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Huellas N.04, Abril 2019

BREVES

La foto

Durante más de una semana, el país se vio doblegado a causa del mayor apagón de la historia. Más de doscientas personas han fallecido en los hospitales por falta de energía eléctrica. Sin medios de transporte ni reservas alimenticias, entre saqueos y violencia, la gente llegó a tomar agua incluso de las alcantarillas. Se calculan en 875 millones de dólares las pérdidas de las industrias. Mientras el líder de la oposición Juan Guaidó pedía el estado de emergencia, el gobierno de Nicolás Maduro clamaba en contra del sabotaje internacional, acusando a EEUU. «Vivimos situaciones sumamente trágicas que van mucho más allá del juego político.
Se muere de hambre, de sed, por falta de medicamentos», denunció el vicario apostólico de Tucupita, monseñor Ernesto Romero. Es la agonía de un pueblo entero, como escribió el obispo de San Carlos, Polito Rodríguez Méndez: «Para que podamos salvarnos es necesario que nos unamos. La crisis del país es de tales dimensiones que ningún grupo por separado podría hacerle frente».