Presentación del libro de Luigi Giussani en la sede de la centenaria Academia Brasileña de las Letras. Un profesor universitario, un obispo y un escritor se miden con la primera etapa del “Curso básico”
El libro de Luigi Giussani O Senso Religioso (Nova Fronteira, 2000) se presentó el pasado dos de junio en la sede de la Academia Brasileña de las Letras, en Río de Janeiro. El evento, en el que participaron el presidente de la Academia, el profesor Tarsicio Padilha, el obispo auxiliar de Río de Janeiro, monseñor Filippo Santoro y el escritor y académico Antonio Olinto, fue promovido por el Centro Cultural “Fato e Presença”. La Academia acogió, en un acto fuera de lo corriente, a diversas personalidades (políticos, escritores, representantes de la Iglesia, empresarios y estudiantes) para dialogar con ellas sobre el deseo de felicidad y sobre el sentido de la vida que es común a todos. Durante dos horas, aproximadamente, el público escuchó a los conferenciantes hablar sobre la obra de don Giussani y sobre su pasión por el hombre.
En el Meeting
El escritor Antonio Olinto habló de la luz que recibió cuando participó en el Meeting en 1986, en el que pronunció una conferencia sobre los 1.500 años tras la conversión de san Agustín. El encuentro con la experiencia de Comunión y Liberación fue tan significativo que hizo para él inolvidable aquel 28 de agosto. Olinto, junto con don Francesco Ricci, hizo posible la publicación de las primeras obras de Giussani en Brasil, escribiendo incluso la introducción de algunas de ellas.
Olinto subrayó que Giussani propone un nuevo sentido religioso, al concebirlo como aquello que estructura al hombre y le hace salir de sí mismo. El escritor describió el impacto con esta realidad como una iluminación que no es sólo estupor, sino luz que viene desde dentro, que sale del alma, haciéndonos comprender que es imposible entender y vivir la vida sin Dios, sin ese espíritu que mana dentro de nosotros y hace que veamos al otro como un hermano. «Cada uno de nosotros en esta sala desciende de alguien que vivió en tiempos de Cristo. En dos mil años no hay nadie aquí que sea fruto de la generación espontánea. Cada uno de nosotros desciende de alguien que descendía de alguien que a su vez descendía de alguien que vio nacer a nuestro Señor Jesucristo. Que suceda esto es algo impresionante».
«Giussani nos enseña un realismo en el vivir, pero también un realismo en el sentir que la vida es todo esto cuando contemplamos al otro como otro yo, como otro componente de esta grey. O Senso Religioso es un libro que nos enseña realismo a la hora de abordar la religión. Giussani nos hace sentir que la realidad es una realidad religiosa, porque Cristo está presente. Por esto repito las palabras que el ángel dijo a san Agustín: “Toma y lee”».
Desde el corazón
La tarea de explicar el método y el recorrido de Giussani en O senso religioso le correspondió a monseñor Filippo Santoro, quien definió el libro como un documento de la pasión por el hombre y por su felicidad. Un texto que acompaña a la persona en la búsqueda del sentido de la vida, exaltando la razón y el yo en su apertura al Misterio. Santoro presentó el texto de Giussani partiendo de su experiencia personal. El encuentro con Giussani le reveló que para afrontar seriamente la vida era necesario partir del yo humano, del corazón, y no de una idea, como afirmaba la mentalidad revolucionaria dominante a finales de los años sesenta. Es necesario partir del corazón, con todo lo que lo conforma, usando como criterios el realismo, la racionalidad y la moralidad, premisas que fundamentan el descubrimiento del sentido religioso.
Después de aludir a las tres premisas fundamentales, Santoro añadió: «El sentido religioso sirve para vivir la vida de todos los días, para permanecer dentro de la realidad porque en cada instante se afirma una verdad. Con este instrumento descubrimos en nuestra razón un conjunto de preguntas y la exigencia de una respuesta plena a nuestro deseo de felicidad. El sentido religioso es la naturaleza profunda de nuestra razón, de nuestro deseo, y el madero de la cruz es el camino para atravesar el mar infinito en busca del sentido de la vida, que se ha revelado en Cristo».
Por la esperanza
El profesor Tarsicio Padilha exaltó la grandeza con la que Giussani mira al ser humano en sus distintas dimensiones. «No se trata de aislar un aspecto de la persona para caer en una especie de reduccionismo, por ejemplo, el aspecto biológico tan exaltado hoy en día, que transforma al científico en un pequeño dios. Giussani pone de manifiesto que hay una unidad dentro de la multiplicidad de aspectos. El hombre es un microcosmos, es una especie de reproducción minúscula de lo que es el Ser». Subrayó que la vida es un don, que tiene un valor infinito, aunque sea finita, porque el valor es algo que viene dado por Dios. En cuanto a aquellos que se llaman agnósticos o ateos, Padilha afirmó que negar la existencia de Dios es negar la esperanza; y un hombre sin esperanza es un absurdo metafísico. Sin embargo, la esperanza cristiana es muy distinta de la espera del mundo, pues encarna la postura del que sabe qué esperar.
Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón