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Huellas N.8, Septiembre 2008

CL - La Thuile

Comprometidos con la sociedad

Testimonios 2 (P.B.)

La política italiana y la situación española. Maurizio Lupi y Javier Prades hablaron de construir en un contexto social complejo a partir de las provocaciones de la realidad

Son dos los factores que caracterizan nuestra sociedad: una fuerte descristianización, es decir, la eliminación de esos principios y valores que han dado origen a nuestra civilización, y una indiferencia hacia la realidad, una falta de esperanza. Maurizio Lupi, vicepresidente del Congreso de los Diputados de Italia, cuenta su implicación en la política. «El Parlamento –introduce así su testimonio del viernes por la noche– es un lugar donde triunfan las opiniones: cualquier opinión vale. Y el cristianismo es una idea entre otras muchas. Entonces, ¿por qué puedo decir que mi posición es más adecuada? Por la experiencia que vivo». Por iniciativa de Lupi ha nacido en el Parlamento una Escuela de comunidad. «Para mí se ha convertido enseguida en un punto de referencia, porque me obliga a reconocer la verdad y la responsabilidad que tengo en la vida». Fue el comienzo de una serie de encuentros inesperados. Por ejemplo, con monseñor Rino Fisichella, que ahora celebra diariamente la misa en el Parlamento. «Ha nacido con él una amistad importante, una amistad que ha generado y sigue generando. Hasta el punto de que hace cuatro años propusimos a los parlamentarios empezar cada curso con una peregrinación». Respondiendo a la realidad han surgido otras experiencias importantes: la Comisión mixta para la subsidiariedad y la Escuela de política para los jóvenes. «Trabajamos, luchamos para que aquello en lo que creemos –y que no es una idea– pueda ser cada vez más verdadero para nosotros y, por lo tanto, expresarse publicamente».
De Italia a España, en donde gobiernan desde el año 2004 los socialistas, que han emprendido una profunda transformación cultural. Lo ha explicado en su testimonio Javier Prades: «Sobre todo en dos cuestiones: la concepción territorial de España, es decir, nacionalismos y soberanía, y el laicismo, es decir, la definitiva “modernización” del país con una serie de leyes, como la del llamado matrimonio gay, llovidas del cielo». ¿Cómo moverse en esta marejada histórica? «Hemos tomado posiciones a través de algunas intervenciones públicas del movimiento y de la CdO, y de algunas campañas que hemos lanzado con otras personas sobre educación, libertad, terrorismo, familia, relaciones Iglesia-Estado. El hilo conductor de estas intervenciones ha sido el intento de plantear siempre un punto de partida laico, es decir, la descripción y la afirmación de una experiencia común a todos, una experiencia humana que puedan compartir todos». Esta serie de iniciativas ha generado «un sujeto comunional, una unidad entre nosotros. Por eso empiezo este curso con la certeza de que gracias a esta unidad podemos seguir aprendiendo. Lo que equivale a decir que se ensancha la razón por la experiencia que cada día se nos ofrece», ha concluido Prades.