Huellas N.08, Septiembre 2023

PRIMER PLANO

¿Quién es esta panda de locos?

Juan José Gómez Cadenas

El físico y escritor español cuenta cómo ha vivido la semana del Meeting

Mi primera vez en el Meeting fue en 2021. El año pasado, Marco Bersanelli me pidió ayuda para preparar una exposición eligiendo algunas fotografías científicas y participé en ella, aunque no vine a Rímini. Este año me invitaron a volver para un encuentro con el escritor Luca Doninelli, y aquí estoy. Tenía una razón evidente, aunque después se me desvelaron otras más. La primera, desde el principio, era hacer algo con Marco. La amistad. Dentro de una amistad se trabaja: no somos amigos si no hacemos nada juntos.
Y esta era una gran oportunidad. Luego, una vez aquí, he descubierto otras razones. Quería volver a estar en el Meeting por la curiosidad que me suscitó la primera vez. No dejaba de preguntarme: ¿qué mueve a toda esta gente que acude cada año a Rímini? Miles de personas buscando, mirando, ¿qué es lo que buscan? ¿Qué está pasando? Me entró una curiosidad infinita. Porque o están locos o ven algo que yo no veo. Y lo quiero entender. Por eso vengo a Rímini.
El lema del Meeting este año era realmente atractivo. “Amistad inagotable” une dos palabras cargadas de significado. Lo de "inagotable" es una promesa nada banal. En Rímini veo que una amistad inagotable es algo a lo que el hombre tiene derecho a aspirar. Hace dos años me impactó el calibre y la inteligencia de la propuesta que se hace. Esta vez
he intentado entender su profundidad. He visitado muchas exposiciones. La de Péguy me ha impactado especialmente. Sobre todo me ha impresionado el chico que nos la explicaba, un voluntario. Aquí llega la primera pregunta: ¿qué malvada conspiración puede convencer a miles de jóvenes veinteañeros en pleno verano para dedicar una semana a recoger basura, presentar exposiciones o cocinar? Este chico, en el último curso de Ciencias Políticas, tenía un nivel cultural altísimo, una caridad humana, una estabilidad… con poco más de veinte años. Su entrega era impresionante. Surge entonces otra pregunta: ¿quién es este loco? Como Giovanni, un estudiante de Física que siempre estaba conmigo. ¿Es que no tenía nada mejor que hacer que acompañarme a mí? Era un tipo inteligente, sensible, profundamente humano. ¿Acaso él también está loco? En la exposición se notaba la precisión de un trabajo bien cuidado. En cada panel me esperaba alguna línea de propaganda y me preguntaba cuándo aparecería el habitual "firma aquí y tendrás vida eterna". Pero no. Nunca llegó. Cuestiones abiertas, preguntas, brazos abiertos… sin soluciones explícitas pero con la propuesta de un camino juntos. Péguy, que parte de su ser católico para llegar a decir sepulcros encalados», tan políticamente incorrecto, me llama la atención. Otro loco. Un loco genial. Luego me sucedió algo. Después de mi encuentro, iba caminando por el recinto con Marco y era como Ulises yendo a Ítaca: dos pasos y te paran, otros dos y te vuelven a parar. Nos cruzamos con un matrimonio de unos 40/50 años. Guapos, simpáticos. Charlamos. Ella me dice: «A mi hija le ha gustado mucho su encuentro». Miro a su hija. En silla de ruedas. Unos preciosos ojos azules, una grave discapacidad. Un rostro de ángel incapaz de controlar su cuerpo. Elisa. Mientras su madre hablaba, yo pensaba: «Qué habrá entendido con su parálisis cerebral…». Me dice la madre que su hija habla español, alemán, ruso… ¿Cómo puede ser? Podría saberlo, pero hablarlo, ¿cómo? La madre me explica que su hija escribe con la rodilla y que quería escribirme, ¡Pum! Mi compasión hipócrita… el descubrimiento de una persona nueva… mi admiración por esos padres… Y más aún: ¿acaso ahora me gusta porque sé que es inteligente? Una bomba de emociones que me descolocan. No sé qué es lo que puedo descubrir aquí dentro. ni siquiera sé si estoy seguro de querer saberlo. Pero sé que Rímini es un lugar donde he visto una experiencia como esta y he descubierto por qué he venido: para conocer a Elisa.