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Huellas N.3, Marzo 2007

CL - Don Giussani

Gracias, Eminencia

Dionigi Tettamanzi, Letizia Moratti y Julián Carrón

Amor apasionado por Cristo y por la Iglesia
Duomo de Milán, 22 de febrero de 2007

El carisma que el Espíritu concedió al fundador mantiene su frescura y su fuerza y sigue con el paso del tiempo enriqueciendo la vida de la Iglesia. Queridísimos, espontáneamente quiero ahora expresar mi gratitud por la pasión misionera que os caracteriza, no sólo en los más diversos ambientes –para que Dios no quede fuera de la cultura y de la vida pública– sino también y de diferentes maneras en las comunidades parroquiales de nuestra diócesis. Por eso quiero pediros que, dada la urgencia cada vez más apremiante de la misión en el actual contexto social y eclesial, la comunión entre todos los creyentes en Cristo y entre las diferentes realidades de la Iglesia sea cada vez más sólida, y por lo tanto más creíble y eficaz: «para que el mundo crea» (Jn 17, 21).
Dionigi Tettamanzi


El mensaje de la alcaldesa
Milán, 22 de febrero de 2007

Dos años después del fallecimiento de don Luigi Giussani, deseo comunicarles, a usted y a los hombres y mujeres de Comunión y Liberación, mi gratitud y afecto, sentimientos que comparten todos los milaneses.
Don Giussani fue un gran amigo de nuestra Ciudad; la amó profundamente y transmitió este amor a los jóvenes, educándoles en el respeto por ellos mismos y por los demás, infundiéndoles el entusiasmo y el deseo de reunirse, el valor de formar una comunidad.
Su pasión educativa, que sigue viviendo en el movimiento y en la Fraternidad de CL, son para nosotros un testimonio muy apreciado, un patrimonio para nuestra Ciudad que deseamos custodiar y transmitir a las nuevas generaciones.
Atentamente,
Letizia Moratti, Alcaldesa de Milán


Saludo final al cardenal Dionigi Tettamanzi
Duomo de Milán, 22 de febrero de 2007

Eminencia:
Le agradezco de corazón este gesto de fraternidad que ha querido compartir con nosotros en memoria de don Giussani, que fue nuestro padre en una vida de fe razonable, y con motivo del XXV aniversario del reconocimiento pontificio de la Fraternidad. Quiero agradecerle sus palabras de afecto por don Giussani y su estima por esta historia que de él ha nacido. Por eso, en nombre de todos los amigos de Comunión y Liberación le digo: «¡Gracias!, ¡Gracias de corazón!». Esta tarde queremos ofrecerle de nuevo nuestra disponibilidad para colaborar con su misión pastoral en la diócesis de Milán, respondiendo a la invitación que usted nos hace. Dispuestos a acoger la palabra de Cristo –«Recibiréis la fuerza del Espíritu Santo y seréis mis testigos»–, ofrecemos nuestra colaboración para construir la comunidad cristiana entre los jóvenes y los adultos, siguiendo la “genialidad educativa” propia del carisma y del método de don Giussani, en la estela de la gran tradición ambrosiana. Nos sostiene el magisterio del Santo Padre, punto de referencia seguro para nuestra fe, que, en estos tiempos de confusión, sigue mirando el corazón del hombre con simpatía y ternura, proponiendo el acontecimiento de Cristo presente como “el” camino que hace que la vida sea bella y útil. Le rogamos que pida a la Virgen que nos prepare para el gran encuentro que tendremos con Benedicto XVI el 24 de marzo, con ocasión del aniversario de nuestra Fraternidad. De él esperamos que nos indique camino que nos aguarda para poder así servir a la Iglesia y a su presencia en el mundo con la intensidad de vida que hemos aprendido del corazón católico de don Giussani, que ya en los comienzos de nuestra historia él mismo definió con estas palabras: «Incansable apertura. Fidelísima unidad». Gracias, Eminencia.
Julián Carrón