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Huellas N.8, Septiembre 2000

MEETING DE RÍMINI

A orillas del Mare Nostrum

Giorgio Paolucci

El senador Andreotti en conversación con los representantes de Oriente Próximo y de los países norteafricanos sobre cooperación económica y diálogo interreligioso. «Europa no quiere ser una fortaleza»


Oriente Próximo y Mediterráneo son dos constantes de esa apertura internacional que siempre ha caracterizado al Meeting. Ciertamente no por un gusto de lo exótico en sí mismo, ni por la ambición de poner en marcha una especie de diplomacia paralela, sino más bien - como recordó el presidente de la Compañía de las Obras, Giorgio Vittadini, al introducir uno de los encuentros centrales de la cita riminense - por fidelidad a ese horizonte planetario que le ha distinguido desde su primera edición y que ha tendido un puente para la paz y el diálogo entre el Este y el Oeste, entre el Norte y el Sur.
Desde Oriente Próximo no han llegado las buenas noticias que cabría esperar, sobre todo, por el fracaso de las negociaciones de Camp David, «pero ¡ay del que considere este trabajo inútil! - amonesta el senador Giulio Andreotti, desde siempre impulsor de una perspectiva euromediterránea y abierta a Oriente Próximo -. Los primeros pasos hacia soluciones complicadas no se dan casi nunca deprisa, especialmente si en la mesa de negociaciones hay una apuesta tan alta como el destino de Jerusalén. Jesús lloró sobre Jerusalén y, tal vez, llora aún viendo su ciudad tan lejos de encontrar una solución, pero debemos seguir confiando en la labor diplomática».



Treinta y siete heridas

Bassam Abu Sharif, consejero especial de Arafat, hace un llamamiento, tan autorizado como cargado de dramatismo, animado por una experiencia personal que le ha hecho protagonista del proceso de paz y víctima de un atentado: «Llevo en mi cuerpo treinta y siete heridas porque he defendido la libertad de Tierra Santa y he seguido y perseverado en el camino de Jesucristo. No consiguieron desviar a Jesús de su camino, ni siquiera cuando fue crucificado y tampoco conseguirán hacernos renunciar a nuestro deseo de liberar Tierra Santa y restablecer la paz y la tolerancia. Los hombres han nacido libres e iguales; ningún soldado o ametralladora tiene derecho a reducir a esclavitud a otro hombre». Bassam Abu Sharif subraya que la estabilidad en Oriente Medio no es sólo un problema local, sino que reviste un interés estratégico para el mundo entero y, en especial, para la Unión Europea, a la cual el consejero de Arafat dirigió un llamamiento para convocar una conferencia internacional que permita al proceso de paz salir del escollo en el que se encuentra, y no quedar totalmente subordinados a la política exterior estadounidense. Petición lanzada de nuevo por el embajador de las Naciones Unidas, Staffan De Mistura, según el cual Europa no sólo puede empujar, moral y políticamente, a la negociación a las diferentes partes, sino también «ofrecer un paquete económico» para sostener el renacimiento de toda la zona.



¿Adiós a África?

La otra Gran Olvidada que el Meeting ha querido situar bajo los focos de la opinión pública es la orilla africana del mediterráneo, especialmente cercana a Italia no sólo por razones geográficas, sino también porque es una de las principales áreas de procedencia de la inmigración regular y clandestina. Del realismo clarividente de Andreotti nos llega la invitación a no considerar las migraciones como un fenómeno transitorio y gobernable a golpes de eslogan, a lo que se añade su insistencia en una frase que recorre ya los primeros documentos de la Comunidad Europea: «No queremos ser una fortaleza». Hoy, desde la fortaleza europea, muchos ofrecen como receta para los males de África sólo políticas demográficas para el control de la natalidad: una solución antinatural y que olvida el objetivo verdadero, el de la creación de oportunidades de desarrollo que, a la vez, sirvan para drenar los flujos migratorios. Pero, mientras tanto, África continúa con su lenta e imparable agonía, hecha de hambre, pobreza, SIDA y guerras locales que cada día provocan decenas de víctimas, pero que sólo ocasionalmente rompen el muro del silencio y acaban en las páginas de los periódicos. Por eso es importante que existan lugares como el Meeting, donde estos temas no pasan nunca de moda y por eso Andreotti ha expresado su agradecimiento a la Iglesia «por los centenares de religiosos que han dado a conocer a enteras generaciones esos mundos lejanos a través del valioso trabajo de las misiones».



Agustín el argelino

Dramas y esperanzas del Continente negro se reflejan en las intervenciones de Mohammad Kettani, enviado de Mohammed VI, rey de Marruecos y de Noureddine, Boukrouh, ministro argelino de la pequeña y mediana empresa, y de la pequeña y mediana industria. El primero habla “provocadoramente” en árabe ante una platea de 12.000 personas que escuchan con respetuoso silencio, recordando que en el sur del Mediterráneo, se expresan en esta lengua 250 millones de habitantes de 22 países. Y propone la cooperación económica y política entre las dos orillas y el diálogo entre cristianismo y Islam como recursos hacia los cuales el joven soberano de su país apunta después de haber recogido el testigo del gran anciano Hassan II. El segundo, leyendo el mensaje enviado por su presidente Bouteflika, uno de los protagonistas de la edición del Meeting 99, recuerda la necesidad de superar la óptica por la cual «cada uno ve su propia razón de ser en el no ser de los demás. Es como si sólo fuera posible para una idea, una nación o una cultura realizarse eliminando a las demás, considerándolas a priori como antítesis que hay que rechazar y enemigos que hay que suprimir». Acentos de novedad que dan testimonio de la posibilidad de escribir nuevas páginas en la relación entre Europa y el Mediterráneo y entre el Islam y el mundo contemporáneo. Y que tal vez están en la base del anuncio que se ha hecho en el Meeting del gran congreso internacional dedicado a san Agustín que tendrá lugar en Argelia en el 2001.

Publicamos el mensaje que el Meeting ha enviado a los familiares de las vícitimas del submarino Kursk, a sugerencia del senador Andreotti

Los participantes en el XXI Meeting para la amistad entre los pueblos, encuentro anual organizado por el movimiento católico de Comunión y Liberación, en Rímini, Italia, al tener noticia de la muerte de los 118 tripulantes del submarino Kursk, se unen al llanto de sus familias por las víctimas de la tragedia y expresan su solidaridad humana y cristiana. Que la Madre de Dios obtenga para todos la paz del Señor que, mientras prueba a sus hijos, mantiene su fidelidad a ellos. Que el Dios de la misericordia consuele al pueblo ruso, al cual nos sentimos profundamente unidos. Que su misterioso sacrificio pueda contribuir a un bien mayor para la vida del mundo.

Asociación “Meeting para la amistad entre los pueblos”- Rímini
La Presidenta,
Prof. Emilia Guarnieri