El Meeting visto a través de los ojos del director del semanario liberal más importante de Estados Unidos que, sorprendido ante una novedad deseable también para América, lo compara con los eventos del otro lado del océano semejantes al festival riminés
Peter Beinart (29 años, judío) es director de la revista americana The New Republic. Peter Berkowitz, uno de los editorialistas punteros. El semanario, fundado en 1914, representa la vanguardia del pensamiento liberal americano. Sus editoriales constituyen el punto de referencia, como posibilidad de consenso o de dialéctica crítica, para todo el mundo político que gira en torno a Washington. Ahora, un ex colaborador de la revista, Al Gore, podría ser el nuevo presidente de los Estados Unidos.
El público del Meeting este año ha tenido la oportunidad de escuchar a Beinart y a Berkowitz, junto a monseñor Albacete, en el encuentro sobre el liberalismo americano. Hemos pedido a Peter Beinart sus impresiones después de la visita al Meeting de Rímini.
He pasado bastante tiempo en el Meeting con Peter Berkowitz, compañero de mesa redonda y americano como yo, tratando de comprender poque un acontecimiento semejante no tiene lugar en Estados Unidos. Si bien el Meeting estaba impregnado de un generoso elogio de la cultura americana, nosotros llegamos con una idea sobre la situación de nuestro país bastante pesimista.
¿Por qué el Meeting parecía tan poco americano? Porque superaba las divisiones que en Estados Unidos rara vez, o quizá nunca, se superan. La mejor forma de describir por qué a los ojos de dos americanos como nosotros el Meeting aparecía tan extraño y, sin embargo, tan apasionante es tratar de describir nuestros eventos nacionales más parecidos. Como podréis ver, en realidad no hay mucha afinidad.
La Christian Coalition
La Christian Coalition (Unión cristiana) fue fundada hace unos diez años para organizar a los cristianos preocupados por el declive moral de Estados Unidos. Es una gran organización con grupos en cada estado americano y cada año sus miembros se reúnen en Washington D.C. La Christian Coalition y CL comparten algunas características; la más concreta es que ambos son grupos religiosos. Pero la Christian Coalition es considerada sectaria; aunque el grupo incluye católicos (han tratado incluso de llegar a los judíos), en general se considera que está controlada por protestantes evangélicos. Esto nos indica el primer problema para hospedar un evento como el Meeting en Estados Unidos. Italia es un país de mayoría católica, a los laicistas tal vez no les guste el Meeting, pero no hay muchas personas religiosas que lo consideren una amenaza para su propia fe, ya que en Italia no hay muchos no católicos. Sin embargo, como en Estados Unidos no existe una confesión religiosa mayoritaria, cada vez que un grupo trata de proponer una perspectiva religiosa en el debate público, que es muy sectario, los miembros de otras confesiones temen que esto lleve a la intolerancia e, incluso, a la discriminación. Por tanto muchos judíos, y también muchos católicos, ven la Christian Coalition como una amenaza. El único discurso religioso aceptable en la vida pública americana es el diálogo ecuménico, pero el ecumenismo radical conduce a la superficialidad teológica. Por eso en Estados Unidos la discusión religiosa está normalmente polarizada y es insignificante. Ha habido excepciones como el movimiento por los derechos civiles que ha empleado el lenguaje religioso con una finalidad moral universal; sin embargo, esto se refiere a los años sesenta, antes de que la batalla cultural se convirtiese en un aspecto fundamental de la política americana. Esta observación nos lleva al segundo motivo por el que el congreso anual de la Christian Coalition representa una tímida aproximación al Meeting. La Christian Coalition es un producto de la batalla cultural, de la idea de los años sesenta de que la moralidad y la religión americana tradicionales estaban siendo asediadas por elites seculares de vanguardia. Esta opinión, naturalmente, está asociada al Partido Republicano, cosa que explica el motivo por el que la Christian Coalition es generalmente considerada sectaria. En efecto, muchos de los ponentes del congreso anual son políticos republicanos. Pero esta no es la única diferencia entre la Christian Coalition y el Meeting; la diferencia fundamental es que la línea de demarcación de la “batalla cultural” en Estados Unidos hace a la Christian Coalition instintivamente hostil respecto a casi todos los aspectos de la cultura secular - los estudios humanistas, el arte, e incluso la ciencia -. Por tanto, mientras que el Meeting organiza conciertos, conferencias y exposiciones con temas que no son explícitamente religiosos, la Christian Coalition no cree en la existencia de una posición moderada - o estás con ellos o contra ellos -. El cine, el teatro, el mundo artístico, las mayores universidades americanas y hasta los institutos de biología donde se enseña la evolución, todos indistintamente son considerados hostiles, y por eso, la expresión cultural del congreso de la Christian Coalition es defensiva, confesional y antiintelectual. Todas estas características son ajenas al Meeting.
La Modern Language Association
La MLA (Asociación de la Lengua Moderna) es una organización colectiva que reúne a los estudiosos humanistas americanos, especialmente a profesores de literatura. Políticamente se sitúa en una posición diametralmente opuesta a la Christian Coalition, muy hostil respecto a la religión tradicional. Bajo este aspecto, claramente, se diferencia del Meeting pero, igual que este y a diferencia de la Christian Coalition, es muy seria desde el punto de vista intelectual, participando de la vanguardia del mundo académico y de la vida cultural americana. Pero es un fenómeno “para profesionales”, alejado del americano de cultura media. Como grupo de profesores, la MLA ha desarrollado un discurso intelectual que vive exclusivamente dentro de las universidades y, a menudo, resulta literalmente incomprensible para los no académicos. Este es el resultado de la “profesionalización” del mundo académico americano, en el que los académicos han intentado explícitamente situarse por encima de los escritores más divulgativos creando un lenguaje técnico con el que estos últimos (y los lectores comunes) no pueden medirse. El resultado es que mientras miles de italianos visitan el Meeting y comprenden las mesas redondas y las exposiciones, para los americanos esto sería imposible si participaran en la conferencia de la MLA. Lejos de juzgar este aislamiento como un defecto, los líderes de la MLA lo consideran la razón de ser de su propia existencia.
Epcot Center en Disney World
Disney World en Orlando, Florida, tiene un sector llamado Epcot Center que alberga exposiciones y recorridos que ilustran diferentes países del mundo y las invenciones del futuro. Naturalmente, Epcot se diferencia del Meeting en que no tiene ninguna impronta religiosa, pero a diferencia de la Christian Coalition y de la Modern Language Association, es un evento de masas. Igual que el Meeting atrae a miles de italianos de vacaciones, Epcot atrae a miles - en realidad, a millones - de americanos de vacaciones; igual que el Meeting y a diferencia de la Christian Coalition y de la MLA, Epcot Center no está vinculado a ninguna línea cultural, precisamente porque está dirigido al gran público y no está politizado. El problema es que en Estados Unidos la mayor parte del espacio cultural neutral está vinculado a las empresas. Epcot, igual que Disney en su conjunto, está creado enteramente por empresas de las cuales depende. Éste es el último factor por el que Estados Unidos no posee un equivalente del Meeting. El país no sólo está dividido entre varias confesiones religiosas, entre diferentes posiciones en la confrontación cultural y entre un discurso académico sectario y un discurso popular, sino que está profundamente penetrado por el capitalismo. El ideal americano de ideología del libre mercado no concede a los americanos tiempo suficiente para dedicar parte de las vacaciones a realizar un trabajo de voluntariado en un evento como el de Rímini. Aún más, el capitalismo americano afirma la supremacía del trabajo hasta el punto de que la gente cree que tiene que emplear su tiempo libre trabajando más y no en “pasatiempos” como CL. El Meeting tiene patrocinadores oficiales, pero están en un segundo plano y no definen el evento; por el contrario, en Estados Unidos - especialmente durante el decenio pasado - los principios empresariales han acabado determinando mucho el contexto cultural público, laico, aparentemente apolítico. Esto significa que Epcot, y por tanto también Hollywood, es mucho más inexpresivo, mucho menos intelectual y mucho menos popular que el Meeting. Durante el Meeting es posible discutir si el futuro se presenta prometedor o negro y si Italia está en fase de progreso o de regresión. En Epcot, América es siempre maravillosa y el futuro siempre resplandeciente, no existe nada más que el progreso, y progreso significa un mundo que es cada vez más empresarial, precisamente como Epcot.
¿Para cuándo el Meeting en América?
¿Pueden cambiar las cosas? Tal vez. Bajo algunos aspectos la batalla cultural se está disolviendo. Por ejemplo, el grupo religioso Promise Keepers, que se propone la tarea de restablecer la responsabilidad moral, es mucho menos sectario que la Christian Coalition y, por tanto, ha atraído a los no evangélicos e incluso a algunos no conservadores. El mundo académico no está bien visto, está sujeto a una creciente presión económica; podría verse obligado a una reestructuración radical que tal vez lo haría menos provinciano. En estos últimos años la cultura empresarial ha suscitado una violenta reacción como, por ejemplo, las protestas antiglobalización en Seattle el pasado diciembre. El problema es que la respuesta es de naturaleza tan política y tan radical que produce una atracción limitada. Si existiese una respuesta menos política y más cultural, una respuesta intelectual pero no oscura, religiosa pero no exclusivista, tal vez podría nacer una versión americana del Meeting. Es difícil de imaginar hoy por hoy, pero indudablemente Estados Unidos se convertiría en un país más rico, más vital y más humano.
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