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Huellas N.4, Abril 2008

CL

Huellas en la universidad

a cargo del CLU

PUNTO&APARTE
Sobre la verdad


Como en años anteriores, un grupo de universitarios hemos participado en la preparación de EncuentroMadrid. Cada una de las comisiones necesitaba ayuda, así que conforme a la disponibilidad de cada uno, fuimos respondiendo a lo que se nos pedía o simplemente ayudamos a “pie de obra”, ya fuera pintando, cortando maderas o trabajando en cocina. Todo ello ha supuesto un bien inmenso por dos razones: la primera, por ver la alegría y la intensidad humana de todos los que nos rodeaban; la segunda, por ver cómo el horizonte de este trabajo alcanza a todo tipo de personas.


UNA LECCIÓN QUE NO HAY QUE PERDERSE / 2
Desde Milán a Venecia, el “caso Sapienza” está todavía en las cátedras



Si todo lo que pasó el pasado mes de enero, cuando Benedicto XVI tuvo que renunciar a acudir a La Sapienza, supuso uno de los momentos más bajos de la universidad italiana, los hechos de los meses siguientes son verdaderas señales de esperanza. No se pueden mirar de otro modo las decenas de encuentros que han tenido lugar hasta ahora en numerosas facultades para leer y discutir el discurso del Papa. Por ejemplo, en febrero en la Universidad de Trieste, algunos profesores organizaron un acto con tres ponentes: Giovanni Comelli, catedrático de Física, Giovanni Ramponi, profesor de Ingeniería, y Roberto Festa, profesor de Filosofía de la Ciencia, que se autodefinió como un «aspirante a creyente». Nadie pretendía “defender” al Papa –que se defiende por sí solo–, sino abordar el trabajo de investigación en el horizonte de la verdad, como propone Raztinger. Los resultados fueron llamativos: incluso quienes son famosos por sus posiciones anticlericales, intervinieron sin ánimo de polemizar, movidos por la necesidad de buscar respuestas a muchas preguntas que afectan el trabajo académico. «Nos hemos dado cuenta de que es algo insólito y nuevo –afirmó Comelli– encontrarse en la universidad para discutir acerca del sentido de nuestro trabajo. El discurso del Papa nos ha brindado la magnifica oportunidad de hacerlo». El día anterior, en Catania, Francesco Ventorino ejerció de anfitrión para el encuentro con Pietro Barcellona. «Hoy, la universidad no parece estar a la altura del desafío lanzado por Benedicto XVI; parece incapaz de educar en una tensión real hacia la verdad», aseveró el catedrático de Filosofía del Derecho. Hay muchos motivos: desde la «fragmentación de los saberes (el pluriversum de la modernidad)», al hecho de que «la universidad no parece constituir hoy un verdadero espacio de encuentro, que es el momento principal de la búsqueda de la verdad».
Además de estos actos, el 4 de marzo, los representantes de la Asociación Obiettivo Studenti, en colaboración con la izquierda universitaria, organizaron una mesa redonda en la Universidad Bicocca de Milán. Los tres ponentes, Bruno Bosco (Ciencias de las Finanzas), Adolfo Ceretti (Criminología), y Marta Cartabbia (Derecho Constitucional), hicieron hincapié en la laicidad («del griego làos, “pueblo”», observó Ceretti), respecto de la cual el Papa muestra una honda preocupación al preguntarse «qué puede y debe decir la universidad», llamada a responder sólo ante la autoridad de la búsqueda de la verdad. Y laica es, para Bosco, la actitud de Benedicto XVI que, no sólo invita a una búsqueda constante y libre, sino que además, lejos de imponer una “gnoseología” particular, sigue buscando en primera persona, conforme a su talante académico. En la Statale de Milán, el 5 de marzo, intervinieron Stefano Zecchi (Filosofía Estética), Remo Arduini (Econocía del Trabajo) y Lorenza Violín (Derecho Constitucional). Zecchi observó que «el mundo occidental tiene un bagaje de conocimientos enorme, pero los únicos que sirven son los que afectan la búsqueda de la verdad». Por este motivo «el hombre comienza a preguntarse sobre lo religioso, porque conocer significa siempre conocer el “bien”, lo cual abre el pensamiento que guía la acción (teoría y praxis)». La profesora Violini destacó «cómo el Papa sugiere un método de conocimiento a la comunidad académica. Ser una comunidad implica un modo de relacionarse en el que se reconoce una alteridad. Esto quiere decir que las cosas, las personas y los conceptos tienen nexos entre sí. La alteridad supone una gran ocasión de crecimiento y comprensión acerca de la propia identidad». Arduini subrayó que «nuestra civilización vive una crisis de valores. Personalmente, creía que se pudiera responder políticamente a dicha crisis, mediante los mecanismos de alternancia entre mayorías y minorías; pero me he dado cuenta de que esto no basta porque la crisis tiene que ver con la misma ideología democrática. Lo que está en crisis es la racionalidad que pretende resolverlo todo a través del sufragio universal. Es necesario ir a la raíz profunda, que es el hombre».
La “Sapienza” de Benedicto llegó también a Venecia. En Ca’ Foscari los estudiantes organizaron un coloquio con Paolo Pagani, catedrático de Antropología filosófica, y Francesco Bruni, catedrático de Historia de la Lengua italiana. «He leído con interés los discursos que Romano Guardini pronunció en la Universidad de Múnich entre 1949 y 1965 (“la verdad existe por sí misma”) sobre el sentido de la universidad y del trabajo en la universidad», aseveró; lecciones a las cuales, por otra parte, asistía también el joven Ratzinger. La unidad entre universidad y verdad es un vínculo que se enraíza en los orígenes mismo de esta institución. «Cuanto más afrontamos el nacimiento de la universidad desde el punto de vista histórico, más claro resulta que la universidad nace por la búsqueda de la verdad. La universidad nace laica, subordinada solamente a esta búsqueda». Pero hoy «¿cómo es posible entender qué es verdad y qué no lo es?», preguntan los estudiantes desde el público. «Es tares vuestra responder, utilizando los instrumentos que tenéis. Por mi parte, yo comenzaría por ejercer la duda no como fin a sí misma, sino en la espera y el deseo de resolverla». El profesor Bruni aportó una visión diferente: «Cuando hablamos de la verdad, lo hacemos necesariamente de un modo parcial y aproximativo». Concluyó con una provocación: «Hoy se necesita coraje para ser como Galileo, tan apasionados como él por la verdad». Benedicto XVI, lo es.
(Stefano Regondi)


ESTUDIANDO A DANTE
La Statale vuelve a comenzar desde el Infierno


«Todos los hombres desean por naturaleza saber». El íncipit del Convivio, obra incompleta de Dante, describe bien la experiencia en estos últimos cuatro años de la iniciativa: “Estudiando a Dante”. El ciclo de conferencias sobre la Divina Comedia, comenzó en 2005, propuesto y organizado por estudiantes de Filología moderna de la Universidad Statale de Milán con el fin de estudiar la obra cumbre de la literatura italiana que, gracias a los nuevos programas académicos, cada vez va perdiendo más espacio en las aulas. Los tres tomos se abordaron en 42 conferencias impartidas por 27 profesores procedentes del mundo entero, seguidas con interés por estudiantes, profesores y simples apasionados. Toda la ciudad de Milán se vio implicada: cerca de diez mil personas han asistido a estas lecciones. Tras acabar el primer ciclo de conferencias, la petición de muchos nos impulsó a seguir adelante. Durante este tiempo, muchos estudiantes han tomado el relevo de los que comenzaron y que ya han acabado la universidad. La conferencia es sólo el momento visible de todo el trabajo. La lección se prepara semanalmente a partir del estudio personal de los cantos, de las preguntas, de las hipótesis de lectura y de los métodos para analizar el texto. Todo un instrumento para dialogar con el profesor en la cena que organizamos tras la conferencia. La edición del 2008 será publicada en unas actas.
(Stefano Regondi)