Aziz Hasanovic explica por qué el islam en Croacia está bien integrado. Y cuál es el verdadero enemigo a batir
En el Meeting se le ha llamado “modelo Croacia” y es un caso objeto de estudio para los que buscan soluciones pacíficas ante el crecimiento de las comunidades musulmanas en Europa. «Nadie ha dejado nuestro país para ir a combatir con el Isis». Bastaría esta afirmación de Aziz Hasanovic, Gran Muftí de Croacia, para comprender el alcance de su propuesta en Rímini. Hasanovic es un hombre manso, con las ideas muy claras. Su interés por la paz y el diálogo no es una pose políticamente correcta. Originario de Srebrenica, en 1995 perdió a 36 familiares en la masacre convertida en símbolo de la guerra en Bosnia-Herzegovina. Wael Farouq le invitó a Rímini porque reconoce en él a una de las autoridades islámicas más interesantes y abiertas hoy en Europa.
¿Qué tiene Croacia de distinto de otros países europeos?
Hace cien años el Estado croata reconoció el islam como religión oficial y estableció con claridad cuáles son los derechos y los deberes de los ciudadanos musulmanes. El Gobierno permite la práctica de nuestro credo pero, a la vez, nos exige la responsabilidad de controlar que la práctica religiosa se desarrolle de un modo conforme a la ley. Lo que nos distingue de muchos países europeos es que aquí existe una sola comunidad islámica y por tanto nuestra representación frente al Estado es única.
¿Qué función tiene el muftí?
Es el responsable de la comunidad musulmana y el referente único frente al Estado. Su tarea, por ejemplo, es la de reconocer a los imanes autorizados y habilitar a los profesores de islam en las escuelas estatales. Imanes y profesores deben difundir el verdadero islam, que es una religión de paz y tolerancia. Esto ha garantizado el hecho de que en Croacia no haya fundamentalistas. Podemos hablar de convivencia e integración porque en nuestro país ya existe. No hablamos de un ideal abstracto, hablamos de una realidad concreta.
¿Cuál es el secreto?
La educación. Nuestro peor enemigo es la ignorancia.
Entonces no es solo una cuestión de organización institucional, mucho depende de quién y cómo se enseña el Corán.
El Corán nos lo ha enviado Dios. A nosotros nos toca estudiarlo y entender cómo adaptarlo al tiempo en que vivimos.
¿Qué impresión le ha causado el Meeting?
En Rímini uno se encuentra como Dios quiere que los hombres se encuentren. El lema del Meeting, “Tú eres un bien para mí”, encuentra un eco en los principios del islam. Ya el gran imán Al-Ghazali, en el siglo X, afirmaba que el musulmán debe ser tolerante y pensar primero en el otro y después en sí mismo. Siempre debemos sacar provecho de la relación con el prójimo, pues podría tener alguna virtud de la que aprender. Por eso debemos respetarlo: el otro es nuestro hermano.
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