Apuntes de la intervención de don Giussani al final del Consejo internacional de CL.
La Thuile, 21 de agosto
Simplemente quería pediros que tengáis la caridad de rezar a la Virgen, y disculpadme si añado a san José por razones obvias y también a nuestro santo que murió cerca de Milán, san Ricardo, que sirvió a los pobres enfermos en su hospital, el de los Hermanos de san Juan de Dios.
Por favor, rezad a la Virgen, a san José y a san Ricardo para que lleven en su corazón la oración por mí y la pongan ante Cristo, porque al haber seguido hoy vuestro encuentro me doy cuenta de que es lo más grande de lo que nos hemos dicho a lo largo de estos años. Ojalá me concedan ofrecer su súplica a Cristo para que yo pueda todavía contribuir a que todo el pueblo de nuestros creyentes, amigos, cercanos y lejanos, sea coherente.
Quería simplemente pediros que hagáis el propósito de incluirme entre las personas que recordáis en vuestras oraciones cotidianas, que añadáis el recuerdo de mi pobre persona, porque yo soy el que más responsabilidad tiene de todos nosotros.
¡ Gracias! Gracias por lo que sois y por lo que dais. ¡Sostenedme!
Todo culminará en una fecha precisa, aunque misteriosamente escondida: el día en el que Cristo se mostrará a todo el mundo, resucitado de entre los muertos.
¡ Gracias!
CESANA: Gracias a ti, don Gius, gracias por lo que eres, pues nosotros deseamos ser como tú.