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Huellas N.7, Julio/Agosto 2004

CL Exposición en Barcelona

El protagonismo social de las personas

Pablo Portabella

La primera quincena de junio, por iniciativa de la Associació Cultural Charles Péguy de Barcelona, se ha podido ver en el Centro Comercial L’illa Diagonal la exposición « En los orígenes de la Unión Europea: Robert Schuman y Jean Monnet» presentada en el encuentromadrid 2003. La iniciativa, de hondo calado cultural, ha dado a conocer una historia de protagonismo personal y social que hoy en Barcelona sigue creando lazos y cultura

Participando en el encuentromadrid 2003, yo también me quedé profundamente impresionado por la exposición acerca de los orígenes de Europa, vistos y contados a través de los ojos y las palabras de sus dos protagonistas.
Fue una ocasión fascinante para adentrarse en la historia europea de los años 50 y descubrir la humanidad de dos hombres que hicieron posible la unidad entre países que salían muy enfrentados de la tragedia de la guerra.
Fascinante fue también conocer a personas que han hecho suya esta historia política porque comparten con los fundadores de Europa la búsqueda de la paz, movida por unas conciencias libres y guiadas por un profundo amor al hombre y por la búsqueda del bien común.

Una gran oportunidad
El pasado septiembre, en la reunión de preparación de curso del Associació Cultural Charles Péguy, Diego y yo pensamos en la posibilidad de traer a Barcelona la exposición de los orígenes la Unión Europea. El desafío era grande, ya que nuestra intención era llevarlo a un lugar público donde la gente de la calle pudiera tener la posibilidad de ver, leer o escuchar esta gran historia.
Después de conseguir que L’illa Diagonal, uno de los mejores centros comerciales de Barcelona, aceptase hospedar «una exposición cultural durante unas semanas muy europeas» y de resolver con nuestros amigos de Universitas las cuestiones técnicas del montaje, nos pusimos a pensar cómo podíamos aprovechar esta oportunidad para que fuese una ocasión para todos nosotros y para los visitantes del centro comercial para identificarse con la obra de construcción europea y el método seguido por los padres fundadores para llevarla a cabo.

Los guías y Maite
La idea fue formar a voluntarios como guías para que enseñasen la exposición a colegios y a visitantes del centro comercial durante los quince días que estuviese expuesta. Con la ayuda de varios amigos y, en particular, de Marta Chevallard empezamos a implicar a los universitarios con un doble objetivo: por un lado, propiciar una experiencia que nos educara a “hacer juntos”, y, por otro, dar a conocer a través de un acto público un período clave de nuestra historia europea.
Como no podía ser de otra manera, la persona que tenía que formar a los guías fue Maite Barea, una de los autores de la exposición, y aunque al final tuvo que ser con una lección grabada en vídeo, resultó ser muy atractiva para todos nosotros. Volver a escuchar esta lección con la misma pasión de alguien que con sus mismas palabras «reconoce como un bien dejarse tocar por la humanidad cambiada de estos hombres» fue un verdadero acontecimiento.

La elipse montada dos veces
El montaje no estuvo exento de problemas, y es que el lugar donde se montó la exposición estaba parcialmente al aire libre. Al día siguiente de que los montadores “oficiales” venidos desde Madrid dejaran los tres cilindros perfectamente colocados, el viento tiró la elipse más grande. Era el lunes festivo después de Pentecostés; nos avisaron por la mañana los guardias de seguridad del centro comercial; la situación era caótica; todo estaba en el suelo y nos habíamos quedado sin los montadores profesionales. A las 12 de la noche, sin creérnoslo del todo la elipse volvía a estar montada en su sitio, eso sí, con algún refuerzo adicional para evitar de nuevo el colapso. Un colapso que, gracias a Dios, tuvo lugar sólo seis horas antes del desmontaje y que por lo tanto permitió que la exposición llenase durante doce días la plaza principal de L’illa.

Un entramado de relaciones
El día 1 de junio se inauguró la exposición con la presencia de Carles Gasóliba, ex diputado del Parlamento Europeo por Convergencia i Unió durante 18 años y reconocido europeísta, quien destacó en una conferencia en el auditorio de la FNAC aspectos interesantes de los protagonistas de la Europa moderna, resaltando la figura de Jean Monnet, de quien dijo ser el “padre” de los padres fundadores. A raíz del acto, surgió un interés reciproco por seguir la relación que quedó patente en una cena que compartimos con él, donde pudimos confrontar nuestra experiencia con la de un político cristiano.
Creo que la exposición ha sido una oportunidad para muchos de entusiarmarnos y entusiasmar con esta historia, no sólo a amigos y conocidos sino a gente de la calle y seguramente a más de uno de los más de 500 niños que visitaron la exposición con sus colegios. Schuman y Monnet ya no son unos desconocidos para nosotros. Me da la sensación de haberlos tenido durante dos semanas en el cuarto de invitados de nuestra casa. Mantengamos viva en la memoria esta experiencia para que siga dando frutos.