El Instituto religioso de las Hermanas de la Caridad de la Asunción fue erigido en 1993, con un Decreto pontificio, como Instituto autónomo separado del de las Hermanitas de la Asunción, Instituto en el que, desde los años sesenta, habían entrado muchas jóvenes procedentes de CL. A don Giussani le habían conmovido la sencillez y la caridad que esas hermanas vivían y había reconocido una sintonía con su modo de entender y de vivir la vida cristiana, de forma que había encaminado a esa experiencia las vocaciones más sensibles hacia el aspecto de la caridad que surgían en su movimiento. Las vicisitudes eclesiales del post-Concilio llevaron a una progresiva diferenciación, culminada en el nacimiento de una nueva familia religiosa, que ha encontrado en don Giussani la guía para vivir hoy el carisma del fundador, el padre Stefano Pernet, que vivió en Francia en el siglo XIX. Impresionado por la miseria material y moral en la que vivían las familias obreras y por su lejanía de la Iglesia, el padre Pernet dio vida a una obra en la que mujeres consagradas se ponían al servicio de la familia, compartiendo sus necesidades concretas a través del cuidado de los enfermos y del servicio doméstico, testimoniando así el amor de Cristo presente en la Iglesia y despertando de nuevo la fe por medio de la caridad. Se trataba desde el inicio de una obra apostólica, dirigida, como decía el fundador, a «volver a hacer un pueblo para Dios».
Las Hermanas de la Caridad de la Asunción continúan hoy la misma misión, teniendo en cuenta los cambios de la sociedad. Esto hace que a menudo resulte necesario insertarse, con su fisonomía propia, en las redes de servicios de las administraciones locales. Su obra está dirigida a la familia, mediante un trabajo a domicilio de asistencia a los enfermos, a los niños con dificultades, a los ancianos, teniendo siempre presente la dignidad de la persona, que es digna de estima por el mero hecho de existir. De ahí nace la aventura fascinante del compartir, en la que el hombre es valorado porque es querido y amado por Cristo, y su historia tiene un sentido porque tiene un destino de esperanza. El Instituto está constituido en la actualidad por un centenar de hermanas. El itinerario de formación, dentro de la fidelidad a las características propias de la vida religiosa, sigue de cerca, como método y contenido, el de los Memores Domini, reconociendo en ellos la riqueza que el carisma de don Giussani ofrece para la explicitación de la experiencia de virginidad. Las hermanas están presentes en Milán, Turín, Trieste, Roma, Nápoles y Córdoba (España).
Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón