—RUSIA—
Una “casa” para la felicidad de todos
Me domina el deseo de ser, para todos los hombres que se cruzan en mi camino, lo que muchos han sido para mí: la mirada de Cristo que restaura, la mano que sostiene y reanima, el mar de su amor que anega la debilidad -nuestro ser hombres- en un abismo de ternura. Cuanto más se anular, psicológicamente las diferencias de tensión afectiva -siempre que el corazón se siente abrazado y elegido, reluce como lo único razonable en relación con los demás el deseo del don de sí-, tanto más se yergue el único lugar que genera continuamente la posibilidad de percibir este Sentir. Es una casa que de todo lo que sucede, hace tu casa, y no tengo miedo de perderme en los miles de riachuelos cuando la fuente brota perennemente. Querido don Giussani quisiera poder regar esta inmensa tierra con la frescura de la sonrisa de Jesús que siempre está junto a mí. Dar felicidad a cualquiera, como el niño en brazos de la madre cuando salen en autobús y todos se dan cuenta de una presencia: se pacifican e imperceptiblemente cambian. Siento que estoy en mi lugar y, perdona el atrevimiento, siento que puedo decir que, desde siempre y para siempre,Esta es mi tierra, ésta es mi gente, ésta mi tarea, mi vida y mi muerte. Y pensar que tú puedes alegrarte de esto redobla la energía y multiplica la alegría infantil del riesgo. Un abrazo.
Giovanni, Moscú
—ESTADOS UNIDOS—
Pertenencia que recrea
Querido monseñor Giussani: Cuando he llamado a Olivetta para leerle la nota que usted me ha escrito, me ha dicho que su “gracias” quería decirme que estoy en su corazón, que soy una de sus hijas. La misericordia y el amor de Cristo son tan sorprendentes que, a través de usted, El ha cerrado directamente mi herida más profunda, el haber sido abandonada por mi padre y mi consiguiente incapacidad para entablar relaciones. El que haya comenzado a aceptar esta pertenencia es un verdadero milagro, una cicatrización que esperaba desde hace años. Continúo profundamente tocada por esta conciencia, que se recrea cada día y que es el corazón del renacer de mi “yo”. No existen palabras que puedan expresar adecuadamente «Tú eres bienvenida» y «Gracias». Sin embargo, me arriesgo a ofrecerle estas palabras, como estoy aprendiendo a ofrecerme yo misma, esperando que Cristo, una vez más, transforme mi límite y transmita directamente a su corazón lo que ardientemente deseo expresar.
Michelle, New York
Los colegas de Damian
En la Universidad de Los Angeles (Ucla, la prestigiosa e importante universidad de California del Sur) se ha celebrado el primer encuentro público de presentación del libro El sentido religioso. Lo hemos llegado a cabo con una lectura-diálogo de las poesías de Leopardi. Han participado, inesperadamente, más de cuarenta personas de las cuales sólo conocíamos a una decena (normalmente en los encuentros que llevan a cabo los católicos en la universidad participan, como mucho, diez personas). La razón por la que hemos realizado este gesto ha sido el deseo de responder a la provocación de algunos amigos en particular colegas de Damian, que han quedado fascinados por poetas como Dante y Leopardi y por el deseo de verdad y de belleza última que les caracteriza. Por esto, la presentación, o mejor, el encuentro con Leopardi ha nacido del deseo de cada uno, junto a estos amigos nuestros, de tomar en serio lo que constituye nuestro corazón. Tras el encuentro, fuimos a tomar una pizza con algunos colegas de Damian y con una chica que hace poco tiempo que viene a Escuela de Comunidad. Mientras comíamos se repetía constantemente la pregunta: «Pero, vosotros, cómo sois tan amigos?». Esta chica empezó a hablar del encuentro con nosotros y de don Giussani como si le conociera de toda la vida, como si hubiese hablado con él, igual que se habla y se lleva en el corazón al amigo más querido, como el único amigo que ha tomado en serio su destino. Dos de los presentes, con los ojos abiertos de par en par, nos han preguntado: «¿Podemos ir con vosotros?»
Guido, Los Angeles
—ESPAÑA—
Volver a la Universidad
Momentos antes de despedirnos tras la Escuela de Comunidad de los universitarios llegó una sorpresa inesperada: dos tartas repletas de velas que mis amigos me habían traído para festejar mi cumpleaños... ¡La verdad es que me quedé impresionada! Eran al menos 13 las velas de más desde que dejé la Universidad Católica de Milán en 1985, para casarme con Diego y, posteriormente, trasladarnos a Cataluña. Mis años de estudio fueron decisivos para mí, me llenaron de pasión por la realidad y por mi vida. Y ahora “A mitad del camino de mi vida...”, como dice nuestro padre Dante, me encuentro otra vez en la Universidad, sin ser estudiante ni profesora. Al comienzo de este año me pidieron qué acompañara a un grupo de universitarios y bachilleres, ayudándoles con los cantos. Dije enseguida que sí, un poco emocionada al recordar los viejos tiempos. Han ido pasando los meses y con la ayuda de muchos amigos hemos ido descubriendo la belleza de la morada que habitamos. Cristo ha roto barreras de edad y circunstancias, así que yo, ya madre de cuatro hijos, quizás no conozca la música preferida de los jóvenes de hoy, pero me encuentro unida a ellos porque caminamos en la misma dirección. Así surge la amistad, compartiendo concretamente lo que da sentido a la vida. En Navidad organizamos las Tiendas para recoger fondos a favor del CESAL, vamos juntos a la caritativa al Cottolengo, hemos pedido un aula para nuestra Asociación Universitaria y -quizás esto es lo más bonito que ha ocurrido- hemos colgado nuestro primer cartel en la facultad para decir a todos que “La permanencia de la libertad está en el acontecimiento de un encuentro”. Estoy llena de agradecimiento y deseo seguir apagando velas de cumpleaños con un gusto por la vida cada vez más verdadero.
Silvia, San Cugat
Gracias
Recibí esta carta de mi amigo, el padre Leonardo Grasso, de Venezuela, con motivo de la muerte de nuestro Arzobispo de Buenos Aires. Expresa lo que sentimos nosotros, la comunidad de CL de Argentina, por nuestro Pastor recientemente desaparecido.
Querido Sergio: Gracias por tus noticias con relación a Mons. Quarracino. El mismo sábado por la mañana nos enteramos de la noticia de su fallecimiento. Estamos llenos de agradecimiento al Señor porque nuestra historia ha estado marcada siempre por su paterna y total atención: desde el momento en que aceptó ordenarme sacerdote, para después compartir con el movimiento la decisión respecto al lugar al cual destinarme. Encontrar personas que aman tanto a Cristo, presente en este pueblo viviente que es la Iglesia, se vuelve para nosotros un reclamo a centrar afectiva y operativa-mente nuestra vida en ese unum necessarium en el cual nada se pierde, por el que nada es inútil y todo camina hacia su fin. El, que ahora participa de la plenitud de lo que se nos dio por gracia encontrar, acompañe nuestros pasos y pida a Cristo para que «lleve a término la obra que empezó en nosotros». El que con el sacramento del Orden me consagró ahora está en la presencia del Sacerdote Eterno. Sostenga nuestra vocación y nuestra misión por la gloria humana de Cristo en el mundo.
Leonardo Grasso, Mérida
Un “ángel”
Querido don Giussani: Le escribo para contarle la experiencia más grande de mi vida desde que encontré el movimiento hace cinco años. Conocí a Carlitos cuando él había enfermado de leucemia. Era primo de una chica del CLU. Con 22 años y una prometedora carrera de Arquitectura, su vida dio un vuelco cuando supo que estaba enfermo. Desde ese momento, Carlitos, que no sabía rezar, comenzó a rodearse de gente del movimiento que iban con frecuencia a verlo. Se hicieron muchas cosas para tratar de mejorar su estado pero todo parecía infructuoso. Regresó del hospital sin posibilidad alguna, pero con una mirada y una sonrisa que nunca podré olvidar. Comencé a frecuentar su casa junto con el Padre Agostino y otros amigos. El no entendía por qué nosotros, que éramos unos “extraños”, íbamos a verlo y sus compañeros de la Universidad sólo iban si les quedaba algún hueco libre. Un día le escribí el Ángelus en una hoja de cuaderno para que lo rezáramos juntos y para que lo rezara cuando estuviera solo. Yo marché a las vacaciones de jóvenes trabajadores y, cuando partí, él tenía una reliquia de san Ricardo Pampuri que el Padre Agostino le había regalado. La apretaba siempre entre sus manos. Al día siguiente de volver de las vacaciones, Carlitos había empeorado mucho. Estuvimos junto a él todo el día y vino un sacerdote a darle la extremaunción. Cuando llegó, Carlitos repetía: «Amén, amén, amén». Hacía tiempo que había dicho «sí» al designio misterioso del Padre. No solté su manos hasta que dejó de respirar. Pusimos el Ángelus que le había escrito y la reliquia de san Ricardo en su corazón y cruzamos sus brazos abrazando ambas cosas. Como hace 2000 años Magdalena lloraba al Cristo sufriente, nosotras llorábamos sobre el cuerpo de este “ángel” que el misterio nos envió para que nuestra vida ya nunca fuera la misma.
Roxana, Concepción
Salero desde Francia
Queridos amigos: Hace ya cuatro meses que vine a Aix-en Provence, en pleno corazón de la Provenza, al sur de Francia, para trabajar durante un año en un centro de investigación de estudios nucleares. Recuerdo que tenía en mi habitación la revista en cuya portada ponía “Todo es para algo positivo” y, si bien la posibilidad de investigar en un centro de renombre internacional y de aprender una lengua, se presentaban como oportunidades únicas, ante un cambio de estas características, esta frase me suponía un gran desafío. El hecho de vivir sola, de estar en un trabajo nuevo, con tareas nuevas, ¡con idioma nuevo!, me ha hecho descubrir de una manera apasionante el “yo”, el valor de la persona. Porque unas circunstancias así son de una gran objetividad: o es en ellas donde todos tus deseos son satisfechos, donde tu vida se realiza, donde te sientes querida, o haces la maleta y te vuelves a casa. Todo se llena de momentos en los que Otro se manifiesta y que te hacen decir: «Creo que no podría vivir ni un sólo día en el que no le escuchara hablar». De modo que el que todo sea positivo no es que todo vaya sobre ruedas y no tengas problemas, sino que todas las circunstancias nos las da el Señor, las piensa y las "selecciona" para nosotros, para mostrarnos su amor, cien, mil veces más de lo que habríamos pensado a priori.
Mercedes, Aix-en Provence
Idioma y más
La semana pasada asistí a un curso que prometía ser muy interesante. Estaba dirigido a directores de academias de idiomas y su objetivo era el de instruirnos en los avances de nuevas tecnologías relacionadas con la educación, con el fin de aumentar el número de estudiantes en nuestros respectivos centros. Pero pronto llegó la decepción, ya que quedó claro desde el principio que nadie quería “mojarse”, ni tan siquiera los ponentes, por lo que podría llamarse “el síndrome de la competencia”. El ultimo día, una de las participantes, preguntó en qué medida Internet podía ser bueno para su negocio, pero su pregunta fue eludida por todos. Al ver que nadie contestaba por miedo a “descubrir” a la competencia posibles secretos del éxito de su empresa, me enfadé por-que me daba cuenta de la necesidad que esta persona tenía, y por ello empecé a contarle cómo nuestra escuela se beneficia de su uso. Mientras les explicaba nuestra manera de funcionar, ellos no sabían que les estaba hablando de cómo trabaja una persona que vive conmigo en una casa de Memores Domini; no sabían que allí aprendo a mirar a cada uno por un valor que está por encima de todo; no sabían que vivo mi trabajo con la certeza de que Otro me acompaña cotidianamente. Sin embargo, en el aperitivo de final de curso muchos me expresaron toda su curiosidad. Ahora he vuelto a mi escuela y me he puesto delante sus tar-jetas de visita para no olvidarme de pedir por ellos.
Eva, Madrid
Un lugar donde está presente todo el mundo
He ido junto con mi casa de Memores Domini a pasar unos días de vacaciones al mar. Una amiga mía ha venido con nosotras. Han sido unas vacaciones sencillas: pasear, descansar, leer, ir a misa, comer, jugar al “Trivial” o ver una película por la noche. Pienso que no se podría hacer algo más normal. Un día, hablando con mi amiga durante un paseo, me ha dicho: «¿Sabes? Estoy realmente impresionada por estar aquí, porque todo el mundo cuando se va de vacaciones, incluida yo misma, parece que quisiera huir de la vida, parece buscar un lugar donde refugiarse del mundo; sin embargo, aquí con vosotras no es así. Más bien me parece que todo el mundo está presente. Por ejemplo, a mi familia la siento como si estuviera presente». Sólo cuando ella me ha dicho esto me he dado cuenta de que la alegría que sentía en estos días de vacaciones era una gracia.
Sofía, Lisboa
El ángel Gabriel
Hace unos meses la prensa de toda Italia se hacía eco de la noticia de que una madre esperaba un niño sin cerebro, a pesar de ¡o cual deseaba continuar con su embarazo. El niño nació y se llamó Gabriel. Publicamos a continuación una carta que han escrito a la madre de Gabriel que nos muestra cómo todo es para la conversión personal y cualquier cosa que sucede nos interroga.
Somos un grupo de mujeres y madres pertenecientes a la Fraternidad de Comunión y Liberación. Le escribimos con absoluto respeto hacia su dolor, inmenso en el misterioso designio de Dios tan incomprensible a nuestros ojos. Queremos darle las gracias por el don que nos ha regalado, que es Gabriel. No es un símbolo, ni el motivo para reavivar el discurso sobre el aborto. Es un niño querido por Dios tal como es, llamado enseguida a su destino. Le damos las gracias porque a través de él se nos ha replanteado la cuestión real de la vida, que es comprender que todo es de Dios. Como dice don Giussani, Cristo no nos explica las vicisitudes de la vida, pero las acompaña. Esta carta quiere ser un pequeño signo de este Cristo que vosotros y nosotros vivimos, porque en la Iglesia todo toca a todos. La recordamos a usted y a su familia en nuestras oraciones, y pedimos por nuestra conversión por la intercesión de Gabriel.
Laura, María, Stefania, Aurora, Anua, Elena, Tiziana, Alessandra, Liliana, Valentina, Alessandra, Susanna, Lucía, Antonella
Terremoto
Hacer la mili en Cesi
Por fin me he decidido a escribiros para haceros partícipes de lo que vuestros trabajadores (“operatori”) han llevado a cabo en favor de la población en la zona afectada por el terremoto. Durante el periodo que estuve allí, desplazado con un destacamento militar en Cesi (Macerata), he tenido la oportunidad, junto a otros de mis colegas de la mili, de conocer vuestros grupos de trabajo. En un ambiente como el nuestro, donde se trabaja en uniforme, esos trabajadores han abierto un diálogo con nosotros sobre problemas difíciles de vivir, desarrollando en la situación de emergencia una actividad estricta-mente manual. Esta realidad nueva nos ha ayu-dado en la obra que teníamos que realizar. Con el paso del tiempo, pude tener contactos más cercanos, llegando a conocer por qué ellos estaban allí. Es raro hoy día encontrarse con personas que consigan dejar una impronta indeleble en este desierto de indiferencia.
N.B.: Espero no haber errado llamando a estas personas “operatori”; en cualquier caso, han llevado a cabo una obra egregia.
Bobbi, Cesi
Compañeros de camino
Queridos amigos:
El recuerdo del tiempo pasado en Italia aún está vivo. Lo que más me ha llamado la atención es la vida de tantas familias amigas. Estamos confiados los unos a los otros (casados y consagrados) en la pertenencia al mismo Cuerpo. Comenzar de nuevo el trabajo no ha sido difícil: simplemente saludándoles, los chicos de la calle y los de la prisión con los que trabajo te ponen rápidamente en movimiento, como si nunca te hubieras ido. Las preocupaciones más graves nacen de los chicos que están enfermos. David, que está medio paralizado a causa de una puñalada en la espalda, está volviendo lentamente a ponerse de pie; algunos chicos de la prisión tienen tuberculosis y les estamos curando en la prisión o en el hospital. Alguno, desgraciadamente, deberá resignarse a lo peor: el Sida le conducirá a la estación final de su joven vida. A nosotros sólo nos queda el acompañarles. Los hechos bonitos tampoco faltan. Algunos han obtenido un diploma estando dentro de la prisión. Desde hace un año y medio nos estamos esforzando para encontrarles un puesto de trabajo. A muchos, después de tantos años de vida en la calle, les surge pujante una pregunta: ¿qué sentido tiene esta vida en la que no estoy maquinando nada? A través de lo que dicen y de lo que hacen, estos chicos se condenan a menudo a una espera impotente. La nuestra es una presencia, una escucha, una compañía para la vida. Y es precisamente en esta compañía como poco a poco crece la confianza y, al recuperar un cierto amor a la vida, alguno piensa más seriamente en volver a su familia o hacerse el carnet de identidad para poder aprender un oficio. Actualmente una veintena de chicos trabaja en diversas obras públicas; una decena están aprendiendo mecánica, carpintería y electrónica; por otro lado, estamos arreglando una zona que será destinada a aparcamiento nocturno, con un servicio de lavado de coches. A los educado-res y a quien hace la caritativa con nosotros les digo siempre que no somos trabajadores sociales, sino amigos que han tenido la Gracia de un encuentro que ha dado sentido a la vida. La experiencia de estos años nos dice que no hay otro camino que el comprometerse en una amistad, seguir los rostros concretos (padre Marco, Solange, Benoit,...) para poder reencontrar las huellas del propio rostro humano.
Padre Maurizio, Yaounde
El sentido religioso ecuménico
Querido don Giussani:
Quería agradecerte la belleza que Dios ha manifestado en estos días a través de tu carisma. . Se ha hecho tan evidente una pasión y una inteligencia para que Jesús pueda ser cada vez más conocido en esta tierra...su gloria, pero a través de nuestros rostros,...¡de qué modo está presente! Me parece que poco a poco estoy comprendiendo que no hay ninguna separación entre lo que se me pide hacer (estudio, la vida en casa, las múltiples iniciativas del movimiento) y Jesús...asumir el riesgo de encontrarlo dentro de las cosas concretas de la jornada y las caras que me han sido dadas. Esto es a menudo dramático para mí ¡pero tiene toda la fascinación y la paz de una aventura humana! Desde mediados de enero comenzaré a leer en mi universidad (que se caracteriza por un ambiente muyliberal y donde no hay católicos...o casi) El sentido religioso con dos amigas que he conocido en un curso, una es musulmana y la otra budista.
Silvia, Rockville
Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón