Entre cursos y laboratorios, una academia forma a los nuevos médicos, mostrando lo que sucede si el Estado y el ámbito privado colaboran
En Italia, las colaboraciones entre el Estado y el mundo privado sin ánimo de lucro en sanidad se está mostrando ya como el mejor camino hacia la eficacia y la eficiencia en la cura de las principales y más difundidas patologías. Una vez más se pone de manifiesto que ya no es aceptable la identificación entre “estatal” y “público”. Si bien este dato está ya comprobado, tal vez sorprenda que la relación entre lo estatal y lo privado sirva también en la formación de alto nivel científico y tecnológico.
Es este el caso del AIMS (Advanced International Mini-Invasive Surgery Academy), una estructura innovadora, antes única en Italia y con pocas similares en Europa, dedicada a la enseñanza de la cirugía mini-invasiva, técnica que en los últimos veinte años ha tenido un empleo cada vez mayor, sobre todo en beneficio de los pacientes, que han visto reducidos los riesgos que se derivan de complicaciones post-operatorias hasta el alta hospitalaria.
Raffaele Pugliese (cirujano de fama internacional y director del Departamento Quirúrgico Poli especializado de Niguarda) movido por el deseo de formar a jóvenes cirujanos italianos y provenientes de todo el mundo, desde Rusia a EEUU, ideó primero y ahora dirige el AIMS, una iniciativa que presentará en el próximo Meeting de Rimini: «El progreso tecnológico –explica– ha ido ampliando la gama de intervenciones posibles, haciendo cada vez más necesarias las actividades de training y formación para todo el personal que trabaja en el quirófano. Por eso empezamos hace seis años a trabajar para crear una estructura dedicada al aprendizaje de las nuevas tecnologías mini-invasivas y a la investigación en el campo de las biotecnologías». Jurídicamente, el AIMS es una Fundación nacida en marzo del 2010, gracias a la colaboración entre público y privado, entre la Región de la Lombardía y la Azienda Ospedaliera Ca’ Granda, con el soporte financiero de Fundaciones y Sociedades en el sector biomédico y tecnológico. AIMS se ubica en un edificio de cuatro plantas del centro hospitalario de Niguarda, enteramente dedicado a la formación y a la investigación en el campo de las biotecnologías.
Ya desde los primeros cursos (Laparoscopia y Endocrinología quirúrgica) su metodología didáctica ha resultado particularmente eficaz: lecciones de teoría con los máximos expertos internacionales de visu y por videoconferencia se alternan con intervenciones quirúrgicas seguidas mediante sistemas robóticos de ultimísima generación; los alumnos se ejercitan después en varias horas de práctica, bajo la guía de cirujanos expertos y tutores, usando simulaciones en un futurista wet lab (una sala de operaciones experimental en la que los alumnos pueden utilizar las mismas tecnologías disponibles en las más modernas salas de operaciones) y en un pluridotado dry lab (una sala de operaciones experimental equipada con modelos virtuales recreados ad hoc). El cirujano tutor puede dedicarse simplemente a supervisar durante las sesiones de training o bien ayudar y, si es necesario, intervenir. Un sistema parecido al de los coches de autoescuela.
Frente a la estéril e ideológica oposición entra la opción pública y la privada, la subsidiariedad aparece una vez más como la solución más adecuada: todas las mejores energías que nacen del deseo de servir al bien de las personas pueden reforzarse e integrarse útilmente con la actividad de un Estado que no se conciba como un aparato mediocre, burocrático y apagado. Pero es necesario renovar la mente.
*Presidente de la Fundación para la Subsidiariedad