Desde un encuentro en 1967 a la asociación dedicada a la histórica directora del pequeño coro de Bolonia y a los primeros trece pequeños alumnos
La libertad de educación cada vez está más amenazada en Italia: entre los crecientes prejuicios ideológicos y los recortes indiscriminados, muchos parecen resignarse a un estatalismo sofocante y gris. Sin embargo, hay quien no deja de luchar por una educación libre y paritaria, sobre todo en zonas donde la oferta formativa es totalmente monocorde. Un ejemplo para todos: la Asociación Amigos de Mariele, nacida en la provincia de Bolonia «para dar valor a la libertad de elección en la educación».
«¿Si no lo hago yo, que tengo cinco hijos, quién debería hacerlo? Con todo lo que he recibido es lo mínimo que puedo hacer». Valter Brugiolo, conocido como “Popoff” por el título de la canción que interpretó en Lo Zecchino d’Oro** de 1967, explica así el motivo que lo ha empujado, junto a otras familias, a dar vida a la asociación. Su agradecimiento por el encuentro de hace tantos años con Mariele Ventre, maestra de Lo Zecchino d’Oro, cuyo proceso de beatificación está en marcha. Para ella, educar era siempre la misión prioritaria: enseñaba a los niños a cantar y, además, a estar juntos, a aceptarse, a amar y seleccionaba cuidadosamente el texto de cada canción porque todo tenía que contribuir a educar.
Valter y sus amigos llevaban 20 años con el deseo de construir un colegio. Él y su mujer, Alessandra, ex maestra, implican en el proyecto a otras familias y otros educadores; piden ayuda a las parroquias e incluso al cardenal Caffarra. Uno de los sacerdotes pone a su disposición los locales para empezar la escuela; algunos los preparan, otros recuperan los materiales necesarios; se perfila el proyecto educativo y se ofrece a otras familias.
Así, en el pasado mes de septiembre, comienza un ciclo de primaria con 13 niños. En su blog (amicidimariele.blogspot.com) explican que «esperan que los padres asuman la responsabilidad de la educación de sus hijos, escogiendo o creando instituciones en las que se eduque a ser responsables y libres, y valiéndose de todas las posibilidades que ofrecen las leyes vigentes para dar a nuestros hijos una educación y una formación escolar acorde con nuestro concepto de educación, en una región donde, actualmente, no se puede elegir el centro escolar».
Tres son los ejes de esta escuela: una idea de la persona como algo único e irrepetible, el amor hacia la realidad y la certeza de que cada uno tiene un destino bueno. «No nos preocupa la crisis porque estamos convencidos de que, si conseguimos transmitir a los padres la bondad de nuestro proyecto, las familias estarán dispuestas a hacer cualquier sacrificio para invertir en la educación y formación de sus hijos». El asombro ante la realidad, empezando por la de tus hijos, el agradecimiento por todo lo bueno que has recibido en tu vida y el deseo de ofrecerlo también a otros, genera una capacidad de iniciativa, y ayuda a entender cómo la subsidiariedad y la educación son un binomio inseparable. Es una dinámica que, por suerte, o mejor, por la gracia de Dios, parece crecer en nuestro país.
*Presidente de la Fundación para la Subsidariedad
**Lo Zecchino d’Oro es un festival internacional de canción infantil, que se celebra anualmente en Italia, desde su primera edición en 1959 (ndt)
Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón