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Huellas N.5, Mayo 2006

IGLESIA Balthasar / Congreso

La verdad es sinfónica

Javier Montero García Noblejas y Ana Álvarez Garrido

Los días 18 y 19 de marzo, en el salón de actos de la residencia de MM Trinitarias, en la calle Marqués de Urquijo, se celebró el congreso organizado por el Centro Balthasar de Granada y la Fundación Nuevo Entorno. El título del Congreso, “Hans Urs Von Baltasar (1905-1988) a los cien años de su nacimiento”, quería responder al deseo de dar a conocer el pensamiento del teólogo suizo, así como las enseñanzas que personas concretas han recibido y siguen recibiendo de él

Entre los ciento cincuenta asistentes de distinta nacionalidad y proveniencia geográfica se encontraban profesionales y estudiantes universitarios de muy variadas disciplinas.
Tras las presentaciones y los avisos de rigor, el Congreso comenzó con la lectura del mensaje del Santo Padre con el cual se nos trasmitía la Bendición Apostólica.

Espíritu ignaciano
En la primera conferencia “Quién es Hans Urs von Baltasar”, el P. Eugenio Aldana nos aproximó a la vida e historia espiritual del autor teniendo como referencia su constante relación con san Ignacio de Loyola. Tras un breve recorrido por sus primeros años de vida en familia, describió el ponente su pasión por la literatura y la música. La narración de su vocación, con extractos de los escritos del propio Balthasar, subrayaron extraordinariamente su actitud de disponibilidad pronta a la voluntad de Dios: un marcado espíritu ignaciano que se mostraría especialmente en decisiones posteriores de su vida. Prosiguió el relato con el ingreso en la Compañía de Jesús, su formación teológica y encuentros con grandes maestros y amigos como Henri de Lubac. Su salida de la Compañía para cumplir una nueva misión es descrita por él mismo: «Tuve que abandonar, contra los dictados de mi corazón, mi patria espiritual». Para finalizar se señaló la importancia fundamental de su encuentro con la doctora Adrienne von Speyr. Junto a ella emprende la fundación NE un instituto secular, concebido desde el inicio como una «prolongación de la idea de san Ignacio en el mundo»: la Comunidad de San Juan.

El teólogo suizo y España
El siguiente ponente fue monseñor Javier Martínez, Arzobispo de Granada, cuya intervención llevaba por título “Retorno al Centro”. Nos hizo partícipes de su admiración por el teólogo destacando la importancia que en su formación ha tenido y la urgencia de que su pensamiento sea entendido como la necesidad de retornar permanentemente al centro. Breves referencias a la vida eclesial española y a la mentalidad ilustrada de los cristianos más devotos nos mostraban cuán lejos estamos de tomar en serio estas consideraciones, y cómo el diálogo entre la Iglesia y el mundo puede fácilmente convertirse en un diálogo sin identidad clara de los interlocutores. Hizo especial hincapié en la enseñanza de Henri de Lubac a propósito de la relación entre naturaleza y gracia, encontrando en el dualismo heredado por la teología desde el siglo XVI la causa principal de la confusión que afecta hoy a la identidad de la vida cristiana.
Tras la comida, tuvimos ocasión de disfrutar del testimonio de José Miguel Oriol, presidente de Ediciones Encuentro y amigo personal de Hans Urs von Balthasar. Supimos de la actividad de Balthasar como editor y de la publicación de sus obras entre los primeros libros de Encuentro. También pudimos conocer algunos detalles del nacimiento de la Revista Internacional Communio fundada por el teólogo suizo.

Al servicio del mundo
En la mesa redonda de la tarde intervinieron Roberto Graziotto (profesor de filosofía) y su esposa Dª Konstanze Szelényi-Graziotto (profesora de latín), Dª Marie-Agnès Petit (bióloga investigadora), Rafael Hernando de Larramendi (capellán universitario) y Juan Sara (filósofo y traductor de numerosas obras de Balthasar y Adrienne). Todos ellos nos dieron una muestra de la misma que está al servicio del mundo desde estados de vida distintos. Pusieron de manifiesto cómo la enseñanza de von Balthasar era central en su vida cotidiana, por su talante a la vez contemplativo y de servicio. Cada uno comentó brevemente su experiencia de vida cristiana en el ámbito en que está destinado, y luego respondieron amablemente las preguntas que desde el público se les plantearon.
Para culminar la jornada del sábado María Ceballos, pianista y profesora de música, nos deleitó con un concierto de piezas de J. S. Bach y W. A. Mozart, acompañadas de una breve explicación musical a cargo de la propia intérprete, así como de un comentario sobre la relación de Balthasar con los dos grandes músicos.

Contenido teológico y filosófico
El domingo se inició con la ponencia de Juan Sara. Bajo el título “Mi padre es más grande que yo (Jn 14, 18)”, desarrolló un tema fundamentalmente teológico en el que regresamos al inicio y origen de todo, a la Trinidad. Fue seguida de la intervención de contenido más filosófico con que clausurábamos el Congreso y que corrió a cargo de Adrian Walker: “La filosofía como tarea cristiana”. La primera proponía el “más” de la expresión de Jesús como el acceso a su misterio de filiación, no un “más” superlativo que declararía una oprimente diferencia entre el Padre y el Hijo, sino un “más” comparativo propio del Amor eterno que es Dios, siempre más grande en sí mismo. En este “más” nos introduce nuestra fe. En la segunda, el profesor Walker nos recordaba la importancia de permanecer en la actitud filosófica del maravillarse por la existencia de las cosas. La filosofía, si bien no como profesión, es un acto propio de todo hombre, es el pathos fundamental que lo relaciona con el mundo y lo abre a la trascendencia de Dios.