VOLVÍAN MUY CONTENTOS DE LOS EJERCICIOS…
1 Llevo año y medio participando en la vida del movimiento y el curso anterior observé que mis amigos regresaron muy alegres de los Ejercicios. Yo no acudí porque me habían operado de una rodilla y, además, soy médico y no me considero dueño de mi tiempo porque, en ocasiones, surgen emergencias a las que tengo que atender. Este año decidí inscribirme pensando que, si tenía trabajo, solo cancelaría el viaje. Puse todo en manos de Dios y, afortunadamente, se pospuso una cirugía que estaba programada para ese sábado. Se atrasó mi vuelo y no pude llegar a la misa. Estaba molesto conmigo porque no me quería perder ninguna de las actividades. Durante esos días me surgieron varias preguntas. ¿Quién o qué me motiva a asistir con mayor frecuencia a misa? ¿Por qué pude rezar el rosario todos los días de mayo, a pesar de no hacerlo desde que tenía 10 años de edad? ¿Por qué no me quiero perder los encuentros semanales en la Escuela de comunidad? ¿Por qué cada vez me siento más atraído y participo más en los gestos donde se me educa, por ejemplo, la presentación de la biografía de don Giussani, la peregrinación, compartir las revistas o la caritativa en Casa Nicolás? ¿Por qué me inscribí a los Ejercicios sabiendo que podía peligrar mi asistencia? Al llegar pensé que me recibirían con un escrito donde se me especificara lo que iba a hacer, las reglas en ese lugar, las personas que me acompañarían, así como que tendría a alguien que me explicaría lo que iba sucediendo. En un principio me decepcioné porque, al no ser así, me sentí solo, algo triste, sin saber cómo ni con quién conducirme. Sin embargo, me daba cuenta que no me quería perder lo que decía Julián Carrón, me pasé todo el tiempo escribiendo, noté que muchos solo escuchaban, otros se paraban o dormitaban, pero yo he aprendido que necesito escribir para estar más atento, para después leer, reafirmar lo escuchado y aprendérmelo más fácil. Viví intensamente estos Ejercicios, en ocasiones se me saltaban las lágrimas. La primera noche solo dormí como dos horas, no podía conciliar el sueño con todo lo sucedido, mucha emoción, mucha angustia al reconocer mi pequeñez, mi fragilidad humana, mi distanciamiento de Cristo durante tanto tiempo, mi ignorancia al no saber orar en silencio, al no estar tan consciente de lo acontecido en mi vida. Pude descansar cuando por fin logré ponerme en sus manos, le pedí que se hiciera su voluntad, frente a la imagen de la Virgen de Guadalupe. Recé de manera diferente el rosario del siguiente día. Todo empezó a aclararse, me sentí más acompañado por Otro a través de mis amigos o de personas que no conocía, muy acogido, sentí su Presencia, dándome cuenta que él siempre ha estado allí, esperándome con su gran misericordia. Puedo decir que cambió mi manera de comprender lo que vivo, siendo cada vez más yo mismo: la realidad se hizo evidente en mi experiencia y en cada gesto experimento algo que genera un movimiento dentro de mí. Cada vez me siento más cautivado, porque soy más consciente de lo que me sucede, porque aceptando los desafíos que se me presentan, descubro esa relación con el Misterio que me regala una sensación de plenitud.
Redy, Monterrey (México)
UN ATRACTIVO PARA LA SOBRINA Y LA TÍA
Una religiosa hizo llegar esta carta a una amiga de la comunidad de Monterrey. La publicamos con autorización de ambas.
1 Muy querida amiga: Te envío estas líneas para pedirte una fuerte oración por una intención muy importante. Se trata del contacto de mi sobrina con Comunión y Liberación en EEUU. Ya está casi a punto de hacerse. Esta tía ha insistido, por supuesto. Me comuniqué primero con las direcciones que me enviaste, de ahí me enviaron a otras, luego a otras y, por fin, mi sobrina les escribió para pedirles su ubicación y el tipo de “actividades” en las que ella podría estar involucrada. Pues todavía no sabe nada, pero ya irá conociendo y espero que caiga redondita, como muchos cuyos testimonios he leído y me han cautivado. Pídele al Espíritu Santo en su Novena que lleguen a conocerse y quererse mi sobrina y las personas de CL, ¿sí? Tengo un presentimiento de que será algo que a ella le cambiará la vida. ¿Ves lo importante que es para mí? Yo, si no fuera religiosa (…) me gustaría ser memor Domini. ¡A tal grado me gusta su espiritualidad!, que tiene mucho de la mía, pues somos del mismo Padre. ¿Cómo te ha ido en tu trabajo? Espero que muy bien. Cuéntame un poquito qué estás haciendo. Y pide también por esta monja, que a veces anda arrastrando la cobija, ¡yo creo que por el calor bochornoso que se nos ha venido encima!
Carta firmada
NO QUIERO RESISTIRME A LA BELLEZA
1 Hace pocos días se nos invitó a una nueva caritativa en un hospital. Estoy cursando las prácticas finales de la carrera de Medicina y, desde el primer momento, sentí una correspondencia ante la propuesta de una caritativa de este tipo. Mi primera inquietud fue percibir una oportunidad, ya que en la facultad nos enseñan sobre enfermedades, pero no hay “ninguna técnica” para mirar mejor a los ojos, o apretar con más significado y sensatez la mano de un enfermo, ni tampoco se nos habla de una retribución por parte de quien sufre una dolencia, sino una asistencia unilateral a la que debemos responder. Tenía que trabajar, pero luego de repensarlo, decidí dar el sí a esta propuesta, dejé lo que estaba haciendo y me tomé el colectivo. Fueron varias situaciones las que me sorprendieron, pero hubo una experiencia en particular que me interpeló y tocó mi corazón. Además de estudiar, trabajo restaurando antigüedades, y hace algún tiempo había visto en Facebook que a Marcelo, el dueño de un anticuario local, al que suelo seguir, se le había enfermado seriamente su hijo y no daban con un diagnóstico. Durante varios días él compartía en la red la evolución de su hijo, que yo seguía con cierta atención. Pasaron los días y yo necesitaba conseguir un objeto en particular para restaurar y vender, y decidí consultar a varios vendedores. En esa cadena de comerciantes estaba este hombre, y de manera mecánica le pregunte a él también, copiando y pegando el mensaje, si tenía lo que buscaba. A las horas de hacerlo me di cuenta de que no le había preguntado por su hijo, y me consolé creyendo que al menos estaba interesado en comprarle algo, que con eso bastaría... Pero no me alcanzaba, me sentía “en deuda” con aquel episodio que no había perdido de vista, pero por el cual tampoco había hecho nada. Volviendo a la caritativa, estábamos recorriendo las salas del servicio de la Clínica Médica, luego de conversar y compartir un momento con varios enfermos, veo en el fondo de una habitación un rostro que me era familiar. Era Marcelo, junto a su hijo Pedro. Entramos y enseguida me presente ante él comentándole quién era, y él con mucha cordialidad y confianza se acordó de mi nombre y me contó cómo seguía su hijo. También me enteré que Pedro es hipoacúsico, así que no hubo nada que pudiera decirle, pero sí pude tomar su mano y la de Marcelo. Aquí viene lo importante: no quiero resistirme a la belleza que Otro me propone en la realidad concreta. Cada una de estas palabras tuvo su correspondencia real. La belleza de tener el corazón lleno al visitar, sin haberlo planificado ni querido, a Marcelo y a su hijo con el que me sentía en deuda; el experimentar un corazón libre, donde se juntan la vocación por la medicina y la retribución de un rostro, una sonrisa, un apretón de manos, un encuentro; un corazón que se hace libre respondiendo a la necesidad del otro, transmitiendo la esperanza de un Cristo vivo y presente al que estamos llamados a encontrar. Él me abrazó primero a través de Marcelo y Pedro, por eso yo pude abrazarlos a ellos.
Charly, Santa Fe (Argentina)
¿SE PUEDE JUZGAR ASÍ?
1 Hoy, 5 de julio, se celebra el día de la independencia en Venezuela, se celebra la libertad y la soberanía. Hoy el parlamento de mi país fue atacado por delincuentes. Hubo un asedio que duró más de 10 horas, frente a la mirada pasiva de la guardia nacional. Cinco diputados terminaron en el hospital, las paredes del palacio legislativo quedaron manchadas de sangre. Es especialmente doloroso asistir a esta degeneración. Ver que en un día que se supone que hay que celebrar, parece que solo hay razones para la tristeza, para el lamento. Esta realidad negativa ¿puede encerrar algún estímulo positivo para nosotros, los venezolanos? También hoy, Don Giussani viene en nuestro auxilio: «Un acontecimiento doloroso, la muerte de una persona, la enfermedad de un familiar, un despido, requieren de nosotros, de cada uno de nosotros, que recupere lo que es verdadero. Es una provocación que nos llama a recuperar lo que es definitivamente verdadero para nuestro corazón» y que, por tanto, permanece aun dentro de la adversidad y de la violencia del momento. Lo que ocurrió hoy en la asamblea nacional puede generar en nosotros rabia, ira e indignación. Es legítimo. Pero también nos puede ayudar a preguntarnos qué es lo verdadero para nuestro corazón, si existe algo en nuestra vida que nos permita estar ante todo el dolor que sentimos frente a la injusticia, si tenemos la posibilidad de relacionarnos con algo que pueda detener el absurdo en Venezuela. En definitiva, si hay algo que vence al mal y sobre lo que podamos volver a construir sin desfallecer. Los días siguen pasando, ya son casi 100 y el gobierno no hace más que recrudecer su violencia. Ya son casi 100 las víctimas mortales en estos 100 días y la cosa no parece mejorar en el corto plazo. Aumentan la desesperanza y las razones para la tristeza. La situación es terrible, inhumana. Muchos huyen del país, las familias están separándose, hay gente que fallece porque no hay medicinas, los niños mueren porque no hay comida, la gente busca comida en la basura. Pero esta situación paradójica, contradictoria y extrema no puede sofocar la libertad personal, impedir que nos interroguemos sobre qué es lo que puede salvarnos, si hay algo que puede dar un sentido incluso a este triste sinsentido.
Carta firmada
UNA ESCUELA DE VERDAD
1 Desde hace ya tiempo he estado viviendo de modo que las cosas me sobrepasaban, respondiendo como buenamente podía a las circunstancias, al final con la sensación de que vas en una piragua bajando unos rápidos y vas esquivando las rocas con mejor o peor suerte, pero más o menos saliendo adelante. El tema es que al final, en el fondo de mi ser sentía una insatisfacción e iba a la Escuela de comunidad y no estaba del todo contenta, no me bastaba tampoco para afrontar la vida adecuadamente. Por ello llamé a mi amigo Pepe y estuve hablando con él y le planteé esto mismo. Le decía: «Tengo un gran deseo de vivir bien, de ser feliz, pero al final la Escuela no me ayuda, y sobre todo es que no tengo ni tiempo para preparármela». Pepe me contestó: «No me creo que tengas ese deseo de vivir que dices si no te preparas la Escuela». A mí esto me sentó muy mal, porque pensé: «Este no sabe todo lo que yo tengo que hacer en mi día a día: el trabajo, las comidas, cenas, la casa, mis hijos…». Así que le contesté: bueno, pues me prepararé la Escuela antes de irme a dormir, a lo que él me respondió: «Error de estrategia, no te puedes dejar algo tan importante para un momento en el que estás cansada, lo que tienes que hacer es tener una tensión continua por preparar Escuela, llevarte el libro a todos lados». Esto me sentó también bastante mal, porque no me pasaba la mano por el lomo diciendo pobrecita, sino que me estaba haciendo tomar posición, movilizarme. La cuestión es que esta conversación me desafió y pensé en tomarme en serio mi vida. Empecé a llevarme el libro al trabajo y quedarme 5-10 minutos en el coche antes de entrar y leerme el texto propuesto, llevarlo conmigo o tenerlo en el móvil para cualquier momento libre. La verdad es que este tomarme en serio la Escuela ha sido para mí un cambio impresionante. He empezado a ver qué tiene que ver lo que leo con mi vida, a reflexionar, a tomarme en serio las preguntas que nos hace Prades, a escribir lo que me suscitaba el texto. A raíz de esto he empezado a intervenir en los encuentros por una necesidad, una sensación de no poder guardarme estas cosas para mí y me ha hecho estar más contenta. Además, me ha ayudado a tomarme mucho más en serio todo lo que se nos propone. Me he dado cuenta que el seguir y ponerme en juego es fundamental. Por ejemplo cuando estábamos en los Ejercicios y Carrón estuvo hablando del fondo común, primero percibí que nos hablaba con cariño, como alguien que realmente nos quiere y nos hace una propuesta para que crezcamos. Así que primero averigüé en qué situación estaba mi aportación y luego decidí cuánto dinero quería dar. No quiero que se pierda ni un solo minuto de mi vida y pido al Señor que me muestre su Rostro.
Carta firmada
ESCUELA DE COMUNIDAD
TRES AMIGOS EN UN BAR…
Querido Julián, fui a tu Escuela de comunidad con mis amigos Mónica y Osvaldo. A la salida, fuimos a tomar una cerveza y mientras no podíamos dejar de comentar lo que habíamos escuchado, comparándolo con nuestra vida. Comentamos lo que más nos había llamado la atención. ¿Sigue interesándonos la salvación? ¿Sigue apremiándonos la alegría y dónde la experimentamos? Reconocer a Cristo no es complicado, es sencillo. ¿Cuándo nos hemos sorprendido reconociéndole? ¿Cómo son nuestras relaciones? Cuando la amistad es un fin en sí misma acaba adormeciéndonos; en cambio, debe despertar el deseo, esa hambre y sed de la que nos hablas, esa pobreza del Papa Francisco que abre al modo en que el Señor sale al encuentro. De vuelta a casa, en el coche, me llega un mensaje de Mónica: «Donde dos o tres se reúnen en mi nombre, ahí estoy Yo. Cristo está vivo y presente incluso delante de una cerveza, tanto que el barman me dice: “Perdona, os vi charlar tan apasionadamente y escuché el nombre de Cristo y no era una blasfemia. ¿Soy cristianos? ¿Y cristianos verdaderamente apasionados?”. Solo le contesté que sí». ¡Qué belleza adquiere la vida vivida así! Un desconocido manifiesta sin saberlo el sentido de nuestra amistad.
Donatella
BANCO FARMACÉUTICO
EL “SÌ” DE AGNESE
Querido Julián: El 28 de mayo inauguramos la sede de la asociación “Banco farmacéutico Milano ONLUS” dedicada a Agnese Longoni, una amiga nuestra que el pasado 29 de diciembre volvió a la casa del Padre. En esta ocasión nos hemos planteado cómo seguir con esta iniciativa, más allá de la jornada anual de recogida de medicamentos. Como deseaba Agnese, pensamos en dilatar este gesto de caridad en una iniciativa a lo largo del año, mediante la recogida de fármacos en las 10 farmacias de la Brianza y en las 70 de Milán con las que ya hay una relación estable de estima y confianza. Hicimos nuestras las palabras del Papa Francisco: «Compasión no es simplemente sentir piedad. ¡Es más! Significa “padecer con”, es decir, compenetrarse en el sufrimiento del otro, al punto de tomarlo sobre sí. Así es Jesús, sufre junto a nosotros, sufre con nosotros, sufre por nosotros. Y el signo de esta compasión son las muchas sanaciones que realizó. Jesús nos enseña a anteponer las necesidades de los pobres a las nuestras. Nuestras exigencias, aunque legítimas, nunca serán tan urgentes como las de los pobres, que carecen de lo necesario para vivir. Nosotros hablamos seguido de los pobres, pero cuando hablamos de los pobres, ¿oímos que aquel hombre, aquella mujer, aquellos niños no tienen lo necesario para vivir? ¿Que no tienen para comer, no tienen para vestirse, no tienen la posibilidad de medicinas?». Para responder a las necesidades que iban surgiendo hemos creado esta asociación que, entre otras cosas, nos ha permitido conocer la belleza de la Iglesia en sus diversos carismas. Hemos querido dedicar la sede a Agnese que nos dio un ejemplo inolvidable con su sí incondicional. Durante estos meses, su ausencia ha sido una presencia constante en nuestra vida y en nuestro trabajo, para aprender también nosotros a entregar la vida a Cristo. Estamos agradecidos por poder comprobar que «la fe nos permite estar ante los necesitados sin huir, pero también sin la pretensión de ser nosotros los que resolvemos sus problemas. Esto nos convierte en protagonistas de la revolución de la ternura y del amor», como nos escribiste en tu mensaje para la inauguración.
Gli amici dell’Associazione
Banco farmaceutico Milano Onlus
EN CLASE
UN “CONCENTRADO” DE VIDA
Este curso pasé de dar clase en un colegio concertado a uno estatal. Me asignaron muchas horas a disposición para suplir a otros profesores o para desempeñar tareas de lo más variado. Todo ha ido in crescendo: clases con otros profesores, proyectos musicales, clases en una cárcel… En fin, la sorpresa de una belleza continua delante de mí y de una iniciativa sorprendente, por mi carácter, con el gusto de ser protagonista en mi ambiente de trabajo. Al finalizar el curso, recibo un correo de un estudiante, bastante silencioso, que curiosamente me da las gracias por el tiempo pasado con él dentro y fuera de la clase, haciendo un elenco muy detallado de los momentos en los que, en la relación conmigo, experimentó un crecimiento. Lo que me dejó atónita es que su correo me devolvió un curso entero de hechos y de iniciativas, casi un “concentrado” de lo bueno y lo bello que he recibido en los años anteriores. Y todo tiene su origen en el encuentro con Jesucristo, tan fascinante que ha cambiado y salvado mi vida. No pude por menos que invitar a este estudiante a las vacaciones de bachilleres, ¿cómo podía negarle la posibilidad de gustar el verdadero origen de lo que él ha visto?
Pietro, Buccinasco (Milán)
Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón