LA CLAVE DEL TRABAJO. Mide un metro setenta, pesa tres kilos. Es el báculo de acero que los trabajadores de la empresa ILVA de Génova prepararon para el Papa, con ocasión de la visita del 27 de mayo. «Trabajando nosotros nos hacemos más persona», dijo Francisco, «nuestra humanidad florece, los jóvenes se convierten en adultos solamente trabajando. (…) Sobre la tierra hay pocas alegrías más grandes que las que se experimentan trabajando, así como hay pocos dolores más grandes que los dolores del trabajo, cuando el trabajo explota, aplasta, humilla, mata. (…) Los hombres y las mujeres se nutren del trabajo: con el trabajo están “ungidos de dignidad”. Por esta razón, en torno al trabajo se edifica el pacto social entero. Este es el núcleo del problema. Porque cuando no se trabaja, o se trabaja mal, se trabaja poco o se trabaja demasiado, es la democracia la que entra en crisis, es todo el pacto social».