IMPRIME [-] CERRAR [x]

Huellas N.8, Septiembre 2004

CULTURA Meeting 2004

¿De dónde viene la vida y la unidad del Meeting de Rímini?

Juan A. Martínez Camino

Agradezco mucho a mis amigos de Comunión y Liberación la oportunidad que me han brindado de hacer una experiencia muy interesante invitándome a viajar a Italia este verano para conocer el Meeting de Rímini.
El recinto ferial de la ciudad de veraneo del Adriático, con sus pabellones gigantes y al mismo tiempo acogedores y bien articulados, gracias a una feliz arquitectura muy reciente, se mostraba como el marco ideal para acoger una variedad verdaderamente ferial de acontecimientos. Desde los platos fuertes de una apretada oferta en paralelo de mesas redondas sobre temas de gran interés y actualidad, hasta las exposiciones y los espectáculos artísticos de alto nivel; sin olvidar el bazar colorido y permanente de los stands de múltiples y muy diversas iniciativas pastorales, económicas, comunitarias, turísticas, litúrgicas, solidarias y –los días son largos– gastronómicas.
Era inevitable la pregunta: ¿a quién se le ha ocurrido esto? O mejor: ¿qué es lo que ha permitido mantener en vida y en unión durante veinticinco años esta abigarrada muestra en la que se dan la mano, en conjunto tal vez sin parangón, cardenales y divos del canto, sacerdotes y periodistas, políticos y artistas, jóvenes voluntarios, profesionales del marketing y expertos y personalidades de las más diversas proveniencias geográficas e ideológicas?
El Meeting de Rímini me pareció como una parábola de una humanidad unida en su diversidad, a veces desconcertante y hasta contradictoria; unida desde un lugar que, necesariamente, habrá de hallarse, a un tiempo, en su interior y más allá de ella misma. La presencia del Infinito en lo finito sería, en último término, el poder capaz de algo así. Pero he aquí que esta presencia es algo más que un mero deseo o que una bella hipótesis. Porque existe un pueblo, el nuevo Pueblo de Dios, que ha sido reconstruido y convocado precisamente por esa presencia en el Espíritu de Jesucristo crucificado y glorificado. El Meeting se muestra, sin duda, como una realización concreta en el seno del Pueblo de Dios. Gracias a sus iniciadores y conductores. Que la parábola se diga más veces y se multiplique.