirme a Cristo como a una presencia humana, de carne y hueso, como Usted”. En ese instante Monseñor Rouco pensaría ciertamente en el misterio de su paternidad y de su Ministerio».
María

«Al finalizar la fiesta el viernes por la noche, salimos todos de la carpa para ver los fuegos artificiales. Luego, nos reunimos unos cuantos y Dani dijo: “El Happening no acaba ahora. Nuestra vida entera es la obra de Otro. Mañana hay mucho que hacer. Nos vemos aquí a las 12 para la Misa”. Eran las dos de la madrugada y cantamos juntos Non nobis Domine: no podía expresarse mejor el cansancio y la satisfacción por el trabajo y la libertad de estos días».
Carlos

 
 

Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón

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