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Huellas N.9, Octubre 2005

CL Brasil y México

Brasil. La esperanza no defrauda

Isabella Alberto

En el mes de septiembre Julián Carrón visitó Brasil durante varios días para conocer a la gente y profundizar en el valor de las obras

Dividido en cinco regiones geográficas muy diferentes entre sí, Brasil es un país de dimensiones gigantescas, con algo más de 170 millones de habitantes, y un contraste entre ricos y pobres muy acusado. Hace más de 40 años se plantó aquí la semilla de una humanidad nueva con la llegada, en 1962, de los primeros amigos de don Giussani que vinieron a colaborar en la Iglesia de Belo Horizonte (cf. Huellas, Palabras entre nosotros, enero 99). Con el paso de los años otros amigos se les unieron, trabajando sobre todo en la Universidad. El movimiento fue creciendo y hoy tiene comunidades en 28 ciudades, reuniendo a personas de todos los estratos de la sociedad. Pero, como al principio, la capacidad de generar obras para combatir la pobreza y la injusticia social sólo nace si se pone a Cristo en el centro de la propia vida.

Salvador
El momento más significativo de la visita de Julián Carrón fue sin duda la inauguración de la guardería “Monseñor Luigi Giussani” en Salvador, a manos del gobernador del Estado, Paulo Souto (ver en p. 42), en la bahía de Ribeira Azul, donde se está acometiendo una obra de reurbanización a gran escala que permitirá que 33.000 familias puedan abandonar los palafitos en los que viven y establecerse en verdaderas casas de su propiedad. El proyecto, financiado por el Banco Mundial y por el Ministerio de Asuntos Exteriores de Italia, se considera un modelo para Brasil por los resultados obtenidos y un escaparate para el mundo. En esta región, que ya fue objeto de multiples intervenciones sin resultados positivos, ha marcado la diferencia el nuevo método utilizado: la centralidad de la persona, el hacer juntos y la positividad. Esta es la gran contribución de don Giussani: habernos enseñado este método.
En Salvador, don Julián visitó tres obras: la guardería infantil de Novos Alagados, que acoge a niños menores de 6 años; el Centro Educativo Juan Pablo II, que ofrece apoyo extra-escolar para niños más mayores; y el Centro de Orientación Familiar, que ayuda a jóvenes y a adultos a encontrar trabajo ofreciendo cursos de formación profesional y pequeñas cooperativas. Todas estas obras han nacido gracias a personas que han querido responder de manera sistemática a las necesidades que habían percibido creando obras de caridad. Julián Carrón visitó al cardenal Geraldo Majella Agnelo, arzobispo de Salvador y presidente de la Conferencia Episcopal Brasileña, que le recibió con gran entusiasmo, mostrando su agradecimiento por la presencia de CL en su diócesis. Por la noche, en el Salón de Congresos del Hotel Fiesta, tuvo lugar una asamblea con todos los amigos del movimiento. Eran muchos los que querían conocer al sacerdote español. Había unas 230 personas, entre las que se encontraban algunos miembros de las comunidades de Fortaleza, Cruz das Almas y Vitoria da Conquista –que habían recorrido más de 1.400 km para participar en el acto–, sacerdotes y amigos de otros movimientos que habían acudido respondiendo a la invitación. Todos se quedaron admirados sobre todo por la sencillez de Julián Carrón, que insistió en que había venido para compartir lo más importante que existe: la presencia de Cristo. «La vida se decide cuando nos dejamos educar, tocar por la realidad. Juan y Andrés tuvieron experiencia de la vida de manera incomparable por haberse dejado tocar por aquella presencia excepcional, una presencia que corresponde. Para nosotros la experiencia es la misma, por la mañana cuando abrimos los ojos y el niño está llorando, cuando vamos a trabajar, cuando nos duele la cabeza o cuando estamos aburridos. Siempre estamos en contacto con la realidad. La realidad es nuestra verdadera aliada en la vida».

Belo Horizonte
En Belo Horizonte don Julián conoció a Rosetta Brambilla, una de las primeras italianas que llegaron a Brasil, coordinadora de tres guarderías –Jardim Felicidade, Dora Ribeiro y Etelvina Caetano de Jesús– que acogen a 313 niños menores de 6 años en situación de riesgo o de abandono. Además de un centro socioeducativo –el Centro Alvorada– que, aparte de apoyo escolar, ofrece a los 240 chicos y chicas de entre 6 y 15 años que lo frecuentan, talleres de teatro, música, informática, manualidades y otras actividades recreativas. Entre estos, Cristina y otros educadores ha surgido una bella amistad; muchos de ellos comienzan a participar en el grupo de bachilleres.
También con el deseo de responder a la necesidad nació en diciembre de 2001 la Casa Novella, cuya finalidad es acoger a niños menores de 6 años en situación de riesgo personal o social, víctimas de la violencia doméstica. El personal de la Casa Novella se ocupa también del seguimiento psico-social de las familias de origen, para intentar superar la situación y reinsertar al niño en su ambiente familiar. El año pasado la Fundación Abrinq premió esta obra en reconocimiento a la metodología utilizada: ¡realismo, razonabilidad y moralidad!
Julián Carrón tuvo ocasión de visitar el Centro Virgilio Resi, que se inaugura en octubre de 2005 con ocasión del tercer aniversario de la muerte de don Virgilio (sacerdote misionero en Brasil desde los años 80, ndr) pero que ya está en funcionamiento con 50 alumnos distribuidos en dos grupos de formación profesional de jardinería y de hostelería. Presentado como un amigo de don Virgilio, los chicos entablaron en seguida un diálogo con él y plantearon sus preguntas sobre las decisiones que hay que tomar en la vida. Julián les invitó a comparar todo con las exigencias del corazón a través del celebérrimo ejemplo: «Sólo tú puedes saber si los zapatos que llevas te están cómodos o no».
Después Carrón fue a visitar al padre Pigi Bernareggi –uno de los primeros que se fueron a Brasil, siguiendo la fascinación del encuentro con don Giussani–. Le recibió en su casa, junto a la parroquia donde vive, en el barrio “1º de Mayo”. Pigi le habló del trabajo que lleva a cabo con la comunidad de la región para estudiar juntos la Doctrina Social de la Iglesia y de sus nuevos proyectos: la construcción con Rosetta de una guardería para ayudar a las familias más necesitadas de la zona y la creación de un centro informático para jóvenes apoyado económicamente por la comunidad de CL de Turín. Al final del día tuvo lugar una asamblea con toda la comunidad; en esta ocasión algunos cantantes y músicos ofrecieron canciones brasileñas cargadas de sentido religioso.

Río de Janeiro
Otra etapa del viaje de Julián Carrón por Brasil fue la “ciudad maravillosa”. En Río de Janeiro, junto a monseñor Filippo Santoro, obispo de Petrópolis, se celebró una asamblea con la comunidad y otros amigos, en el que participaron más de 450 personas. Mucha gente había colaborado en la difusión del acto, el cardenal de la ciudad, Eusebio Oscar Scheis, envió un telegrama excusándose por no poder asistir: «Que Dios siga bendiciendo la misión evangelizadora y comunitaria del movimiento de Comunión y Liberación, sobre todo entre la juventud que busca a Cristo, muchas veces sin saberlo». Lamentablemente Carrón no pudo visitar las dos guarderías fruto de proyectos de AVSI, en una favela de Copacabana, el Morro dos Cabritos, un lugar con altos índices de violencia, que representan para las familias un lugar seguro donde poder llevar a sus hijos. También funciona el Centro Educativo para adolescentes con necesidades de apoyo escolar. Sólo la pasión por la vida de los niños, de los adolescentes y de sus familias puede sostener una mirada tan atenta a sus necesidades. Por eso todas las semanas los que trabajan allí, en su mayoría habitantes de la favela, junto a algunos padres, se reúnen para la Escuela de comunidad.

Sao Paulo
El viaje de Julián Carrón concluyó con la visita a los dos nuevos grupos de amigos de la ciudad de Sao Paulo. Personas que han reconocido en el carisma «el camino hacia el único punto que puede arrancar la tristeza, el miedo y el cansancio de la tarea cotidiana: Jesucristo vivo, presente en una compañía de amigos», como les dijo Julián.
El primer grupo se encuentra al oeste de la ciudad. Cleuza y Marcos Zerbini (cf. Huellas, junio y septiembre 2005) prepararon una gran comida para recibir a don Julián. Él les agradeció la caridad que les anima: «Estamos aquí para serviros», no se cansaba de repetir. El matrimonio Zerbini le entregó una placa en agradecimiento por su visita y por su entrega sacerdotal al Señor.
En el otro extremo de la ciudad, al este, el que recibe a Carrón es el padre Ticao, junto a un grupo de su comunidad. Se trata de algunos “agentes de salud”, asistentes sociales y voluntarios que le ayudan en la zona de Ermelino Matarazzo, donde además de párroco es uno de los grandes líderes populares. En esta zona viven unos dos millones de personas, sólo su parroquia tiene 30.000 habitantes. El padre Ticao le enseñó las obras de construcción del nuevo Centro de Recuperación y de Educación Nutricional (CREN). Patrocinada por el Banco Nacional para el Desarrollo Económico y Social, con la colaboración de AVSI, del gobierno del Estado de Sao Paulo y de otras instituciones privadas, esta obra se ubica junto a una gran favela, donde viven personas en extrema pobreza. La inauguración está prevista para finales de año; cuando esté en marcha muchas familias podrán beneficiarse de sus servicios. Don Julián visitó también la nueva iglesia de San Francisco que el padre Ticao está construyendo y la comunidad del Jardín Keralux donde, gracias a la ayuda de algunos amigos del movimiento, se puso en marcha un grupo de estudio sobre Educar es un riesgo que reúne a los educadores de la zona, y una cooperativa de costura. Estas mujeres han desarrollado la creación de sus productos que este año se han vendido en el Meeting de Rímini.
En Sao Paulo también se celebró una asamblea con los amigos de CL. 400 personas llenaron un auditórium para escuchar a Julián Carrón respondiendo a algunas preguntas que surgen en la vida cotidiana: la esperanza que decae, el cansancio…«no he venido para hacer yo vuestro trabajo, sino para mostraros el método que os ayudará a encontrar las respuestas».

Manaos y Brasilia
Además de las que ha visitado Julián Carrón, en Brasil hay otras dos comunidades: en Manaos –una de las primeras ciudades que visitó don Giussani en los años 60– se encuentra la Escuela Agraria Reina de los Apóstoles que acoge a jóvenes, en su mayoría indígenas, para enseñarles a cultivar la tierra y otras labores artesanales que les permitan ganarse la vida; en Brasilia fue donde tuvo lugar uno de los acontecimientos más importantes para la comunidad brasileña: en 1992 un niño de la calle, Edimar, conoció a una profesora del movimiento y poco a poco decidió cambiar de vida. Dos años más tarde, tras haber declarado al jefe de su banda «Yo ya no voy a matar más», Edimar fue asesinado. De este gesto suyo han nacido en estos años la casa de los Memores Domini, la guardería infantil Nossa Senhora Mae dos Homens y el Centro Edimar, actualmente en construcción, que ofrecerá cursos de formación profesional y apoyo escolar para adolescentes, precisamente por el deseo de abrazar y acompañar a chicos como Edimar.
Todo esto no es más que una pequeña muestra de los muchos milagros que el Espíritu ha suscitado en Brasil a través del carisma de don Giussani. En este momento de desconcierto político, con una grave crisis de gobierno, la presencia de Julián Carrón, su testimonio personal y sus palabras cargadas de certeza, han supuesto una verdadera ayuda para retomar lo que sostiene la esperanza: la educación cristiana. Esta es la esperanza que no defrauda.


BOX
Una nueva guardería en Salvador de Bahía
El gobernador de Salvador de Bahía, en Brasil, inauguró una casa para niños pobres dedicada a don Giussani

En una bahía antiguamente ocupada anteriormente por miles de chabolas cuyos habitantes vivían en condiciones infrahumanas, surge un mundo nuevo. Aquí nació la obra educativa que lleva el nombre de Luigi Giussani. El 13 de septiembre el gobernador inauguró en Salvador de Bahía esta guardería para 200 niños.
La idea de dar a esta obra el nombre del fundador de CL partió, en febrero, de los representantes del gobierno de Bahía, durante la reunión anual para evaluar el Programa de desarrollo urbano y humano de una zona de favelas de Salvador, la zona de los “Alagados”. La guardería se ubica en un barrio de unas doscientas casas en fase de construcción, destinadas a familias que vivían en palafitos.
Debajo de la fotografía de don Giussani se puede leer un párrafo de Educar es un riesgo: «La educación de los jóvenes es una tarea fundamental porque a través de ellos se construye la sociedad. En todas sus expresiones, culturas y costumbres, el corazón del hombre es siempre el mismo: mi corazón es tu corazón, y es el mismo corazón del que vive lejos de nosotros, en otros países o continentes. La principal preocupación de una educación verdadera y adecuada es educar el corazón del hombre tal y como Dios lo crea. Introducir en la realidad en su totalidad es la tarea de la educación».
En la inauguración de la guardería, el 13 de septiembre, Carrón subrayó que afirmar la dignidad humana, con la certeza que nace de la mirada y de la intercesión de don Giussani «que nos mira feliz desde el cielo», sostiene la labor educativa y la creación de esta obra.
Los representantes de las instituciones destacaron la valía de la presencia de la Iglesia en la comunidad que los poderes públicos reconocen en lo que aquí se hace: «una contribución esencial para llevar la esperanza». El gobernador, Paulo Souto, agradeció a AVSI por la verdadera colaboración y confianza recíproca que alejan el riesgo de la autocomplacencia y de la lógica del poder, «teniendo como objetivos el bien común y el desarrollo humano». Aprovechó también para valorar la experiencia del apoyo público a iniciativas surgidas de la comunidad de CL. La gestión de la guardería, construida con fondos de la cooperación italiana, se ha confiado a AVSI, que recibirá fondos públicos y recaudará también fondos privados mediante la adopción a distancia de los niños.