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Huellas N.6, Junio 2003

IGLESIA

Juan Pablo II. Un cuarto de siglo en el solio de Pedro

Riccardo Piol

Tres días de trabajo sobre el tema: «La Iglesia al servicio del hombre». Cardenales, obispos y periodistas han recorrido el camino del Papa, siguiendo tres líneas generales: la vida, el magisterio y la acción del papa Wojtyla. «Viajero por método y vocación» para anunciar a Cristo al mundo


El 16 de octubre de 1978 el arzobispo de Cracovia, Karol Wojtyla, fue elegido Papa: una sorpresa, dado que pocos conocían entonces al 263º sucesor de Pedro. La retransmisión de la RAI fue histórica, pues se oyó nítidamente la voz de uno de los operadores, situado demasiado cerca del micrófono del cronista, que, al oír aquel nombre desconocido, exclamó: «¡Un africano!». Han pasado veinticinco años desde aquella tarde de otoño, durante los cuales Juan Pablo II se ha dado a conocer al mundo sin dejar de suscitar sorpresa y asombro. Con el paso de los años, ha sido definido de las más variadas formas: el Papa venido de lejos, el de los jóvenes, el poeta, el de las masas, el del Rosario; apelativos parciales y capaces de subrayar sólo aspectos de una personalidad vibrante y de un pontificado intenso. Juan Pablo II ha guiado a la Iglesia más allá de la guerra fría hasta adentrarse en el nuevo milenio, ha escrito 14 encíclicas, llevado a cabo 99 viajes internacionales visitando 29 naciones, ha hablado al mundo, a los poderosos y a la gente común. Y «no es fácil identificar una clave interpretativa que permita conservar unida la riqueza de la enseñanza de Juan Pablo II». Son palabras de monseñor Fisichella al introducir la primera gran cita que ha dado inicio a las celebraciones de este XXV aniversario de pontificado, un congreso internacional de estudio, organizado por la Pontificia Universidad Lateranense de la que es rector, sobre el tema «La Iglesia al servicio del hombre». Un título que evoca la primera encíclica de Juan Pablo II, la Redemptor hominis, a la luz de la cual se han desarrollado muchas de las intervenciones de quienes vivieron junto al Santo Padre los años de Polonia, primero, y del pontificado, después. Tres días de trabajo siguiendo tres líneas generales: la vida de Karol Wojtyla, el magisterio y la acción. Han hablado muchos cardenales y obispos, pero también periodistas, que han recorrido el camino que el Papa continúa ofreciendo a la Iglesia y al mundo.

De Cracovia a Roma, tras las huellas de san Estanislao
Polaco como el Papa y secretario personal en los años de Cracovia, ordenado sacerdote, después obispo y llamado a Roma por Wojtyla, monseñor Rylko, secretario del Pontificio Consejo para los Laicos, además de ser un colaborador de Juan Pablo II, es también su amigo desde hace mucho tiempo. Entre las numerosas intervenciones dedicadas a la vida del Papa en el Congreso, la suya ha sido la que más ha sacado a la luz el fuerte vínculo entre los años en la Roma de Pedro y en “la polaca”, como se denomina a Cracovia. «San Estanislao, (mártir patrón de Polonia, ndr.), es fundamental para entender el ministerio del obispo Karol Wojtyla en Cracovia. El testimonio de san Estanislao es el del Pastor que da la vida por su rebaño», tal como hizo el futuro Papa en los años del régimen comunista. Como obispo, fue incansable abogado de las libertades civiles y religiosas, hasta el punto de que «todos en Polonia, como ha recordado Rylko, le reconocen como valiente defensor de sus derechos fundamentales»; pero una vez convertido en pontífice, ha seguido siéndolo para todos los hombres del mundo, prosiguiendo siempre tras las huellas de San Estanislao, al que dedicó una poesía, la última antes de participar en el cónclave que lo elevó al solio de Pedro, en la que decía: «Si la palabra no ha convertido, será la sangre la que convierta»: casi una profecía de los momentos más dramáticos de su pontificado.

Incansable magisterio contra la atrofia moral
« La Iglesia no puede abandonar al hombre, cuya suerte, esto es, la elección, la llamada, el nacimiento y la muerte, la salvación o la perdición, están tan estrecha e indisolublemente unidas a Cristo... Este hombre es el primer camino que la Iglesia debe recorrer en el cumplimiento de su misión». Fue el propio Papa, recibiendo en audiencia a los participantes en el congreso, quien indicó este pasaje de su primera encíclica como principal clave de lectura de su magisterio. Un fragmento que identifica la fe en Cristo con la morada de la humanidad y ayuda a comprender el recorrido que parte de la Redemptor hominis del 79 para llegar a la última Ecclesia de Eucharistia de este año. Por lo demás, como señaló el cardenal Ratzinger en su intervención, «sería absurdo pensar que se pueden analizar en media hora las 14 encíclicas de nuestro Santo Padre. Pero por obediencia hago también cosas absurdas». Y, así, en una admirable intervención, trazó el recorrido del magisterio con el que Juan Pablo II ha acompañado a la Iglesia e interrogado al mundo a través del clima de «atrofia moral» que marca nuestro tiempo.

Hasta los confines de la tierra
El cardenal Sepe lo definió como «el primer misionero», el cardenal Echegaray «viajero por método y vocación». El Papa ha recorrido más de un millón doscientos kilómetros, para reunirse con masas inmensas y realidades pequeñísimas - en 2001 fue a Baku, en Azerbaiyán, donde le esperaba una comunidad de 120 personas -, y tras 25 años de pontificado, continúa programando viajes. Como decía el Prefecto de Propaganda Fidei, al Papa le empuja «ante todo la urgencia de la misión», el mismo ímpetu que hacía decir a san Pablo: «Ay de mí si no predicase el evangelio». Como al apóstol, le mueve la incansable pasión de anunciar a Cristo a los hombres. Y tras un cuarto de siglo en el solio de Pedro, Juan Pablo II continúa guiando a la Iglesia entre los muchos desafíos que debe afrontar donde todavía no existen comunidades o donde la fe en Cristo debe ser redescubierta. «Él es la verdad que la Iglesia proclama incansablemente de formas diversas, difundiendo el único Evangelio hasta los confines de la tierra»: una admonición, una invitación, que el Papa ha dirigido a los participantes en el congreso con la misma pasión con la que lo viene repitiendo desde hace 25 años.