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Huellas N.3, Marzo 2011

BREVES

Ensayos de subsidiariedad
EL DESEO NO SE JUBILA

Giorgio Vittadini

Mauro, jubilado, va por las casas para retirar muebles en desuso que entrega luego a quienes lo necesitan. He aquí la historia del “Banco de Muebles”

La subsidiariedad (dar prioridad a las iniciativas que nacen “desde abajo” en una sociedad para responder a sus necesidades) es la iniciativa de una persona particular capaz, si vive con seriedad el deseo que la constituye, de construir algo bueno que sirva para él y para la comunidad de la que forma parte. No se necesita ninguna condición previa especial para que esto suceda: la historia de Mauro es un ejemplo de ello.
Mauro es un jubilado de 65 años que vive en Limbiate, al norte de Milán, en Brianza, y que desde hace un tiempo ha empezado lo que podríamos llamar un “Banco de Muebles”: va por las casas para retirar muebles y objetos en desuso y luego los entrega gratuitamente en las casas de personas necesitadas. El cómo se le ocurrió esta actividad demuestra que el deseo de bien que constituye el corazón humano es irreductible, incluso ante las condiciones más adversas que, a veces, pueden dar lugar a nuevas ocasiones de bien. Después de una larga enfermedad, Mauro fue despedido de la empresa donde llevaba trabajando 17 años como comercial. Al cabo de unos meses en paro, teniendo que hacerse cargo de su mujer enferma, dos hijos y su madre inválida, le asaltó la desesperación. Empezó a pedir subsidios en el ayuntamiento, envió cartas a la Región, a los periódicos y a programas de televisión.
Al final, desde la presidencia de la Región de Lombardía, le dirigieron a un Centro de Solidaridad de la CdO, donde le ayudaron a encontrar alguna ocupación hasta la edad de su jubilación. Llegado este punto, Mauro podía considerarse satisfecho y gozar de un merecido descanso. Pero lo que deseaba era algo más: haber recibido ayuda le había hecho descubrir cómo su corazón le impulsaba a hacerse útil para otras personas necesitadas.
Al ser voluntario del Banco de Alimentos, se le ocurrió la idea de organizar un mercadillo de objetos de segunda mano para recaudar fondos para el Banco. Estaba todo por hacer: empezó a repartir folletos en entidades privadas y públicas, a pedir por todas partes objetos para el mercadillo y a implicar a otros voluntarios. Al visitar las casas para recoger esos objetos, muchos le ofrecieron también muebles. Así, según su idea-guía, «si te ofrecen algo y tú no lo necesitas, piensa en quien lo puede utilizar», Mauro contacta con las distintas secciones de Cáritas y otras asociaciones benéficas para que le indiquen casos de necesidad.
¿Pero cómo hacer él solo todo este trabajo, sin furgoneta ni almacén? Mauro visita al donante para ver y tomar las medidas de los muebles, los desmonta y luego los entrega inmediatamente a quien lo necesita. La furgoneta es la de los chicos –extranjeros en busca de empleo- que le ayudan a transportar los muebles y que, como recompensa, reciben una propina. Esta actividad pudo comenzar porque Mauro, hace unos años, ayudó a dos chicos rumanos necesitados que, por gratitud, le echaron una mano, gratis, durante casi dos años.
Los pedidos aumentan cada día y Mauro no se detiene porque su deseo es indomable. Es cierto que su actividad podría estabilizarse y crecer si otros compañeros de viaje le ofrecieran una nave donde almacenar los muebles y una furgoneta para el transporte. ¿Cómo no responder a esta llamada? La actividad del “Banco de Muebles” ya está en marcha y puede contagiar a otros de la misma indomable energía constructiva que lo anima a él. 
Para contactar, Mauro De Biasi: debiasi.mauro@yahoo.it
*Presidente de la Fundación para la Subsidiariedad