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Huellas N.10, Noviembre 2003

FICHA

Escuela de comunidad. Lo que se mueve es una presencia

Los factores constitutivos de la Escuela de comunidad. Al comienzo del curso proponemos de nuevo los apuntes de una conversación sobre el tema con don Giussani

la experiencia surge a partir de un encuentro con una realidad humana distinta. Una Escuela de comunidad que prescindiera de este punto se reduciría a ideología o abstracción. Durante la Escuela de comunidad ciertamente hay que hablar de la vida, pero a la luz de la experiencia nueva que se va conociendo. De lo contrario, se habla de la vida tan como uno la piensa, la siente, en términos de reacción inmediata, en cualquier caso según un criterio distinto de el de la pertenencia.
La Escuela de comunidad es el principal instrumento de la vida nueva, del modo nuevo de perseguir el objetivo de un yo nuevo.

EL QUE GUÍA
Todo depende de quien guía la Escuela de comunidad. Si quien guía es una presencia, entonces la inteligencia y el afecto se ven provocados de una manera distinta. Lo que es novedoso guía. Si, por el contrario, da una clase, no es una presencia, no mueve a nadie. Como máximo provoca una dialéctica, una discusión, unos pensamientos. Y al día siguiente, al levantarse por la mañana, todos esos pensamientos no tienen nada que ver con la existencia.
A. El síntoma de que la Escuela de comunidad está bien guiada es que uno sale distinto de cómo había entrado.
B. La Escuela de comunidad debe suponer un desarrollo del encuentro que hemos tenido:
en ella se resume, y continuamente se impulsa, toda la vida del movimiento.
C. Sin existencialidad (nexo entre la palabra y la realidad) no se puede hacer Escuela de comunidad: sólo en este caso expresa una experiencia. Si no nos aclara algo que tiene que cambiar y no nos despierta el deseo de que este cambio suceda, no llega a ser Escuela de comunidad.

¿CÓMO SE HACE ESCUELA DE COMUNIDAD?
Como una oración. Puesto que la Escuela de comunidad debe resumir el fenómeno mismo del movimiento y de su desarrollo, recordemos que no hay búsqueda de la verdad sobre nuestro Destino, sobre Dios, sin oración. Es necesario rezar, por tanto, al comienzo del encuentro. Hace falta rezar también durante el encuentro, como forma del alma de quien pregunta y de quien responde, como postura humilde, alegre y segura de lo que porta.
La oración se convierte también en descubrimiento de que necesitamos el sacramento, en el cual el acontecimiento inicial vuelve a hacerse presencia.

¿CÓMO SE DESARROLLA LA ESCUELA DE COMUNIDAD?
En primer lugar es una escuela: un lugar y un método para aprender. Aprender significa incrementar la conciencia de lo real.
Aprender implica comprender el texto y su significado, es decir, la relación que tiene con la realidad y las razones que sostienen dicha relación.
Es inevitable que para comprender haya que repetir (petere ad = tender a): aumentar la atención.
Repetir con atención equivale a ver.
¿Cuándo se comprende? Cuando se experimenta la correspondencia entre las palabras que se leen y se escuchan y lo que se vive.
De esta manera, la realidad, en la medida en que la abordamos, se convierte en epifanía de la conciencia de pertenencia.

CUATRO PUNTOS DE TRABAJO
I. Lectura inteligente del texto, atenta a la relación que establece con las cosas, a los juicios que provoca, a las razones que aporta.
II. Comunicación de la experiencia (todo puede tener que ver) comparándose con el texto.
III. Una cultura que se desarrolla. La fuente de motivaciones y criterios debe nacer desde dentro de la experiencia original y no debe venir de fuera. Se es tanto más geniales cuanto más se penetra en el acontecimiento que nos ha alcanzado, cuanto más se sigue.
IV. La síntesis del que guía: se transmite un ejemplo del desarrollo de la experiencia que quien guía ha tenido durante el acontecimiento de la Escuela de comunidad.

EL RESULTADO: EL DESEO DE COMUNICAR
De una Escuela de comunidad concebida y vivida así nace un deseo afectuoso de comunicar, según tres modalidades:
a. el testimonio y la misión;
b. la atención a las necesidades, una caridad que llega hasta la consistencia orgánica de las obras;
c. la cultura: el ímpetu afectivo por comunicar inspira fantasía, descubrimientos lógicos, crea formas de expresar ciertos juicios y todos los instrumentos necesarios a tal fin.