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Huellas N.11/12, Noviembre 1992

OBRAS

Cesal. Realismo e invención

Javier Restán

¿Por qué estás triste? Y la muchacha respondió, Porque hoy me voy a casar. La impresión que me causó fue terrible. ¿De qué servía alcantarillar toda la favela si esa chica estaba triste el día en que se casaba?

Siempre pasa lo mismo. La realidad va más allá de lo imaginado. No podíamos soñar lo que, de hecho, está comenzando a ser el Centro de Estudios y Solidaridad con América Latina (CESAL).
Desde los primeros meses de 1986 pasados en una pequeña habitación sin bombilla y con una máquina de escribir de hace veinte años, hasta el primer viaje a Perú en 1991 para iniciar en Lima y Arequipa nuestros dos primeros proyectos, habían pasado seis años llenos de trabajo, siempre con una idea fija, casi obsesiva: la misión.
El CESAL nació como respuesta a una provocación que nos vino de algunos sindicalistas de la CLAT (Central Latinoamericana de Trabajadores) que recoge en América Latina el último impulso de los grandes movimientos católicos de apostolado obrero de los años 60-70. Nos ofrecieron trabajar con ellos desde España, e iniciar así una colaboración mutua. Hoy el CESAL es una realidad sólida que está ejecutando proyectos de cooperación en Perú, en Chile y en Honduras, y además colabora con otros proyectos en Paraguay y Haití. Incluso es posible que en breve plazo entre a trabajar en Uganda. Algunos proyectos están siendo realizados por realidades eclesiales o misioneras y otros proyectos apoyan realidades de base de la CLAT.

En lo cotidiano
Sin embargo nuestro trabajo, "nuestras horas", no transcurren en tierras de América Latina, sino en una pequeña oficina que nos han ofrecido en los sótanos de la librería Exlibris. Y es aquí donde hemos aprendido en lo cotidiano lo mucho que hemos aprendido.
Si tuviera que subrayar algo, sin duda diría: hemos aprendido que una obra está completamente entregada a la libertad de la persona que la hace. «Las obras nacen cuando uno tiene el coraje de decir "yo"», recordaba Don Giussani hace poco, en la Asamblea Nacional de la Compañía de las Obras. Esto ha empezado a ser verdad para nosotros.
En una pequeña Memoria del CESAL que preparamos hace un año, titulábamos el apartado sobre nuestras actividades así: «Realismo e invención». Este es el mejor resumen de nuestra experiencia. Durante estos seis años ha crecido en nosotros una actitud mucho más concreta frente a las cosas, porque la realidad no se puede esquivar. Y al mismo tiempo ha crecido nuestra capacidad de responder, de la mejor manera que hemos podido, a esta realidad que nos tocaba. Esta es la invención.
Hemos tratado de no rechazar ninguna provocación: lo mismo elaboramos proyectos de cooperación en ocho países latinoamericanos, que organizamos una campaña de solidaridad con los trabajadores paraguayos de la presa de Itaipú; una semana organizamos las Jornadas del CESAL -donde convocamos a algunos de los mejores americanistas españoles, sindicalistas de la CLAT, y al mes siguiente preparamos una Exposición fotográfica sobre el trabajo de nuestros amigos en Belo Horizonte, u organizamos una campaña para apoyar la liberación de Gustavo Arcos, preso en las cárceles cubanas.

Aprender un método
Sin lugar a dudas nuestra prioridad actual es la «cooperación al desarrollo». Es decir, la elaboración y ejecución de proyectos de desarrollo en distintos países latinoamericanos y, posiblemente dentro de poco, también en África. Para ello estamos aprendiendo un método, mirando sobre todo a los amigos italianos del AVSI que trabajan en este campo desde hace ya más de veinte años. Y es precisamente aprender un método lo que más nos interesa.
El año pasado me invitaron a dar una conferencia del CESAL en América Latina durante la Semana de la Juventud, organizada por el Ayuntamiento de Parla. Tenía delante de mí a 60 ó 70 chavales, y tuve que explicarles el trabajo que realizamos, así es que se me ocurrió contarles una anécdota que viví personalmente. Estaba recorriendo una de las favelas más grandes de Río de Janeiro con un sacerdote que tiene allí su parroquia, y a mitad de caminos nos encontramos a una chica joven negra, sentada, con un vestido nuevo, blanco y radiante. Tenía la cabeza entre las manos y cuando la levantó para mirarnos pude ver un rostro con una tristeza inmensa. Mi amigo se dirigió a ella y le preguntó: «¿Qué te pasa? ¿Por qué estás triste?».
Y la muchacha respondió: «Porque hoy me voy a casar». La impresión que me causó aquella breve conversación fue terrible. ¿Dé qué servía alcantarillar toda la favela si esa chica estaba triste el día en que se casaba? ¿De qué servían todos los esfuerzos, el dinero europeo, los proyectos de todo tipo si al final nadie es capaz de acompañar la tristeza de aquella chica?

Para una presencia
Por eso el método es una presencia: nosotros queremos facilitar el nacer y el crecer de una compañía en el ambiente, contribuir al crecimiento de una presencia. De esta intuición están naciendo nuestros proyectos, con un origen muy claro. Sólo nos interesa esa muchacha negra. Sólo nos interesa hacer posible que amigos nuestros puedan estar allí para acompañar a esa persona.
Les decía a aquellos muchachos de Parla: «mucha gente va a América Latina porque se siente incómoda aquí, porque siente que allí, "haciendo cosas" va a encontrar una alegría imposible aquí, en su vida cotidiana: pues bien, nuestros amigos van a América Latina - o donde sea - porque están contentos aquí». Trabajamos en esto porque estamos contentos y agradecidos. Con este criterio desde el CESAL estamos construyendo en Arequipa comedores populares, escuelas, talleres, granjas; en Lima un taller de costura para mujeres, y un comedor infantil... y así vamos extendiendo nuestra capacidad de incidencia en América Latina.
Quisiera terminar, por justicia, recordando a quien ha sido el mejor amigo del CESAL: Francesco Ricci. Nos apoyó cuando nadie apostaba un duro por nosotros, a pesar de su enfermedad nunca rechazó una sola de nuestras propuestas, y sobre todo fue un maestro, un testimonio vivo de lo que deseamos ser y construir.

 
 

Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón

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