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Huellas N.5, Mayo 2006

SOCIEDAD Venezuela

La esperanza para reconstruir

Alejandro Marius

Tras el trágico desenlace del secuestro de los hermanos Faddoul y de su chófer, se enaltece más aún, si cabe, el testimonio de la madre de los chicos. El juicio que el grupo de CL ha difundido en los días del secuestro identifica «en la tarea educativa la única esperanza para la reconstrucción de la sociedad»

Los hermanos Faddoul fueron secuestrados el pasado 23 de febrero cuando se dirigían al colegio junto a su chofer, siendo interceptados por una alcabala improvisada a las afueras de la urbanización Bella Vista. El 13 de marzo los secuestradores realizaron el último contacto con la familia Faddoul, le dieron un video como fe de vida para continuar con la negociación en la que pedían una suma multimillonaria. El martes, 4 de abril, después de 41 días de secuestro, en horas de la noche se encontraron asesinados, tomados de las manos y con señales de tortura.
Bryan de 17 años, Kevin de 13 (quien padecía una parálisis cerebral que impedía la movilización de su pierna y brazo derecho) y Jason de 12 eran hijos de un empresario libanés, residente en Venezuela desde hace más de dos décadas. Cientos de manifestantes salieron a las calles en Caracas conmovidos por el suceso, clamando justicia y solidarizándose con el dolor de la familia. El 22 de marzo, cuando los niños aún estaban secuestrados, la madre escribió una carta a los secuestradores, dando un testimonio de entereza y de fe admirables. Comunión y Liberación la difundió por todo el país.
Frente al testimonio de esta madre es imposible no reconocer que la postura más adecuada delante de la vida, aun en los momentos más dolorosos, es la de un hombre religioso, de un hombre de fe, que reconoce a Dios presente como origen y destino de la existencia.

El dolor que vive nuestro pueblo en estos días expresa el deseo de felicidad, justicia e infinito que está en el corazón de cada hombre. Este es el punto de partida para la gran tarea educativa que tenemos por delante y es la única esperanza para la reconstrucción de nuestra sociedad.

Comunión y Liberación