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Huellas N.7, Julio/Agosto 2012

BREVES

Cartas

a cargo de Carmen Giussani

UNA MIRADA QUE CAMBIA
Los cursos de formación para jóvenes del Centro Hispano Dominicano que estamos realizando desde CESAL están suponiendo para nosotros un cambio de mentalidad y un modo nuevo de afrontar nuestro trabajo. El hecho de empezar a colaborar con una obra educativa como es el Colegio Internacional J.H. Newman nos ha puesto delante lo que supone el reto educativo. Educando a estos jóvenes, que han tenido situaciones vitales tan complicadas, somos nosotros los primeros que nos sentimos interpelados constantemente. Son ellos los que nos indican el recorrido a seguir. Empezamos los cursos organizando una metodología que creíamos era la adecuada para su formación, pero hasta en esto hemos tenido que adaptarnos. Nos ha sorprendido lo sencillo que es trabajar con jóvenes que están cumpliendo medidas judiciales, ya que son los que muestran más necesidad. Cómo expresan el deseo de un espacio y la necesidad de ser acompañados concretamente. Hemos sido testigos de acontecimientos en sus vidas buenos y malos. En este recorrido estaba todo, desde conflictos y peleas hasta familias que se han vuelto a encontrar. El último día del curso organizamos una cena de gala con muchos de sus padres y familiares. Los jóvenes les servían. Fue impresionante ver los rostros emocionados de padres e hijos. Recuerdo uno de los momentos que más me impactó, fue una tutoría con ellos. Yo les regañé por haber trabajado mal durante la semana y les pedí una explicación a este comportamiento. Jeison me contestó: “El problema es que ya no nos miráis del mismo modo que al principio”. Tenemos la suerte de tener este lugar donde se nos está reclamando constantemente a no perder la tensión inicial.
Fernando, Madrid (España)

SUMARSE A LA CARITATIVA
Llevo tres años asistiendo a Escuela de Comunidad. Mi experiencia parte de una de las mejores decisiones que he tomado: unirme a la caritativa del Banco de Solidaridad. En los Ejercicios, Julián nos pregunta: «¿Cómo podemos plantear una alternativa al predominio del poder, que pretende tomar una posición que determine todos los aspectos, todas las expresiones de la vida del hombre, que quiere dictar hasta las leyes morales? El único recurso para frenar la invasión del poder está en ese vértice del cosmos que es el yo y es la libertad». Este año el Banco de Solidaridad ha vuelto a presentarse en la Feria del Libro de mi ciudad, y los hechos son: salgo del trabajo a las 18:00 horas desde las 08:30 que entro, y llego a las 18:20, hasta las 21:00 de la noche en un stand vendiendo libros de segunda mano, sin cobrar y acompañado por tres mujeres jubiladas. Esto careciendo de un mínimo de autoconciencia del yo, de preguntarme seriamente quién soy yo, me llevaría a decir, según la hegemonía cultural, a los del BdS que se buscaran a otro. Pero, haciendo memoria, me doy cuenta de que siempre que he escuchado a mi amiga Chiqui, que propuso hace tiempo esta caritativa, he recibido el ciento por uno. Tampoco esta vez se ha equivocado ya que está siendo una de las mejores experiencias que he tenido desde que estoy en CL, no sólo por las relaciones con las personas que visitan el stand, sino también por mis compañeras. Ver cómo trabaja Clari, jubilada ya, que está desde que se abre hasta que se cierra y que al acabar el día tiene más energía que yo. U otra, también jubilada, que, a cada persona que se le acerca, le comenta lo que hacemos y todos entran en el stand. Como mínimo, al ver eso te preguntas por un segundo: ¿qué les lleva a estas personas a tener ese nivel de certeza en sus palabras, que incluso lo perciben las personas ajenas a nosotros?, ¿por qué hay quien lleva aquí cuatro, cinco, seis horas y tienen una sonrisa en los labios? Pongo algunos ejemplos. Me acerco a un chico de unos veinte años y le comento lo que hace el BdS; me contesta que solamente había venido a la feria a buscar un libro y ya lo había comprado, entonces se mete la mano en el bolsillo, se saca unas monedas y me dice que no quiere más libros pero que lo que hacemos allí merece la pena apoyarlo. Me da las monedas y se va, sin ni siquiera entrar. Un señor, de más edad, viene y me pregunta si tenemos libros de inglés, le indico dónde los teníamos y empieza a ojearlos. Al cabo de un rato decide llevarse uno, pero cuando lo veo se trata de un libro de actividades, un workbook, usado, con partes ya escritas. Le digo al caballero que se fijara en que ya estaba usado – casi pretendía convencerlo de que era absurda su compra – y me responde que sí, pero que aún quedaba bastante por rellenar, me da su dinero y se va la mar de contento. Es más, unos minutos antes, Clari me había dicho que no lo tirara a la basura, porque yo estaba dispuesto a hacerlo. Por último, unos niños de unos doce años se acercan vendiendo rifas para su colegio, y van a dar a una mesa que tenemos enfrente de nuestro stand para hacer marcalibros para niños a venderle rifas a mi mujer, Veri. Ella, en lugar de comprárselas, les explica qué hace el BdS y por qué estamos en la feria del libro. Los niños, en lugar de irse y seguir vendiendo sus rifas, que sería lo más “lógico”, deciden quedarse para hacer marcalibros para que los vendamos, luego se acercan al stand a ver los libros, traen a sus madres para que se los compren e incluso una de las madres, al conocernos, nos dice que ella tiene otra mesa de manualidades y quiere que le demos libros para que ella los venda para nosotros en su taller. ¡¿Quién puede hacer estas cosas?!
Javi, Tenerife (España)

MI EXPERIENCIA EN COMO
El pasado fin de semana fui con mi tía Mercedes a conocer la experiencia de Cometa en Como. Tengo que confesar que el viernes, cuando llegamos, me costó un poco, porque me encontré de repente con muchos niños y con un tremendo jaleo. Enseguida me pregunté: «¿Qué hago yo aquí en medio de tanto alboroto (unos llegaban, otros se iban…)?». Sin embargo, después de estar con ellos y de jugar con los niños, me di cuenta de que ellos están acostumbrados a acoger. La apertura que tienen para darse a los demás me pareció muy valiosa y pensé: «por esta sencillez merece la pena todo esto». El sábado conocí a las mujeres de la casa de Memores Domini y me volví a sorprender. Nos acogieron como si fuéramos de su familia. Ellas estaban compartiéndolo todo, nos ofrecían todo lo que tenían para que estuviéramos más a gusto, deseaban que nos sintiéramos como en casa y esto es una gracia. Las Memores tienen una mirada que acoge todo lo que les viene dado, sin que tú antes hayas hecho ningún mérito para recibirlo, es algo previo a lo que tú les puedas dar, pensé que para ellas es así porque lo que se les pone delante lo acogen como signo del Amor de Cristo. Antonella, una de ellas, me llevó el sábado por la noche con los de GS a cantar al lado del lago de Como bajo las estrellas. La forma en la que Antonella trataba a los chicos es increíble. No tiene pretensiones sobre ellos, les transmite un cariño que no habían experimentado antes (muchas de sus madres no se ocupaban de ellos), les hablaba y se preocupaba de que vivieran las cosas de verdad, no pasando por la vida sin que nada les importe... y se veía que ellos estaban dispuestos a seguirla hasta el fin del mundo. Y es que ella les mira abrazando sus dificultades y problemas – que son muchos – y esto hace que ellos puedan renacer. Yo al verlo me sentía muy afortunada, en primer lugar, por poder ser testigo de algo así y luego porque en ese momento yo también estaba participando de ese afecto que se tienen entre ellos. También me impresionó mucho la belleza del canto. Para la elección de lo que estudiaré me ha ayudado estar este fin de semana en Cometa porque me ha confirmado que lo que quiero estudiar es algo que me permita después ayudar a chicos que se sienten solos en la vida, deseo ayudarles a descubrir que hay Uno que les quiere por encima de todo.
Ana, Madrid (España)

AVERIGUAR EL SIGNIFICADO
Ya se ha confirmado el diagnóstico de linfoma de mi padre. Es una noticia dura, pero no hay otra forma de afrontarla con fe y con esperanza que pedir no tanto que se cure (¡ojalá, Dios lo quiera!, lo deseo también), sino que sea una ocasión de relacionarme más auténticamente con mi padre, con mi familia, con mi trabajo y con mis amigos, para ser más consciente del valor de cada persona y de la realidad. Sé por propia experiencia y por la de mis amigos que el Señor permite estas pruebas para un bien mayor de cada uno de los que están implicados. Las cosas no suceden porque sí o como una lotería, y hasta la peor de las circunstancias tiene un porqué que construye. El reto es averiguar su significado. Y esto sólo es posible si te ves acompañado por los amigos más cercanos, que son un reclamo para mirar a Cristo a la cara y por lo tanto a la realidad, por dura o bella que sea. Por lo tanto, estoy tranquilo y confiado. Estoy sinceramente agradecido a Dios por esta circunstancia, pues estoy seguro del bien que traerá a mi padre y a todos los que de una manera u otra le rodeamos y le queremos.
Jorge, Villanueva de la Cañada (España)

NADA DE LO QUE ENTREGAMOS AL SEÑOR SE PIERDE
Me cuesta mucho escribir esta carta. El 11 de julio me voy del Ecuador para empezar una nueva misión en un país donde ya estuve varios años en el pasado. El Paraguay. ¿Por qué me voy? Un gran amigo sacerdote me lo pidió. Yo respondí enseguida que sí, pero tenía que preguntar al obispo de esta diócesis y al de la diócesis de mi destino. Un sacerdote amigo mío me había dicho: «Si los obispos dicen que sí, esto es la voluntad de Dios; si no, será evidente que Dios no quiere». Por eso ahora estoy tranquilo. Me han enseñado, y yo lo he visto en este tiempo, que todo lo que se entrega al Señor no se pierde, al contrario, se gana el ciento por uno. Así es su promesa y es verdadera, porque lo dice Jesús en el Evangelio. Yo lo he visto desde aquel día 30 de septiembre de 1986, cuando salí de mi tierra dejándolo todo, con miedo, pero obedecí y el resultado en mi vida fue muy grande. También, para llegar a esta linda tierra y gente del Ecuador, cuando aquel 10 de junio de 2008 me quitaron un dedo del pie. Tengo mucho cariño a esta tierra y a su gente. Aquí estuve muy bien, en esta parroquia, con toda su gente, y doy las gracias de corazón a todas las personas que he conocido. Y también conozco mi carácter, a veces es muy duro, me enojo fácilmente por motivos no tan graves (puede ser debido a mi enfermedad, pero no quiero justificarme) y pido perdón por eso a todos y a los que pude haber ofendido. Que Dios me perdone por eso. Seguramente mi sucesor, que al momento no sé quien será, les ayudará a seguir en el camino de fe que hemos recorrido en este tiempo en la parroquia, mejorando los errores y continuando con más gozos y alegrías el camino. Como saben muchos de ustedes, yo tengo varias enfermedades que últimamente no me han molestado mucho pero sí son bastante graves, les pido rezar por mí, yo les aseguro que les tengo a todos recordándoles en mi corazón y en mis oraciones. Por eso les hago una invitación. Una fiesta de despedida el día sábado 7 de julio a la noche. ¿Por qué una fiesta? Porque tenemos que agradecer al Señor por todo lo que nos ha dado y tenemos que pedirle que siga ayudándonos; por eso una fiesta para expresar la gratitud y hacer un pedido especial: para ustedes que sigan adelante en el camino de la fe que Dios indica y también para mí, que me acompañe en esta nueva misión.
Gracias a todos ustedes y que Dios le bendiga siempre.
Padre Alberto, Guayaquil (Ecuador)

YO MISMO ME SORPRENDO DE LO QUE NECESITO
Con ocasión de las vacaciones del CLU de México, Javier envía esta carta a sus amigos desde EEUU.
He llegado a EEUU con un reto muy grande: no distraerme ni olvidarme, sino al contrario, tratar de hacer memoria de lo que son ustedes para mí, ahora que estoy bien lejos, solo, y en un lugar donde la cultura, el ambiente, y muchas personas, sin palabras pero con su hacer cotidiano, dicen todo lo contrario a la realidad que este ultimo año he vivido con ustedes. El desafió comenzó muy rápido. Justo el día en que llegué al aeropuerto en Carolina del Norte me recogieron un par de compañeras de Nueva Zelanda que son una pareja lesbiana. Al otro día me desperté para trabajar y me sentí como estuviera entrando, literalmente, cada vez más en un bosque y tuviera que conseguir urgentemente una lámpara. Ya el segundo día de mi estancia aquí, la encontré: entré en la página del movimiento en EEUU y busqué algunas direcciones de correo electrónico. Les escribí a todos los de las comunidades de CL en Carolina del Norte y del Sur. Por la noche me respondieron todos. Anteayer pude hacer vía conferencia telefónica la Escuela de Comunidad con una comunidad que ha crecido aquí por una chica de Varese, Italia, que vino a trabajar a Carolina del Norte hace 13 años, y se llama Giuseppina. La próxima semana, en mi día libre, iré a visitarla. Nos veremos en una ciudad que nos queda a la mitad del camino a los dos y más adelante iré a Greenville, una comunidad muy grande que Carrón visitó cuando vino a este país. Hoy me acaba de llegar por correo Traces (Huellas en inglés) y el manifiesto de Pascua que estoy por pegar en el lugar de descanso de los que trabajamos aquí, y desde donde les escribo. Ahora ya no me siento solo ni extraño. Aunque en México con ustedes me sentía profundamente abrazado, ahora debo empezar “más desde abajo” a mover mi libertad, a reconocerme a mí mismo como necesitado y a escuchar mi corazón, que ha gritado en medio de este país tan diferente, con gente tan distinta, y con el inglés aún saliendo de los ataúdes y las telarañas de donde estaba. Un corazón que necesita a Cristo, y no es una manera de hablar. Lo he sentido en la radicalidad de la soledad, que ahora se ha vuelto bella. Disfruto mucho del bosque, del comer bien, del hacer amigos americanos y del hacer ejercicio diario. Me ha bastado ser honesto con lo que soy y esta realidad nueva se ha vuelto amiga. Es un reto que estoy empezando y faltan muchas semanas, pero experimento una gran diferencia. Por la urgencia que siento a diario de sentirme abrazado por Cristo, ayer tomé la bicicleta y me fui al pueblo a buscar la única Iglesia Católica que hay, y después de haber sudado toda la camiseta y no sentir mis piernas, llegué y había una comida. Conocí al párroco, me confesé y después me invitaron a cenar. Fue bellísimo a pesar de que hoy no siento las piernas. Yo mismo me sorprendo de que necesito a Cristo. Siempre, todas las mañanas, en medio de un bosque bellísimo, rezo las Laudes y pido por todos ustedes. Un abrazo a cada uno.
Javi

ESTRENO EN EL PRÓXIMO MEETINGSegún Laurie Zoloth, investigadora de la Universidad Northwestern de Illinois, «es uno de los ejemplos más desconcertantes de la expansión del capitalismo». Se trata de órganos humanos o mejor dicho de «partes que se pueden separar del organismo». Es decir, los óvulos que mujeres sanas y jóvenes “donan” a parejas estériles para consentir así una procreación de otra forma imposible. Un “mercado” un tanto peculiar, envuelto en un lenguaje y una retórica ambiguos: donaciones, generosidad, altruismo son sólo algunas de las palabras más usadas por las agencias especializadas en la búsqueda de jóvenes mujeres y por las clínicas donde se llevan a cabo las laboriosas operaciones. En concreto circula un montón de pasta: diez, veinte, cincuenta mil dólares acaban en los bolsillos de las “donantes”, usualmente estudiantes universitarias que así consiguen pagarse préstamos y débitos. Para no mencionar los gastos de intermediación y lo que ganan las clínicas. Lo denuncia una encuesta del Los Angeles Times, ya que, claro está, esta nueva frontera empresarial se sitúa en EEUU y sobre todo en California, donde la crisis del Hi-Tech, quizás, abre camino a las fantasías Biotech. Una ley federal prohíbe el tráfico de órganos, pero la compraventa de óvulos es legal. De aquí que el capitalismo tenga rienda suelta: en un brotar continuo de centros especializados y de intermediarios, parejas estériles y adineradas se cruzan con jóvenes que gozan de buena salud pero carecen de recursos. Pero hay más: hay óvulo y óvulo, por supuesto. Hoy en día los más caros provienen de mujeres asiáticas. ¿Por qué? En primer lugar, hay muchísimos asiáticos empadronados en la costa occidental; en segundo lugar, muchas parejas chinas ya se pueden permitir viajar y gastar lo que sea para conseguir ese hijo que no pueden tener naturalmente. Muy pocos piensan en la adopción y por eso se ha vuelto frenética la búsqueda de estudiantes asiáticas: «Las mujeres de origen china son las más requeridas, por su inteligencia, instrucción y capacidad matemática superior a la media; no hay mejor elección para quien quiere un hijo que conserve sin lugar a duda ciertos rasgos somáticos», afirma la responsable de la “Baby Miracles Agency”. El nombre lo dice todo. De esta historia y de sus aspectos realmente dramáticos para las donantes, sometidas a tratamientos médicos con consecuencias muy pesadas, habla también un documental chocante, Eggsploitation, que se estrenará en el próximo Meeting de Rimini en presencia de la autora, Jennifer Lahl. Una ocasión para ver desde cerca esta «desconcertante capacidad expansiva del capitalismo».
Carta firmada

UN CONSTANTE VOLVER AL ORIGEN
Dos días después me encuentro frente a un ser, muy cercano, que me ningunea. En su limitada inteligencia piensa que le ninguneo, es decir, el repetir constante de la frase “tú eres tonta”, puede resultar un incentivo para mi vida y no se percata de que el efecto es totalmente el contrario, de que lo que hace es hundirme en la miseria. Pues en esa miseria me hallaba inmersa cuando comencé a preguntarme por qué ahora yo puedo afirmar que también esta realidad es positiva. Por fin lo comprendí, la realidad no es positiva por lo que sucede en ella, sino por lo que suscita en mí frente a ella: el reconocimiento del Misterio bueno. Es un constante volver al origen: quién hace esto, quién soy yo, quién eres tú, quién responde a mi vida.
Carta firmada

Viaje a Shanghai
UNA INTENSIDAD HUMANA QUE DOCUMENTA LA PRESENCIA DE CRISTO
La pasada Semana Santa, un grupo de amigos viajamos a Shanghai para visitar a dos amigas que viven en China. Me he preguntado a menudo: ¿qué es lo que me hace recorrer medio planeta para pasar diez días con una amiga que se ha ido lejos? Encontré la respuesta en estas palabras de Julián Carrón: «La relación con Cristo coincide con la relación con personas que testimonian que Cristo está presente porque viven con una intensidad humana que documenta su presencia hoy». Hace ya unos nueve años conocí a esta amiga y mi vida cambió radicalmente porque reconocí algo que me atraía mucho y decidí ir detrás de ello. Hoy pertenezco a la Fraternidad de CL, y hace nueve años no tenía fe ni esperanza, vivía con temor cada paso que daba porque no entendía a qué venía uno al mundo si al final sólo le esperaba la muerte, la nada, la finitud… Esa falta de sentido me paralizaba. Ahora sé quién soy, una nada y una necesidad que ha sido amada, pensada desde el inicio, y sigo a aquellos que testimonian, con su abrazo y con su vida, la correspondencia de la respuesta cristiana a mi infinito deseo de certeza y amor. Entonces; ¿qué pasa cuando mi amiga, con la que yo he descubierto la Verdad, el cumplimiento, Aquello que me permite vivir sin miedo, se va a China? Lo supe expresar cuando leí esto: «El deseo de recordar a Cristo madura en nosotros mediante una historia, no crece automáticamente, sino que crece siguiendo a alguien como cualquier otra capacidad». Y de la misma manera que «el proyecto de nuestra madurez no está en nuestras manos, así tampoco podemos decidir el maestro a nuestro antojo; sólo tenemos que reconocerlo. El maestro que tenemos que seguir nos lo ha dado el Señor, nos lo ha puesto el Señor en el camino que nos ha trazado, en la vía que estamos recorriendo. Elegir nosotros un maestro significaría elegir alguien que nos resulte más cómodo, que responda a nuestro gusto, al deseo de ver secundado nuestro proyecto. En cambio, seguir significa ensimismarse con los criterios de otro, del maestro, con sus valores, con lo que nos comunica, y no vincularse a una persona que, en sí misma, es efímera. En este seguimiento se oculta y se vive el seguimiento de Cristo. El motivo del seguimiento entre nosotros no es el apego a una persona, sino el seguir a Cristo. La amistad entre nosotros debe tender a este magisterio – concluye don Giussani – porque el amigo verdadero es aquel que con discreción y respeto ayuda al otro a caminar hacia su destino» (ibid). En Shanghai hemos podido ver cómo Cristo actúa a través de estas dos mujeres que han dicho sí, al igual que hace 2000 años lo hizo la Virgen María. Fuimos testigos de cómo, en contacto con ellas, gente que apenas conoce la existencia de Dios quiere conocer más sobre aquello que les ha hecho dejar sus trabajos, su familia y sus amigos para ir allí, y qué hace que a su edad no estén “casadas” (algo que allí no entienden). Así, celebramos una fiesta a la que asistió tanta gente que en la sala no cabía ni un alfiler. Hubo cantos y vino desde el peluquero hasta el ayudante de la parroquia, pasando por el vendedor del mercado de imitaciones y una chica desesperada que, desde que conoció por casualidad a una de estas amigas, quiere conocer a Dios y las razones por las que merece la pena vivir. Por último, me emociona haber experimentado que el sentido religioso verdadero es lo que le libera a uno de cualquier poder, porque cuando un europeo impregnado de positivismo, nihilismo, etc. ve cómo se llena una iglesia en un país como China, entonces sólo puede reconocer que esta afirmación es cierta.
Rosa, Madrid (España)

ES EL CAMINO A SEGUIR
Es la primera vez que participo en los Ejercicios de la Fraternidad de CL. Vivir esta experiencia me ha ayudado a comprender lo que en realidad es ser cristiano. A vivir la realidad con verdadera libertad, a partir de mi humanidad. Como comentaba Carrón: «La afirmación del carácter positivo de la realidad nos ha desafiado a todos». Regresé a mi casa con el entusiasmo de que cada día mis actos me remitan a Cristo. Ahora entiendo que estar lejos de Cristo no sólo me pasa a mí en ocasiones, y también que damos por hecho muchas cosas sin dar gracias a Dios. En esos días comprendí que Comunión y Liberación es la compañía que necesito y que el camino que me propone don Giussani es lo que quiero seguir.
Erandy, Villahermosa (México)

La gracia que hemos recibido a través de Andrés
«NO PERMITAS QUE ME ALEJE DE TI»
A principios de 2011 los médicos le detectaron a nuestro hijo Andrés un tumor cerebral. Entonces, tenía 7 años de edad. Después de un año dramático y lleno de sorpresas y de gracias, finalmente el 2 de abril de este año, murió. Todo esto ha sido un verdadero acontecimiento para muchos. Al cumplir dos meses de su partida, escribí este juicio que quiero compartir con los lectores de Huellas. «Hace dos meses que Andrés comenzó a vivir la plenitud que todos deseamos ya desde aquí, aunque no sepamos nombrarla adecuadamente o la busquemos “donde la buscan todos los demás” equivocando nuestro intento. No se ha apartado de mi mente el hecho de que “todo es bueno, misterioso, pero bueno”. Quiero decir que realmente Cristo cumple absolutamente nuestros más profundos anhelos de plenitud. La muerte de Andrés los ha cumplido y los sigue cumpliendo en mí. Constato que nada se pierde porque Él lo es todo, todo (como dice Giussani, sin renegar, ni olvidar ni censurar nada). Y así todo sirve, todo colabora al Bien, hasta mi dolor, mi tristeza y mi error. “Cristo nos aferra” en sentido literal. Ruego que me permita reconocerlo a cada momento, porque perder esa mirada es ¡perderlo todo! ¡Cristo es todo lo que tengo! La certeza que Cristo me ha regalado no tiene precio. En verdad me siento feliz, y más al ver cómo tanta gente ha sido, y sigue siendo, tocada por Andrés: algunos dando un paso hacia adelante en la conciencia; otros encontrando nuevos motivos para recomenzar o para cerrar ciclos; algunos que ya han obtenido “favores” al invocar su intercesión, en fin, que constato que Andrés está vivo y muy presente. Alguien nos dijo algo así: “Andrés es mi gran amigo y lo llevo conmigo todo el día”. ¡Nada se pierde! ¡Nada! Cuando pienso en el Andrés que perdí, la tristeza y el sinsentido me invaden, por eso procuro pensar en el Andrés que gané, el que vive mirando a Dios, el que está ya pleno, el que trabaja por Él, y no lo hago como una autosugestión para brindarme un poco de ilusión que me consuele, sino porque Andrés realmente está y puedo verlo, ¡es una realidad, no un pensamiento! Le pido al Señor con todas mis fuerzas que “no permita que me aleje de Él”, porque toco con la mano que Él cumple lo que promete, cumple al 100, al 1000... Realmente estoy gozoso, y agradezco infinitamente esta inmerecida gracia. ¡No cabe esta alegría en mí! Cuando se comienza a hacer experiencia de Cristo, todo cambia, aunque todo siga igual, todo cambia. No quiero dar la idea de que todo corre sobre ruedas o que no hay dificultades. No es eso. Simplemente que todo está ¡tan cargado de sentido!, que justamente ese sentido se vuelve más concreto que lo que aparece a primera vista como concreto. “Señor, dame un corazón puro, renuévame por dentro con espíritu firme”.
Andrés: ¡ruega por nosotros!».
Pablo, Pachuca (México)