El aire que circula y el panfleto
Ricardo busca nervioso en su maletín. «Estaba convencido de haber metido el informe esta mañana», dice en voz alta en la oficina ya vacía. Saca todo y al final aparece un folleto doblado. «Aquí está», piensa. Lo abre: es el panfleto de CL con motivo del referéndum sobre la reforma constitucional. «Pues no, no es lo que buscaba». Lo apoya en el escritorio y empieza a leerlo despacio. No hay nada que hacer, sigue con su primera impresión: «No aclara la situación, no explica las consecuencias de una y otra opción». Ricardo sacude la cabeza, vuelve a doblarlo y lo guarda en el cajón del escritorio. Mira el reloj, es tarde y Luca ya lo estará esperando en la pizzería.
Delante de una cerveza, los dos amigos charlan un poco de todo. En un momento dado, Luca comenta: «¿Te acuerdas de cuando preparamos el examen de Economía de empresa en diez días? ¡Qué locura! Qué bonitos los años de la universidad». «¡Estupendos!». En esos años no compartían solo el estudio, sino también la experiencia del movimiento. Luego se licenciaron, empezaron a trabajar, formaron una familia… Luca poco a poco se alejó del movimiento sin un motivo preciso. Hasta que hace un año Ricardo le llamó para implicarle en un trabajo importante. Esa noche tenían que hablar de ello.
A la hora del postre el discurso cae sobre la política. «De nuestros políticos y de la política en general no me espero nada bueno», arranca Luca. «Lo último en que piensan es el bien del país. Por tanto, que me dejen en paz y no suban los impuestos». Ricardo concuerda un poco con esta actitud desencantada. En la tele al fondo de la sala emiten un debate sobre el referéndum. «El enésimo ir a degüello. El clima es muy feo. ¿Hacia dónde vamos?», comenta Luca. «¿Estás preocupado?». «Sí, mucho». Ya es hora de pagar la cuenta e irse a casa.
El día después, Ricardo recibe un correo de Luca: «En línea con lo que comentábamos ayer, una amiga común se metía también con la mujer de Obama, insultándola. ¿Lo ves? Hay demasiado odio en circulación».
Entonces Ricardo se da cuenta: «Ha percibido algo de lo que yo no me daba cuenta en absoluto. Había reducido todo al simple votar sí o no». Abre el cajón, saca el panfleto y vuelve a leer el título: “Para recuperar el sentido de la vida en común”. Luego lee todo, hasta el final. Le parece nuevo.
Lo envía por correo a Luca y al cabo de unos minutos, recibe un sms: «Es cierto. Estoy de acuerdo. Muchas gracias por enviármelo».