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Huellas N.1, Enero 2006

SOCIEDAD Tiempo de educar

Italia / Congreso DISAL. Solidaridad entre directores de Centros escolares

Ezio Delfino

En el mes de noviembre tuvo lugar en Pésaro el Congreso de DISAL, asociación que reúne a directores de centros escolares italianos de libre iniciativa social, que ofreció una perspectiva muy interesante para quien día a día dirige un colegio

DISAL (Dirigenti Scuole Autonome e Libere), surge en 1992 por iniciativa de un grupo de directores y jefes de estudios interesados por compartir un ideal educativo común. Desde 2001 está reconocida por el Ministerio de Educación italiano como una de las dos asociaciones de directores de centros educativos del país y, por lo tanto, es interlocutor oficial en las mesas de negociación relacionadas con los problemas que afectan a la profesión. Una asociación con más de 300 socios en Italia, con una red de delegados en todas las regiones, una página web (www.disal.it) y con un apretado calendario de iniciativas (cursos de formación, congresos, servicios a los socios, consultoría y propuestas didácticas) y batallas culturales que definen un horizonte y aportan dignidad a la tarea cotidiana de dirigir ese lugar, a veces un tanto deteriorado, que es un colegio.

El congreso
Entre el 17 y el 19 de noviembre se desarrolló en Pésaro el congreso anual bajo el título: “¿Qué ha sido de la autonomía? La dirección de la escuela a examen”, en el que participaron directores y subdirectores de centros escolares.
El congreso fue el marco en el que se desarrolló toda una trama de relaciones y de experiencias de compañía concreta entre los cerca del centenar de participantes. Así surgieron ideas y motivaciones para afrontar la dirección del centro de manera culturalmente más adecuada a las hodiernas necesidades educativas. Buscando profundizar en el significado del papel que desempeñan y en la orientación que debe asumir hoy su profesión pudieron vitalizar una realidad asociativa que potencia la libertad personal y que, por ello, constituye un sujeto capaz de formular una propuesta para la escuela italiana de extrema actualidad.
Por otra parte, la participación en el congreso tanto de directores de centros de la red estatal como de iniciativa social, de todo tipo y condición, aportó una riqueza singular: no sólo favoreció la comparación entre modelos organizativos diferentes, sino que afianzó la conciencia de que el pluralismo de los centros enriquece el sistema escolar en su totalidad.

¿Se ha abandonado la autonomía?
El objetivo del Congreso fue comprender y afrontar la crisis de la autonomía escolar y con ella un elemento sustancial de cambio en la escuela italiana; dejando a un lado la queja, que denuncia con justicia el abandono del camino de la autonomía, se reafirmó que la autonomía nace de un libre acto de la persona, de su capacidad de iniciativa y del deseo de asumir la propia responsabilidad.
Muy significativas, las intervenciones en el Congreso de ULF Fredriksson, de la Comisión Europea, de José Luis Martínez López Muñiz, Catedrático de Derecho de la Universidad de Valladolid y de Daniele Vidoni, investigador del CRELL (Center for Research on Lifelong Learning) de la Comisión Europea, que abordaron las diferentes vías de acceso a la autonomía: desde el ejemplo sueco, un modelo de subsidiariedad extendida en el que ayuntamientos y usuarios participan en la gestión de los colegios, a la comparación entre el modelo italiano y la escuela norteamericana. Particularmente interesantes, las ponencias de Angelo Paletta, director del Master Universitario en Gestión de Instituciones Educativas de la Universidad de Bolonia, que ilustró diferentes modelos de gestión escolar encaminados a incrementar el “capital humano”, y de Anna Poggi, catedrática de Derecho de la Universidad de Turín, que ofreció una relectura crítica de los espacios de autonomía que contempla el actual sistema jurídico italiano, redefiniendo el papel que las escuelas pueden asumir en este contexto como sujetos de interacción con su entorno.
Resultó cautivador el informe-testimonio de Rosario Drago, consultor de MIUR y director escolar de la provincia de Trento, que presentó su trabajo sobre el “tiempo de educar” y habló de la manera de recobrar, a través de una gestión “educativa” de los recursos y del espacio, el interés de los jóvenes por estar en el centro escolar.

La batalla educativa
Al terminar el Congreso, el presidente de DISAL, Roberto Pellegatta, recordó que «dirigir una escuela de libre iniciativa social significa, ante todo, responder junto con los profesores a las necesidades reales de los alumnos, de sus familias y de la comunidad social a la que pertenecen; por eso la autonomía escolar, lejos de ser un valor en sí mismo, es el instrumento más adecuado para la vocación educativa de la escuela y para el ejercicio de la libertad educativa de las familias».
Ahora DISAL puede reemprender el trabajo intensificando a la vez la batalla civil y política que permita desbloquear el camino de la autonomía y relanzar en la escuela una presencia cargada de propuestas. Una batalla que quiere y puede contribuir a la campaña de la educación que moviliza en estos días en Italia a un amplio sector social.