«No es un razonamiento abstracto lo que hace crecer, lo que ensancha la mente, sino encontrar un momento de humanidad verdadera, en el que se alcanza y se afirma la verdad. Es el cambio radical de método que determina el paso del sentido religioso a la fe: ya no es la búsqueda llena de incógnitas, sino la sorpresa de un hecho que ha acontecido en la historia de los hombres» (Los orígenes de la pretensión cristiana).
Esta frase de don Giussani, que publicamos en la portada de Huellas de octubre dedicada al discurso de Benedicto XVI en Ratisbona, resonó en varias Jornadas de apertura de curso de CL, en primer lugar en la de Milán, cuyo texto proponemos a todos en este número. También resonó en Nápoles, en un encuentro público en el Teatro Mediterráneo. A la mañana siguiente el diario principal de la ciudad, Il Mattino, aparecía con este titular: «Asumir el reto educativo para liberar Nápoles», respondiendo de alguna manera a los trágicos acontecimientos que han ensangrentado la ciudad en estos días. A las preguntas de los periodistas sobre cómo luchar en contra de la corrupción y la delincuencia juvenil, el paro y el fracaso escolar, se ofreció una misma respuesta: «Venid y lo veréis».
¿Por qué tanta gente acostumbrada a convivir con esa violencia que ha obligado a las autoridades a emplear el Ejército para devolver el orden a la ciudad se ha agolpado en un teatro para escuchar a un sacerdote español que les instaba a «vivir intensamente la realidad»? ¿Qué clase de intensidad es posible para personas carentes de seguridad en todos los ámbitos: escuela, casa, trabajo, convivencia social?
En la calle Castrucci 4/b desarrolla su actividad el Centro de Solidaridad de la Compañía de las Obras de la región de Campania, nacido por iniciativa de algunos amigos que no se detuvieron en análisis y denuncias, sino que empezaron a proponer a otros su experiencia, como una salida concreta para todos los que lo deseen.
Solo una experiencia real y presente puede encender la esperanza, implicar a las personas y acompañarlas en la asunción de su protagonismo incluso en las situaciones más difíciles; en definitiva, educar. En este Centro de Solidaridad en el corazón de Nápoles se comparten los problemas para compartir el sentido de la vida. No es un razonamiento abstracto ni un análisis lo que posibilita una creatividad social, sino la sorpresa de un hecho, porque la energía y el tesón necesarios para construir brotan solamente del haber visto en otros que es posible. Personas que no se resignan ante las dificultades suponen un “acontecimiento”, como diría Finkielcraut, o un “imprevisto”, como diría Montale.
Nápoles es un ejemplo de cómo tratamos de responder con la vida a la invitación de Benedicto XVI a ensanchar la razón: la vida cristiana consta de «momentos de humanidad verdadera, en los que se alcanza y se afirma la verdad», momentos que rompen los moldes estrechos de nuestra razón y la ensanchan.
«Hemos encontrado algo que nos llena la vida y lo queremos comunicar a quienes quieran escucharnos», resumió Julián Carrón en Nápoles el 27 de octubre ante una muchedumbre dispuesta a escuchar.
Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón