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Huellas N.5, Mayo 2008

CULTURA

Lectura

a cargo de Elena Alonso Serrano

Tony Anatrella
La diferencia prohibida
Sexualidad, educación y violencia. La herencia de mayo de 1968
Encuentro Madrid 2008
pp. 336 – 30,00 E


Nunca, ni con tanta fuerza, nuestra sociedad reivindicó para sus miembros el derecho a la diferencia: diferencia de gustos, de culturas y de valores, diferencia de opciones de vida, de formas de amar, de modelos de familia... Nunca, sin embargo, el acceso a una verdadera diferencia ha sido tan difícil. Vivimos en la estela de las aspiraciones fusionales de mayo del 68. Rechazo de la función del padre, insuficiencia de la relación educativa, interioridad en crisis, retorno de los miedos primitivos, son muchos los síntomas de lo que elabora poco a poco una sociedad indiferenciada en la que los roles y los espacios se confunden. El adulto juega a ser niño, la figura paterna desaparece tras la materna, la violencia se banaliza, la intimidad está a la vista de todos, el imaginario sustituye a la realidad, y la sexualidad se dispersa en múltiples orientaciones.
¿De dónde viene el que nuestra sociedad valore tendencias sexuales parciales hasta querer inscribirlas en la ley? ¿Por qué deplora la falta de puntos de referencia que ella misma ha contribuido a hacer desaparecer? Reconocer la diferencia implica aceptar la diferencia de sexos, de generaciones y de roles en el seno de la familia. Reconocer al otro no es aceptar todo lo suyo ni animarlo en sus conflictos psíquicos, es permitirle efectuar una paciente elaboración personal al final de la cual pueda experimentar una cierta libertad. Mayo del 68 no ha liberado a nadie. No es tiempo de nostalgia.
Tony Anatrella (1941) es sacerdote, psicoanalista y especialista en psiquiatría social. Nombrado en 2000 por Juan Pablo II y confirmado en 2007 por Benedicto XVI como consultor del Consejo Pontificio para la Familia, y del Consejo Pontificio para la Pastoral de la Salud. Es profesor en las Facultades Libres de Filosofía y de Psicología de París (IPC). Ha publicado numerosos libros y artículos, entre los que destacan, además de La diferencia prohibida, El sexo olvidado (1990), L’amour et le préservatif (1995) y Le règne de Narcisse (2005).


Juan María Laboa, Franco Pierini, Guido Zagheni
Historia de la Iglesia
Edad Antigua, Media, Moderna y Contemporánea, y la Iglesia en España
Editorial San Pablo
Madrid 2007
pp. 1584 – 60,00 E


La historia de la Iglesia no es sólo una sucesión de personajes y hechos concretos, sino un intento de reconocer los efectos que ha tenido en la historia de la humanidad la presencia de personas que han creído en la persona y la doctrina de Cristo. Esta historia de la Iglesia relata la vida de la institución y de sus personajes más representativos, pero sobre todo refleja la vida de un pueblo, el «pueblo de Dios». Difícilmente encontraremos un pueblo, una sociedad, una historia, que presente tanta generosidad, tal entusiasmo por crear una sociedad mejor y más humana, tantas personalidades atrayentes cuya vida ha sido dedicada a promocionar la verdad, la bondad y la justicia. Mirar al pasado de la Iglesia, imbricada en la historia de la humanidad entera, es iluminar su presente y proyectar su futuro. Las primeras comunidades, la actividad de los padres de la Iglesia, las herejías, los concilios ecuménicos, el nacimiento de las órdenes religiosas, las cruzadas, los cismas, las disputas papales, las corrientes filosóficas cristianas, los conflictos con el poder terrenal, la construcción de las grandes catedrales, la Reforma y la Contrarreforma, las guerras de religión, los conflictos sociales, las revoluciones civiles y la pérdida de poder político, los concordatos con los Estados nacionales, el secularismo, la doctrina social, los últimos concilios, la participación en asuntos internacionales, la actividad de los Papas, son algunos de los temas que podemos encontrar en esta obra.


Joseph Ratzinger - Benedicto XVI
Juan Pablo II
Mi amado predecesor
Editorial San Pablo
Madrid 2008
pp. 168 – 14,00 E


Juan Pablo II y Benedicto XVI, los dos últimos papas de la Iglesia católica, tienen muchos puntos en común. Son casi coetáneos, los dos nacieron en Europa Central, sobrevivieron en frentes opuestos a la II Guerra mundial y participaron juntos en el Concilio Vaticano II. Después colaboraron en Roma durante casi un cuarto de siglo. Los acontecimientos exteriores, sin embargo, no nos dicen lo esencial: por encima de su larga colaboración, entre el papa polaco y el prefecto de la Doctrina de la fe se fueron suscitando la estima, la cordialidad y la amistad de modo desconocido en la historia.
Este libro presenta diversos textos de Benedicto XVI que ofrecen una lectura privilegiada de la figura y del pontificado de Juan Pablo II. Dan una interpretación autorizada de algunos acontecimientos decisivos del pontificado y sobre todo dejan entrever, a través de la conmoción del recuerdo, el corazón del gran papa. Una obra, en definitiva, que permite conocer de cerca al papa polaco en la interpretación de su amigo y sucesor Benedicto XVI.


Mi vida
El pabellón número 6 y otros relatos
Alianza Editorial
6,50 E


Relato que, al igual que El pabellón nº 6, incide o se rebela contra las tesis ético-morales mantenidas por Tolstoi, Mi vida (Relato de un hombre de provincias) es otra de esas magistrales narraciones aparentemente intrascendentes de Anton Chéjov a través de las cuales se descubren, como iluminadas de súbito por un relámpago, facetas y aristas insospechadas de la existencia y la naturaleza humanas. «A menudo me echan en cara –dice Chéjov en un fragmento que recoge Ricardo San Vicente, traductor de la obra, en su introducción– que escribo sobre fruslerías, que no tengo héroes positivos, revolucionarios (...). He escrito mis obras para decir a la gente sólo una cosa: “Miraos bien y fijaos en la vida inútil y triste que lleváis”. Lo más importante es que la gente se dé cuenta de esto. Y cuando lo entiendan seguro que construirán otra vida, una vida mejor».


La señora del perrito y otros cuentos
Alianza Editorial
6,50 E


Maestro indiscutible del difícil género del cuento, Chéjov extrajo la materia narrativa de la mayoría de sus relatos de la vida cotidiana de sus contemporáneos, en especial de las esperanzas y desventuras de las gentes de la clase media del gran imperio zarista, como funcionarios, médicos, pequeños propietarios o profesores. Entre los diez cuentos reunidos en este volumen, seleccionados y traducidos por Juan López-Morillas, figuran títulos tan conocidos como El amanuense, Casa con desván y La señora del perrito, relato de exquisita finura, tratado con aguda penetración psicológica, que narra la historia de un gran amor entre una joven casada y un hombre maduro.


El violín de Rothschild y otros relatos
Alianza Editorial
6,50 E


Los estudiosos de la obra de Chéjov coinciden en afirmar que en el año 1886 se produjo un notable cambio en su técnica como cuentista, sometida a partir de entonces a un proceso de depuración que conllevó «la eliminación metódica de arbitrios narrativos tradicionales, en particular las descripciones detalladas de personajes y ambientes, pues tal minuciosidad desvirtuaba, y a veces ocultaba, lo que cabalmente se quería revelar: el ser, sentir y hacer de los personajes que transitaban por sus páginas». Los doce cuentos incluidos en El violín de Rostchild y otros relatos, pertenecientes todos ellos a la etapa de madurez del escritor ruso, revelan la maestría que universalmente se le reconoce en el arte de la narrativa breve.


Cinco novelas cortas
(traducción de Víctor Gallego Ballestero)
Alba Editorial
Barcelona 2008
pp. 440 – 32,00 E


Antón P. Chéjov, para Raymond Carver «el mejor escritor de relatos de todos los tiempos», nunca llegaría a escribir una novela larga, quizá porque, como decía Nabokov, era «un velocista, no un corredor de fondo». O quizá porque, de hecho, inventó una nueva modalidad narrativa en la que la extensión no venía dictada por convenciones genéricas sino por la propia materia del relato. En estas Cinco novelas cortas que ha seleccionado y traducido Víctor Gallego, vemos en cualquier caso su maestría para captar el tiempo y reflejarlo narrativamente, sin otro calendario que el que marcan las propias acciones –e inacciones– de los personajes. Son todas ellas obras de madurez: «Una historia aburrida» (1889), «El duelo» (1891), «La sala número seis» (1892), «Relato de un desconocido» (1893) y «Tres años» (1895). El peculiar héroe chejoviano transita por estas historias debatiéndose entre la indiferencia y las ganas de vivir: a alguno le parece estar viviendo «una mentira o algo semejante a una mentira», otro se define sin tapujos como «un fenómeno negativo», pero al final una circunstancia, un segundo de inspiración o un accidente trivial los enfrenta a todos al «roce de la vida» y las consecuencias son enigmáticas. A su lado, un nutrido elenco de cretinos instruidos, locos proféticos, funcionarios irónicos, pobres diablos y pequeños déspotas… «Conócete a ti mismo» es un «excelente y útil consejo –dice el protagonista de una de estas piezas–. Lo malo es que a los antiguos no se les ocurrió enseñarnos la manera de ponerlo en práctica».
Las antologías aparecidas en volumen único son, por orden de aparición en librerías: Obras selectas (Espasa, colección Austral / Summa, 1999); Cuentos imprescindibles (Lumen, 2001); Cuentos (Pre-Textos, 2001) y Cuentos (Alba Editorial, 2004). Las repeticiones, como bien se puede suponer, son abundantes, incluso en los títulos de las recopilaciones; la elección, para quien quiera procurarse uno solo de los libros, es complicada. Sin embargo, no debemos olvidar los cuatro volúmenes de relatos en formato bolsillo de Alianza Editorial: Mi vida, El pabellón número 6 y otros relatos, traducidos por Ricardo San Vicente; La señora del perrito y otros cuentos, El violín de Rostchild y otros relatos, traducidos por Juan López Morillas, al que debemos también las formidables traducciones de clásicos rusos a las que dedicó especialmente sus años de jubilación. Chéjov se encuentra así al alcance del lector español. El prologuista de la selección de Pre-Textos toma de Shlovski esta cita muy apta para acercarse a la lectura de los cuentos de Chéjov: «La tensión narrativa no se debe al desarrollo de una trama, sino a una suspensión de los acontecimientos: no al hecho de que algo pase, sino al de que algo cesa momentáneamente».