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Huellas N.8, Septiembre 2011

PRIMER PLANO / La historia soy “yo”

El salto del físico

Suzanne Tanzi

En el Meeting ha hablado de certeza y de conocimiento. Científico y pastor anglicano, John Polkinghorne cuenta cómo le ayuda a vivir la fe. Y por qué es necesario «partir de la experiencia»

«No podemos contraponer ciencia y fe: ambas se dirigen a la búsqueda de la verdad». Palabras de John Polkinghorne, Fellow de la Royal Society y del Queens’ College de Cambridge. Nacido en 1930, Polkinghorne es uno de los físicos contemporáneos más prestigiosos (Premio Templeton en 2002), al que se debe también una importante contribución en el descubrimiento de los quarks. Ha intervenido en el Meeting de Rimini, introducido por el astrofísico Marco Bersanelli, sobre “La certeza en el conocimiento científico”. Un tema al que ha dedicado una quincena de obras, como Creer en Dios en la edad de la ciencia. Y no por puro interés académico: Polkinghorne es, además, teólogo y pastor de la Iglesia anglicana.
Por eso hemos ido a verle después de su intervención, y le hemos preguntado sobre su vida y su trabajo: «Yo soy sacerdote y físico», explica. «No en el sentido de que soy sacerdote los domingos y físico los lunes: quiero ser ambas cosas todos los días». ¿Cómo es posible? «Las dos cosas se complementan mutuamente. Los científicos desconfían a menudo de la religión: temen los dictados de una autoridad que no pueden verificar. En cambio, la fe no es un salto al vacío, sino a la luz». ¿De qué modo influye esta posición en sus investigaciones? «La fe me ayuda a vivir. Nuestra sociedad parece querer una certeza absoluta, como si se  pudiesen resolver todas las cuestiones. En cambio, pienso que es necesario partir de la experiencia para comprender, no de una idea preconfeccionada. Necesitamos aprender de nuestro encuentro con la realidad».