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Huellas N.9, Octubre 1999

CIVICA 99

Una nueva realidad

Rafael Rodríguez

CÍVICA 99 ha sido el primer encuentro celebrado en España sobre el Tercer Sector o Sector no Lucrativo

Durante tres días, más de 500 entidades provenientes del Tercer Sector, la Administración y la empresa privada se han dado cita en Madrid para discutir sobre la situación actual del Tercer Sector tanto en España como en el panorama internacional y sobre los nuevos retos y el papel que este sector ha de desempeñar en el marco de la crisis del Estado del Bienestar.

¿Por qué CÍVICA 99?
Aquellos que trabajan con Organizaciones no Gubernamentales (ONG) de toda índole - fundaciones, asociaciones culturales, sociales, de personas mayores, organizaciones no gubernamentales de desarrollo, etc. -, como es el caso la Dirección General de Cooperación al Desarrollo y Voluntariado de la Comunidad de Madrid, perciben que a la par que el Tercer Sector es una realidad creciente y con un peso en la sociedad y la economía españolas cada vez más relevante, se trata de un sector frágil, disperso y poco consolidado.
El primer objetivo de CÍVICA 99 era, pues, impulsar el desarrollo del Tercer Sector y hacer un diagnóstico certero de su situación en España, analizando sus carencias y retos.
El segundo objetivo para los organizadores de CÍVICA 99 era conseguir reunir en un mismo foro a organizaciones sin ánimo de lucro representativas del rico, complejo y heterogéneo universo que es el Tercer Sector en el caben desde una pequeña asociación vecinal hasta una gran fundación bancaria.
Asimismo y con el fin de contribuir a la consolidación del Sector no Lucrativo parecía oportuno poner sobre la mesa algunos problemas y temas ineludibles: el papel que debe desempeñar el Tercer Sector ante la crisis del Estado del Bienestar; la superación de la confrontación entre el Tercer Sector y la Administración y la empresa privada; la necesidad de delimitar qué es y qué no es Tercer Sector; la situación internacional del Tercer Sector; las políticas y las reformas legislativas para la mejora y el impulso del Tercer Sector; etc.
Por último, se trataba también de generar una nueva imagen de las ONG y de aquellos que trabajan en ellas, que suelen ser identificadas con voluntarios bienintencionados pero poco efectivos.

Un encuentro rico y novedoso
Todos estos objetivos sólo podían conseguirse reuniendo en CÍVICA 99 al mayor número de entidades del Tercer Sector y a los que, desde diversas perspectivas, mejor lo conocen. A lo largo de tres días, 6, 7 y 8 de octubre, se han dado cita en CÍVICA 99 más de mil personas y quinientas organizaciones que han asistido a las numerosas ponencias y mesas de trabajo que se celebraban en diversas salas del Palacio de Congresos de Madrid. Entre dichas organizaciones se encontraban algunas de las más representativas de nuestro país: Cáritas, Cruz Roja, Cocemfe, Manos Unidas, Intermón, Fundación Telefónica, Fundación BBV, Cesal, Fundación Pere Tarrés, y un largo etcétera.
CÍVICA 99 ha contado además con la participación de más de cien expertos en la materia que han abordado las más diversas cuestiones relacionadas con el Tercer Sector.
Entre los ponentes es necesario destacar, por ejemplo, a Antonin Wagner, Presidente de la ISTR (International Society for Third-Sector Research), uno de los mejores conocedores del Tercer Sector a nivel mundial, quien estableció claramente los límites del Tercer Sector (no lucrativo, de iniciativa privada y de utilidad pública) y quien defendió la necesidad de generar un espacio propio para este sector en nuestra sociedad: "El Tercer Sector, junto con las administraciones y las empresas, es uno de los tres pies de la banqueta de nuestra sociedad".
CÍVICA 99 contó asimismo con la presencia de José Barea, uno de los economistas más prestigiosos de nuestro país, quien puso de manifiesto la necesidad de crear instrumentos de medición e investigación del Tercer Sector con el fin de poder conocer con exactitud y precisión la realidad del Tercer Sector desde el punto de vista económico.
Por su parte, José Luis Álvarez, Notario y prestigioso jurista, criticó la actual normativa jurídica sobre las fundaciones y las asociaciones, normativa demasiado determinada por la sospecha de la administración hacia la iniciativa privada y su capacidad para satisfacer los intereses generales y propuso algunas de las reformas necesarias para favorecer a las entidades sin ánimo de lucro.
Por último, dentro del extenso programa de CÍVICA 99, las mesas de trabajo más importantes han sido las que trataron sobre "Tercer Sector en España: Retos para una Sociedad Civil Frágil", "Perspectivas Internacionales del Tercer Sector", "Administraciones Públicas y Desarrollo del Tercer Sector" y "Del Estado del Bienestar a la Sociedad del Bienestar".


TERCER SECTOR: UNA SOCIEDAD CIVIL FRÁGIL Y ATOMIZADA

CÍVICA 99 ha supuesto una primera aproximación al Sector no Lucrativo en España y ha puesto de manifiesto algunos de los puntos cruciales para este sector en nuestra sociedad.
De un lado, es cada vez más evidente la importancia del Tercer Sector en la realidad histórica contemporánea. Ello es lo que permite percibir el papel que deben desempeñar las organizaciones sin ánimo de lucro en la satisfacción de los intereses generales, lo que implica, consecuentemente, una redefinición de lo público, que ya no puede identificarse con el Estado, sino que ha de entenderse como un ámbito en el que participan a partes iguales los organismos administrativos y las entidades de iniciativa privada sin ánimo de lucro. En este sentido, el clima de diálogo entre la Administración y las entidades del Tercer Sector que ha existido en CÍVICA 99 y que se reflejó en la mesa redonda "Administraciones Públicas y Desarrollo del Tercer Sector" es una prueba de que se está superando la confrontación Administración-Sociedad Civil y de que hoy en día no puede entenderse la actuación de una sin la otra y vice-versa.
De otro lado, las entidades pertenecientes al Tercer Sector son cada vez más conscientes de la importancia de crear órganos unificados que las representen y que defiendan sus intereses, así como de optimizar sus recursos, mejorando la gestión y el trabajo que realizan, tarea en la que se están dando pasos muy serios, y de diversificar su financiación, intentando superar una excesiva dependencia de la administración.
CÍVICA 99 también ha mostrado las carencias de la sociedad civil y del Tercer Sector en nuestro país.
Hay aún una fragilidad grande en la sociedad española que afecta, obviamente, a las organizaciones que conforman el Tercer Sector. Las ONG forman un universo muy atomizado y tienen graves dificultades en trascender su pequeña parcela de trabajo y en unirse a otras y, si bien no puede pensarse que se trata de pequeños "chiringuitos" sin consistencia, sí es cierto que muchas de ellas tienen una vida efímera o una estructura muy débil.
Asimismo, en el ámbito político y entre las administraciones públicas no se han abandonado las sospechas sobre el mundo asociativo, pero ello es debido en gran parte al profundo desconocimiento que sobre el Tercer Sector existe tanto en la administración como entre nuestros dirigentes políticos.
Hay igualmente una tendencia demasiado arraigada entre los españoles a exigirlo todo del Estado, lo cual genera una mentalidad en exceso pasiva que hace que nos inhibamos de nuestras responsabilidades sociales.
Sin embargo, lo que realmente ha puesto de manifiesto CÍVICA 99 es la ausencia de un debate profundo sobre la sociedad civil en España, debate que ni tan siquiera existe entre las ONG.
Es llamativo que tan sólo dos de los ponentes, Antonin Wagner y Giorgio Vittadini, ambos extranjeros, hayan hecho una defensa de la creación de un espacio propio para el Tercer Sector, sin entrar en el manido tema de la confrontación entre el Sector no Lucrativo y los demás sectores.
Para fundamentar seriamente la existencia de un Tercer Sector fuerte es necesario partir de una crítica histórica del Estado moderno y de su pretensión de responder exhaustivamente a las necesidades humanas.Un gran número de intelectuales del Tercer Sector identifican el fortalecimiento de la sociedad civil y la eclosión del voluntariado en un fenómeno exclusivamente contemporáneo, olvidando consciente o inconscientemente que, durante siglos y fundamentalmente a través de la Iglesia Católica en los países latinos, las personas se unían libremente y respondían de forma efectiva a las necesidades de los demás mediante la creación de hospitales, orfanatos, etc. Esta libertad de iniciativa se rompe con el surgimiento del Estado moderno, por lo que sólo una crítica a su pretensión de omnipotencia puede generar un debate realmente fructífero sobre el Tercer Sector.
Asimismo, el futuro del Tercer Sector sólo pasa por la recuperación de unos los principios fundamentales de la doctrina social de la Iglesia, como nos recordaban en CÍVICA 99, Giorgio Vittadini, Presidente de la Compagnia delle Opere en Italia y José Miguel Oriol, su homónimo en España: el principio de subsidiariedad, según el cual la institución superior (por ejemplo el Estado) interviene cuando aquella inferior (por ejemplo la familia o cualquier obra social) no puede satisfacer una necesidad específica. Asumir este principio supone una revolución en la forma de entender nuestra responsabilidad en la vida social y supone el paso verdadero de un bienestar generado exclusivamente por el Estado a un bienestar que tiene su fuente en la sociedad real y en el que todos participan.