Cuatro preguntas al senador vitalicio, al que el tribunal de Perugia acaba de absolver de una acusación difamatoria. La justicia, la fe y las razones para continuar
confiando
El pasado 24 de septiembre, después de un proceso de tres años y 160 audiencias, el Tribunal de Apelación de Perugia, ha absuelto, juzgándolo inocente, al senador Giulio Andreotti de la acusación difamatoria de haber estado implicado en el asesinato del periodista Mino Pecorelli, el 29 de marzo de 1979. El fiscal Cannavale había pedido cadena perpetua. Entre las reacciones inmediatas a la sentencia, recordamos la llamada telefónica del Presidente de la República, Carlo Azeglio Ciampi y la declaración del Vaticano por boca del portavoz Joaquín Navarro Valls: «Es obvio que la Santa Sede ha acogido con gran satisfacción la noticia, ciertamente esperada, de la completa absolución del senador Andreotti». Había causado impresión el abrazo de Juan Pablo II a Andreotti en la plaza San Pedro el 2 de mayo al término de la beatificación del padre Pío. La misma tarde de la absolución, conversando con Renato Farina, comentaba: «Si hubiese tenido la menor duda sobre mí mismo, jamás me hubiese permitido comparecer delante del Papa».
Al día siguiente de la sentencia, hicimos unas preguntas al que ha sido más veces presidente del Gobierno italiano. He aquí la transcripción.
Había quien seguía a la sentencia de Perugia (y ahora sigue a la de Palermo) como un veredicto sobre cincuenta años de la vida italiana, y por tanto, como un juicio sobre la actuación política de los católicos, siendo usted la máxima autoridad representante.
Después de la sentencia, ¿qué opina?
Soy sólo una rueda, quizás no muy pequeña, del engranaje político de la postguerra. Ciertamente, provenir de la Acción Católica me daba un margen mayor de sentido del deber. De todas formas, cuando comparecía ante el Tribunal era yo personalmente en Perugia, y soy yo en Palermo.
Estoy agradecido al Tribunal, también por el sacrificio que ha hecho en las vacaciones de agosto (en Palermo no podían por razones de "calendario festivo").
También sus adversarios han aplaudido la dignidad y la corrección con las que usted ha afrontado el proceso. ¿Qué le hace confiar aún en la justicia, a pesar de que, en estos años, su uso, en tantos casos, haya hecho dudar de la imparcialidad y objetividad de la acción jurídica?
La autonomía de los que juzgan respecto a los Procuradores es un fundamento del sistema judicial. Volver a confirmarlo en un proceso que ha tenido tanta publicidad ha sido importante.
¿Qué es la justicia par un cristiano?
Es dar a cada cual lo suyo, también en esta tierra (sabiendo que en el cielo, por gracia de Dios, gobierna también la misericordia).
¿Qué le ha sostenido en este tiempo de prueba, a usted y a sus seres queridos, frente a una acusación tan difamatoria como la que ha desencadenado el proceso de Perugia?
La fe en Dios, el afecto de mi familia y la solidaridad de mucha gente.
Comunicado de prensa
Sentencia Andreotti
Comunión y Liberación: es el final de una pesadilla
¡Por fin! Es el final de una pesadilla, sobre todo para Giulio Andreotti y su familia, a quienes volvemos a expresar toda nuestra estima y amistad. Y también a la justicia, que en este caso ha afianzado nuestra certeza en la imparcialidad y objetividad del Derecho. Sin esta certeza, la educación de los jóvenes y el bienestar del pueblo correrían un grave peligro, en el sentido de que hasta la acción judicial podría concebirse en última instancia como violencia.
Gabinete de Prensa de CL
Milán, 24 de septiembre de 1999
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