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Huellas N.10, Noviembre 2006

CULTURA C.S. Lewis

El personaje de Aslan

Stratford Caldecott

Algunos pasajes del testimonio con el que Stratford Caldecott que finalizó su conferencia en Madrid sobre el autor de Las crónicas de Narnia, reflejando la impresión que le produjoel personaje de Aslan

Cuando leí por primera vez El León, la Bruja y el Armario comprendí profundamente la personalidad de Aslan y de su realidad. Sentí como si hubiera penetrado en mi vida, que era una persona con la que podía entablar una relación, a lo mejor era alguien con quien yo siempre había tenido una relación sin darme ni siquiera cuenta. Sentí que me había encontrado con alguien real, alguien a quien deseaba seguir. [...]
En algunos libros encontramos algo que traspasa las fronteras entre el mundo imaginario y real de una forma especial. Despierta nuestra conciencia de algo que ya casi habíamos olvidado, algo que a lo mejor habíamos reprimido o desechado, pero que sabemos que es verdad. Llega un momento en nuestra imaginación en que de repente nos encontramos al otro lado de la puerta del armario o de un espejo y estamos en un lugar que no es ni imaginario ni “real” en el sentido normal de todos los días, sino más que ambos. ¿Dónde aprendió Lewis este arte misterioso? Yo diría que los Evangelios tienen la misma cualidad alusiva. También los Evangelios narran una historia en la que entramos a través de nuestra capacidad de imaginar. Allí también nos descubrimos encontrándonos con Alguien que trasciende la imaginación de los autores. Alguien que está representado como si una realidad mayor se hubiera introducido en la historia desde no se sabe dónde y los autores estaban siendo únicamente fieles a lo que habían experimentado. [...]
Si dijera que Aslan era demasiado bello para no ser cierto, podría sonar como una mera veleidad. Pero a veces se comprende que ciertas cosas no pueden no ser reales, y yo diría que está relacionado con su belleza. La sed existe en nosotros porque somos criaturas que necesitamos el agua para vivir. La experiencia de la sed es un signo de la realidad del agua. [...] Belleza es el nombre que damos a la cualidad que atrae, que deseamos alcanzar, que nos despierta el deseo de estar junto a ella. Indica algo real, para lo que estamos hechos. Podemos confundirnos, pero siempre es posible rastrear la realidad que corresponde a una necesidad.