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Huellas N.8, Septiembre 2004

CULTURA Meeting 2004

Apasionadamente humanos

Emiliano Ronzoni

22-28 agosto 2004. Vigésimo quinto aniversario de la era Meeting. Quincuagésimo aniversario de la era CL, repiten casi obsesivamente los anuncios antes de cada encuentro. Para este que escribe el Meeting 2004 había empezado con una pequeña desilusión, mucho antes de la última semana de agosto, ya desde el anuncio del título. “Nuestro progreso no consiste en presumir de haber llegado, sino en ir continuamente hacia la meta.” No es uno de aquellos hermosos títulos de antaño, aquellas bellas tríadas vagamente mistéricas o aquellas citas cargadas de una fascinación que nunca llegabas a comprender del todo. Este es un título llano, que quiere decir exactamente lo que dice, con un toque alusivo al mito de la vida como camino, a lo Kerouac. ¿No es cierto? ¡No es cierto! Hemos podido asistir a un Meeting extraordinario en intensidad y relaciones. No el Meeting del andar sin más, sino el que atestigua la necesidad de comenzar siempre de nuevo, porque existe un punto de partida que nos se nos ha dado. O, en palabras de Cesana en la conversación del lunes 23 que recorría la historia del Meeting: «Para que esta experiencia dure otros 25 años es necesario volver a crearla, hacerla posible, y no repetir simplemente un esquema».

Más allá de Euclides
El Meeting demuestra que la geometría no es una ciencia exacta. Puede suceder que en algunos sitios, como en Porta a porta, Ballarò o el Constanzo show (programas de la TV italiana, ndt.), las rectas se encuentren en el infinito, bla, bla, bla, y que cuando se encuentren tampoco importe mucho, porque ese punto está vacío. Aquí en el Meeting los opuestos se encuentran y no en el infinito, sino en el presente.
Lunes 23 de agosto: los opuestos se encuentran. Francesca Mambro y Nadia Mantovani están en el estrado. Una, ex terrorista de derecha y la otra, ex terrorista de izquierda. Allí relatan su recorrido. Se ofrecen sin ocultar lo que son, modestamente, agradecidas porque la historia les ha concedido cambiar de vida, y conmueven a la platea. Fuera, en donde vale la geometría euclídea, el presidente de la asociación de víctimas por la matanza de Bolonia habla de “operación indigna”.
Jueves 26 de agosto: los opuestos se encuentran. Samson Lukare Kwaje, portavoz del movimiento de liberación de Sudán, se encuentra con el representante del gobierno sudanés. Reconocen el terreno y ven si es posible avanzar en la solución de aquella que la ONU ha sentenciado como «la peor crisis humanitaria del planeta». Silvan Shalom y Neebel Shaat, ministros de exteriores israelí y palestino, se sientan juntos en el estrado. Por vez primera acuden a una sede no institucional, llevan a sus espaldas miles de muertos asesinados, de cuerpos destrozados; delante tienen el destino de sus pueblos. Se hablan. Si ceden más o menos en sus posturas, ¿qué importa? ¡Cuánta paciencia ha sido necesaria para propiciar esta oportunidad de diálogo! ¿Qué la ha hecho posible? ¿Por qué vale la pena no rendirse ante la geometría euclídea que pretende cerrar en sí mismo cada asunto humano para ser perfecto?
Viernes 27 de agosto: los opuestos se encuentran. También en asuntos menores. Los que conocen al presidente de la Fundación para la Subsidiariedad, Giorgio Vittadini, saben e imaginan con cuántas ganas desearía cantarle las cuarenta a Epifani, secretario del CGIL (sindicato de izquierda de ámbito nacional, ndt.), por su oposición sistemática a todos los intentos por progresar en la libertad en este país. Pero Epifani llega al Meeting y confiesa que está tan impresionado por este evento que también él quiere hacer uno igual. Ofrece colaboración y voluntad de diálogo: «Me gustaría dialogar con CL y con la CdO sobre la idea de una nueva centralidad del pueblo no estatalista, promotor de un desarrollo que puede nacer desde abajo...». Y Vittadini rechaza otra vez esas amargas satisfacciones que le gustan a la razón cuando sabe que tiene razón. Durante el encuentro comenta, interviene, puntualiza, pero todo en nombre de una posibilidad de apertura que, sólo porque se ha planteado, hay que recorrer hasta el final. ¿No es éste un Meeting extraordinario?
Martes 24 de agosto: los opuestos se encuentran. Paola Bignardi, presidenta de la Acción Católica, viene al Meeting, invita al diálogo y devuelve la invitación para que participemos en su peregrinación a Loreto. ¿Es demasiado hablar de opuestos, poco delicado o demasiado poco eclesiástico? Pero los que trabajan dentro de los asuntos eclesiásticos, o simplemente los que acuden regularmente a la parroquia, saben bien que ni siquiera la más férvida imaginación habría podido imaginar un encuentro sencillo e imponente en su evidencia como éste. Y no puede dejar de interrogarse y de permanecer a la espera. ¿Qué quiere decir? ¿De qué es signo? ¿Qué significará de cara al futuro?
Pero también ha llegado el momento de abandonar el juego de una metáfora que a la larga puede incluso llegar a cansar. Porque en el Meeting, además de opuestos, están también los encuentros lisos y llanos. Encuentros apenas esbozados, con una forma apenas percibida, o bien ya manifestada y que quieren seguir adelante para consolidarse, porque allí, en Rímini, en la última semana de agosto hay algo que quizá no se sabe definir, pero que... «Os he amado sin conoceros...» y he aquí a Massimo Caprara, 82 años, secretario de Togliatti en los años de la nomenclatura del PCI hasta la crisis y el distanciamiento, presa de una búsqueda a la que no sabía dar un nombre hasta llegar al «os he amado sin conoceros», y era como si nos conociese desde siempre. También está François Michelín, inalcanzable gran patrón de una de las pocas empresas a escala verdaderamente mundial, grande y solitaria flor católica en esa Francia que ya no sabe ni siquiera qué es ser católica y que, con sus 77 años, ha vuelto este año al Meeting, como si estuviese en su propia casa. O bien ella, Paola Pitagora, actriz, el icono de la izquierda, que recita entre nosotros las palabras de María (interpreta en el Meeting la obra “Magnificat”, ndt.). Ella es “la pasionaria italiana” un poco cansada de ser siempre y sólo la pasionaria: «Harían falta cosas nuevas, un nuevo nacimiento, haría falta la fe», porque la fe «es una mano que hace parir». También tenemos a Magdi Allan, el subdirector del Corriere della Sera, tan lúcido al analizar los terrorismos y valiente al denunciar la connivencia con ellos, que sigue, lleno de asombro, a las personas que le guían por los stands. Él, tan agudo en sus análisis, no consigue entender cómo puede crearse todo lo que ve a partir de una amistad. Y pregunta, pregunta, pregunta porque quiere comprender todo, quiere comprender más. Como si, según cuentan las chicas que le han acompañado, se diese cuenta de la necesidad de algo que ha vislumbrado.
Además están los encuentros de punto final. Como el de todo el pueblo del Meeting que acude a la presentación que hace Julián Carrón del nuevo “Quasi Tischreden” de don Luigi Giussani Una presenza che cambia. Junto a él se encuentra Bruno Tolentino, el poeta brasileño, que nos regala un recuerdo. El recuerdo de cuando conoció a don Giussani con ocasión de su primer viaje a Brasil. En el avión hay un tipo con su mujer que empieza a agitarse. Es Jean Paul Sartre, que empieza a dar voces: «Ya es hora de que se pueda respirar en este avión». Y se agita tanto que consigue que cambien de sitio a ese cura que impide que él y su mujer puedan respirar. Recuerda también Tolentino que, al desembarcar, fotógrafos y periodistas se agolpan aclamando a Sartre. Junto a él, ignorado por todos, está aquel joven sacerdote. Comenta Tolentino: «Ese Sartre, cuyo pensamiento ha muerto y está sepultado con él y, gracias a Dios, ya nadie lo recuerda, aclamado como un rey. El otro, don Giussani, que tanto bien había venido a traer a Brasil, un bien que sigue dilatándose hoy, en una esquina olvidada». Olvidada, pero siempre presente, tan presente que pocos días antes del Meeting, estando con don Giussani, le escucha decir: «Bruno, ¿te acuerdas de esa vez en el avión con Sartre, cuando nos conocimos, hace veinte años?». Pero, querido Giuss, no fue hace veinte años, sino cuarenta, y la obra de aquel inicio continúa todavía. Una presencia que cambia.

Esa paciencia infinita y tenaz
Resulta evidente que Kerouac y su camino no tienen nada que ver con todo esto, pero nada de nada. Esta infinita y tenaz paciencia que hace existir las cosas es
posible sólo porque están presentes un comienzo y una meta. Y porque una milésima de bien de más es infinitamente mucho más que una milésima de bien de menos. Pero esto nos llevaría demasiado lejos, a esa misteriosa razón presente en la historia y que muchos de entre los apasionados del Meeting conocen bien. Y sin embargo, si fuese capaz, habría que hablar de ella, de esta fuerza, de este factor que se añade a las vicisitudes humanas y hace pensable lo que humanamente parecería impensable, incomprensible o insensato. Como el anuncio realizado por el presidente de la CdO, Raffaello Vignali, de que este año se abrirá en Jerusalén una sede de la CdO, una sede internacional, constituida por judíos y cristianos palestinos. ¿Qué posibilidad puede tener una sede de la CdO de promover el progreso económico y civil allí donde el alfabeto es el de las bombas y los atentados? Y sin embargo, se intuye ya lo preciosa que será esa pequeña criatura que se regirá sobre la relación entre un Ibrahim o un Joshua y un Mohamed o un Jossuf. Personas, aventuras y vicisitudes humanas con altos y bajos, paradas y arranques. Será una criatura a la que habrá que custodiar, por la que habrá que rezar, a la que habrá que calentar en la palma de la mano y con el aliento de nuestra simpatía apasionada, para que pueda seguir existiendo, custodiando la esperanza. Si hubiese que darle un nombre, podríamos llamarla “custodia de la esperanza”. Tenemos que confesarlo: en los trágicos acontecimientos internacionales, la insistente voluntad del Santo Padre de seguir el camino maestro de la custodia de las comunidades cristianas podía sonar en los periódicos como un poco reductiva. ¿Cómo se puede pensar en afrontar la complejidad trágica de la modernidad, asumiendo como elemento cardinal la vida de casi desaparecidas, cuando no olvidadas, comunidades de cristianos? ¿No hay tal vez un cierto matiz egoísta del tipo de “pensemos en primer lugar en los nuestros”? Esta CdO cristiano-judía árabe-palestina vuelve a poner las cosas en su sitio y nos hace entender mejor cuando Giussani repite que «la Iglesia es ante todo una vida».
Por lo menos esto es lo que me ha sucedido a mí.

En el Meeting y fuera de él
Además hay un Meeting que está en el Meeting y fuera de él. Es el Meeting de los periódicos, de las televisiones, el Meeting de los medios de comunicación. Y también en este aspecto este año ha sido un Meeting extraordinario. Los periódicos y las televisiones han contado las cosas que sucedían, los encuentros, los temas, las personas, los acontecimientos, las implicaciones económicas, culturales y políticas.
Ha desaparecido casi por completo de los periódicos el juego de los encasillamientos. CL-CdO a la derecha, en el centro o a la izquierda, o por todas partes para poder estar en todos los lugares en caso necesario. Y se han terminado los tiempos del corresponsal que acudía al Meeting en busca del animal exótico, el cristiano, en sus infinitas gradaciones, que sacrifica sus propias vacaciones y se da a la oración cuando, a su alrededor, la juventud enloquece en la diversión. De forma que Giancarlo Cesana, en el encuentro sobre los 25 años del Meeting, consigue hacer saltar la cuestión. «¿El Meeting? Es un mundo normal, una realidad normal hecha de gente normal, que viste y se comporta como todos, pero que cuando está aquí está traspasada por algo que le empuja a hacer cosas excepcionales y que difícilmente haría». Pero entonces, ¿qué es este factor extraordinario tan evidente y concreto que genera comportamientos difíciles de encontrar en la normalidad de lo cotidiano? Esto hay que preguntárselo, y hay que dar una respuesta. Para muchos quedará en la memoria la noche en que centenares de chavales se reunieron para rezar el rosario por ese joven amigo, buen estudiante, amante del balón, que tanto deseaba vivir, pero vivir, vivir, y que se fue confiándose al que podía responder realmente a su deseo de vida.

Hay más, mucho más
La impresión es que los dirigentes, los organizadores o los jefes, o como quiera uno llamarles, ven suceder el Meeting delante de ellos. Lo dejan suceder, antes aún que producirlo o que encerrarlo en el entramado organizativo. De otro modo, ¿cómo podrían hacer? Hay más, mucho más de lo que su libertad personal sería capaz de poner en juego.
Ciertamente han transcurrido días en vela, listos para subsanar cualquier posibilidad de mal servicio, o de una palabra fuera de tono, o de claudicación personal o de grupo con respecto a la meta. Quizá estaban tan cansados o tan tensos que alguna vez hayan cedido al nerviosismo. Pero, ¿de dónde vienen los encuentros sobre los hospitales ugandeses, sobre los cristianos en Iraq, o sobre temas de la sanidad? ¿Cómo han llegado esas sesenta personas de Kazajstán, o ese dirigente de las favelas, antes hijo de la teología de la liberación? ¿Cómo es posible discutir sobre capital humano con los máximos exponentes de los bancos y del empresariado italiano e internacional, alimentados y subyugados por la omnipotencia metafísica de la ley económica? ¿De dónde vienen los encuentros con los políticos, los científicos, los diplomáticos? ¿Qué es lo que permite producir exposiciones sobre astronomía, física, pintura, el arte de Cezanne, el arte sacro o la liturgia, la concepción del tiempo o la innovación? ¿Y los centenares de jóvenes voluntarios, que en casa dejan huellas de su paso esparcidas por todas las habitaciones, y aquí limpian las calles, las salas y los baños? ¿Y los centenares de no tan jóvenes que, después de haber pasado el año limpiando huellas dejadas por otros, sacan toda su energía y se implican en los bares, las cajas, las cocinas y donde haga falta? ¿Y la reseña de prensa tan puntual, hecha cada mañana a las seis y media por jóvenes a los que les gusta levantarse al mediodía? ¿Y ese maravilloso periódico Quotidiano Meeting tan útil y bien hecho? ¿Qué encuentros han tenido, antes de estar aquí en el Meeting, en Italia y en muchos lugares del mundo, obispos, empresarios, ministros, médicos, poetas, periodistas, deportistas, teólogos, actores y científicos para venir aquí a hablar de ellos mismos y a escuchar? ¿Qué es lo que une a dos bachilleres de la primera hora, uno don Pigi Bernareggi, sacerdote en Brasil, el otro su Eminencia el cardenal patriarca de Venecia monseñor Angelo Scola, para contar, cada uno según su historia, su modo y su temperamento propio, las grandes razones que han cambiado su vida?
Hay más, mucho más que una organización dirigida. Aquí detrás hay un pueblo. Y el pueblo es siempre mucho más que la capacidad de imaginación que tengamos sobre él.

Última semana de agosto
22 de agosto, abre el Meeting el saludo del Papa. 28 de agosto, cierra el Meeting el saludo de don Giussani. Allá, fuera, en el mundo de la geometría euclídea, discurren dos paralelas que se encontrarán, quizá, en el infinito. Aquí, gracias a Dios, hemos asistido al encuentro de dos orillas, dos orillas que se encuentran con nosotros y que se encuentran también gracias a nosotros.

 
 

Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón

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