IMPRIME [-] CERRAR [x]

ECUADOR

El cambio que celebramos

30/04/2013 - CESAL
Un momento del acto inaugural.
Un momento del acto inaugural.

Experiencia de desarrollo urbano integral y sostenible. Así nos gusta llamarla porque en ella reconocemos lo sucedido en estos años a través de nuestro trabajo en la provincia de Manabí, parroquia Picoazá, en Ecuador. "Nuestro", es decir, de las personas que formamos CESAL y de todos sus socios locales, de las instituciones públicas locales y gubernamentales, de la comunidad organizada y de las familias que la componen. Y todo este trabajo de desarrollo urbano lo hemos venido impulsando desde el año 2008 beneficiando a más de30.000 personas.
El jueves 11 de abril celebramos la inauguración de las obras de la Fase 2 del Reasentamiento María de la Asunción y el Parque de Recreación Loma del Calvario. Cuando uno llega al reasentamiento y le reciben con dignidad y alegría las personas de la directiva del barrio que, de momento, acoge a 97 familias que antes vivían en situación de riesgo, no es capaz de imaginar cuáles eran las condiciones de vulnerabilidad y la concepción que estas personas tenían de sí mismas hace tan sólo cinco años. Si después uno visita la Loma del Calvario de donde proceden, no alcanzaría tampoco a imaginar hasta qué niveles llegaba la degradación del espacio físico que habitaban y el daño medioambiental que esto ocasionaba para la parroquia urbana de Picoazá.
Pero allí nos dimos cita todos los que llevamos en la memoria este pasado inmediato que hemos contribuido a mejorar, para celebrar un cambio. Representantes de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), del Gobierno Autónomo descentralizado de Portoviejo, del Ministerio de Desarrollo Urbano y de Vivienda de Ecuador, del Ministerio de Salud, autoridades locales, instituciones privadas, constructores y familias de Picoazá.
Pero ¿cuál es el cambio que celebramos?
Lo diferente no eran las viviendas que antes no tenían luz y ventilación y ahora cuentan con espacios suficientes y saludables; no son las estructuras seguras que pueden resistir mejor los reveses de la naturaleza; no son los espacios públicos donde favorecer el esparcimiento de la comunidad, que antes no existían. Ni siquiera es el agua entubada y el alcantarillado - bienes tan preciados- o el resto de servicios básicos con los que ahora sí cuentan las familias. Lo distinto, no ha sido tampoco la novedad de ejecutar todas estas actividades en el marco de una planificación territorial realizada junto a la comunidad organizada, la administración local y el Ministerio de Vivienda, para garantizar el orden del crecimiento de los futuros asentamientos humanos de la parroquia.
El cambio que en el fondo celebrábamos es que ahora existen personas que desean vivir mejor e instituciones públicas que desean seguir comprometidas en dar continuidad con sus políticas públicas y con líneas de acción complementarias a las acciones de la mejora de la calidad de vida de la Parroquia de Picoazá. Su presencia nos desafía a entender qué es acompañar a otros para crecer, para aprender, sin sustituir la libertad y la responsabilidad de cada uno.
Con nuestra intervención cambiará el imaginario de las próximas generaciones de Picoazá. Pero lo mejor; la chispa del deseo, que es el inicio del desarrollo. Personas de la comunidad y de las instituciones públicas que, alentados por la memoria de lo sucedido, tendrán ocasión de protagonizar su desarrollo futuro.