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Huellas N.8, Septiembre 2017

BREVES

La Historia

Dante en el autobús

Una vez llegados a la estación, Carmen es la primera en bajar del autobús. Las diez horas de viaje desde Bari a Bolonia empezaban a pesarle. «Venga, lo peor ha pasado. El otros autobús que sale para Trento ya está listo», le dice Giovanni. Justo el tiempo para comer un bocata, luego se encaminan hacia el andén de donde saldrá el próximo autobús.
«Hola Carmen, habéis llegado». «Hola Francesca. Me siento a tu lado». «Doña Rosa, ¿está libre ese asiento?», pregunta Francesca a la mujer que está sentada al lado de la ventanilla. «Claro». «Esta es mi amiga Carmen, de la que le hablé».
Unos instantes y el conductor cierra las puertas y arranca el motor. «¿Qué tal fue el viaje desde Campobasso?», pregunta Carmen. «Bien. Siempre largo… Pero, piensa, mañana a esta hora estaremos en Corvara. Tengo muchas ganas de volver a ver a los amigos, de estar con ellos». «Tienes razón. ¿Qué importa el cansancio? Estos tres días valen cualquier esfuerzo». Doña Rosa cierra el libro que está leyendo y las observa mientras hablan. Al rato, les dice: «Disculpad, quería deciros que nunca he visto a chicos de vuestra edad tan unidos, tan buenos amigos. Y ni siquiera vivís en la misma ciudad».

Las chicas se quedan unos instantes en silencio. Carmen piensa: «Pero si solo nos hemos saludado. Hemos intercambiado unas palabras, nada más…». Doña Rosa sigue: «Francesca me ha contado que os quedáis a dormir en casa de unos amigos en Trento y mañana saldréis para Corvara, para un encuentro con otros chicos universitarios de CL. Creo entender que serán días importantes para vosotras». «Sí, mucho». «Si queréis, os cuento algo de los Dolomitas y del Trentino que es mi tierra. Quizás así gustéis más de esos días». «Con mucho gusto».
Durante una hora doña Rosa explica, respondiendo a las preguntas de las chicas. Falta poco para llegar, cuando le pregunta a Carmen: «Me has dicho que estudias Filología italiana. ¿Te gusta Dante?». Francesca se echa a reír: «Lo adora». «Me toman el pelo porque siempre hablo de él, pero es verdad, es mi pasión. Quiero hacer mi tesis sobre Dante». La mujer sonríe. «Es una hermosa pasión. ¿Conoces de memoria algún canto de la Divina Comedia?». «El XXXIII del Paraíso». «¿De veras? ¿Quieres declamarlo? Para mí sería un regalo». Carmen titubea. Su amiga le anima a hacerlo. Así que arranca: «Virgen madre, hija de tu Hijo…».

Llegan a Trento ya de noche. Doña Rosa se acerca a Francesca que está sacando del maletero su mochila: «Quería deciros que ha sido una suerte encontraros. Un verdadero regalo. Gracias. Espero que nos volvamos a ver…».