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Huellas N.8, Septiembre 2006

PRIMER PLANO

La experiencia del Misterio en la tradición rusa

Giovanna Parravicini

El padre Men’, que murió asesinado en 1990, solía repetir: «La razón es imagen y semejanza del Logos divino».
El recuerdo de su hermano. La contribución del pensamiento cristiano ruso


Una de las grandes figuras presentadas en el Meeting de este año es la del padre Aleksandr Men’. No es casual. Padre Aleksandr Men’, el sacerdote ortodoxo que pasará ciertamente a la historia como el apóstol de la Rusia del siglo XX, fue bárbaramente asesinado a manos de desconocidos en 1990 cuando la ideología luchaba desesperadamente para mantener el control del país. En años en los que la fe y la Iglesia fueron exiliadas rigurosamente de la sociedad, lo que fascinaba de él era su mirada fija en la Presencia viva que se encarna en lo real y sale al encuentro del hombre. Así lo ha recordado su hermano, Pavel, en el acto en su homenaje: «Había entendido que lo principal que el cristianismo transmite es la apertura al mundo. Quiso subrayar que Cristo se hizo pequeño para encontrar a la humanidad». A las nuevas generaciones soviéticas, adoctrinadas en la idea de que Cristo fue una de las muchas figuras mitológicas de la humanidad, el padre Aleksandr propuso un encuentro vivo con Jesús, valorando –en el surco de la tradición cristiana– la razón humana que tiende a su Arquetipo. Como escribió en 1971: «La razón del hombre es imagen y semejanza del Logos divino, y por ello la Iglesia, hablando de la encarnación de Dios, utiliza esta expresión: “Refulgió en el mundo la luz de la Razón”».

Método educativo
El padre Aleksandr y don Giussani no se conocieron personalmente. Sin embargo, miles de personas que acudieron a la exposición y participaron en la presentación de la misma, atestiguaron la afinidad de experiencia y método educativo entre ambos. Yo misma escuché varias veces a don Giussani recordar esta frase del padre Aleksandr: «El punto de fuerza del cristianismo reside justamente en no negar nada, sino por el contrario en la oferta, la amplitud y la plenitud de un horizonte que lo afirma todo». El cristianismo oriental, el ruso en particular, se caracteriza, en efecto, por esta percepción viva del Misterio, que sale al encuentro del hombre en cada cosa para darle razón de todo sin censurar u olvidar nada, como en la belleza de la liturgia, basta pensar en los jóvenes que recitaban poesías en la plaza Majakovskij. El padre Aleksandr es de alguna manera el punto culminante del redescubrimiento del cristianismo iniciado en Rusia hace dos siglos, casi en paralelo con la variante de Ilustración atea que Pedro el Grande y Catalina II introdujeron en la cultura oficial con puño de hierro.

Las «cuestiones malditas»
La mesa redonda que el Meeting ha querido dedicar a «Fe y a razón en el cristianismo ruso» es fruto del deseo de testimoniar esta tradición, es decir, el drama vivido por la razón humana que para ser realmente ella misma no puede dejar de medirse con las «cuestiones malditas», esto es, llegar hasta el umbral del Misterio. En este sentido, como subrayaron los relatores (Sergej Èapnin, director del semanario del Patriarcado de Moscu, Aleksandr Archangel’skij, uno de los más conocidos conductores de talk-show televisivos y editorialista de Izvestija; el padre Georgij Rjabych, adjunto del metropolita Kirill) se certifica la contribución original del pensamiento cristiano ruso, y también la raíz común que anima desde lo hondo a las muchas tradiciones cristianas y permite el reconocimiento de la unidad como dato originario y fundamental. Una percepción del cristianismo que Dostoevskij expresó con agudeza en una frase largamente impugnada por los racionalistas occidentales: «Si me dijeran que la verdad está de una parte y Cristo de la otra, elegiría a Cristo». No por irracionalidad, sino por la conciencia clara que expresó san Agustín, según la cual la verdad puede ser siempre y solamente una Presencia viva, es decir, «vir aquí adest».

 
 

Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón

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