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Huellas N.3, Julio/Agosto 1986

MÚSICA

U2. Entre la protesta y la esperanza

José Luis R. Torrego

La música, como todas las artes, tiene momentos de gran imaginación que alternan con épocas en las que los grupos se de dejan arrastrar por el vaivén de la moda. Pero incluso en estos momentos de aridez creativa surgen grupos que en pocos años pasan a estar entre los mejores. Su secreto: no crear en función de una corriente o una moda. U2 representa una nueva posición humana.

El rock vuelve a revestirse de la coraza de la protesta. Vuelve a uti­lizar su mezcla de rabia y utopía. Una postura general: el nihilismo y el furor autodestructivo, a veces disfrazado de sentimentalismo y nostalgia. En definitiva, es el culto a la nada lo que hace funcionar los engranajes de este rock «compro­metido». Y, por lo general, su fru­to puramente musical es nulo. Y del dramatismo de la situa­ción de Irlanda del Norte ha surgi­do un grupo que plasma en su mú­sica su forma de vida, convirtiendo aquella en manifestación de su jui­cio sobre la realidad. Se llaman U2. Formados en el '78, han llevado al rock a su valor más positivo y pro­positivo, conjugando su esponta­neidad con una reflexión serena y constante.
La historia y la actividad disco­gráfica de U2 tienen el rostro de un camino humano hecho de sufri­mientos y conquistas. En su primer disco, BOY (1980), se perciben sus incertezas y ansias existencialistas, unidas a un estilo nervioso hecho de imágenes que se suceden sin pausa alguna, formando un cuadro en apariencia confuso, pero en rea­lidad fruto de una búsqueda humana y personal. «I will follow», can­ción que abre el disco, habla de la tristeza producida por la inseguri­dad e inquietudes del adolescentes. «The ocean», con un fondo musi­cal dulcísimo, vuelve a tocar el mis­mo tema partiendo de la imagen de un joven que contempla una tor­menta en el mar. «Twilight» con­tiene acentos de profundo pesimis­mo (He perdido el camino / No­che y día / No logro encontrar mi camino) y la canción «Shadows and tall tress» es el grito desgarrador del hombre que trata de dar sentido a su vida.
El siguiente LP, OCTOBER, presentado en octubre del '81, representa un paso adelante en el ca­mino del grupo. Habiendo sido ro­bado el cuadernillo donde habían escrito el texto del nuevo álbum, el cantante Bono rescribe las letras en el último momento. En estas letras, carentes de puntuación y sintaxis, y definidas por el mismo Bono co­mo «una transmigración de las le­tanías católicas»; se vislumbra la po­sibilidad de que la experiencia cris­tiana pueda ser para U2 un punto de referencia. Esta elección está he­cha responsablemente, aunque no elimina del todo dudas e incerte­zas.
En el tercer disco, WAR, apa­recido en febrero del '83, la fe cris­tiana de U2 se convierte en una oca­sión más para presentar cuadros sin los oropeles y las babas característi­cos del rock nihilista. «Temo al fu­turo, -ha declarado Bono-, pero no me abandono al cinismo o al pe­simismo. Saco la energía necesaria de la convicción de que todo tiene una razón, de que estamos en la tierra por un designio bien concreto». Las canciones de WAR lo reflejan am­pliamente: «Seconds» enjuicia con dramaticidad el horror nuclear. «New Years Day», dedicada a Lech Walesa, es una mirada a la aparen­te tranquilidad de Polonia y a su re­sistencia pacífica. Al igual que en su gran obra, «Sunday, Bloody Sun­day», tocan aquí el tema de la ma­nipulación de los mass media por parte del poder. «Like a song» es la renuncia a la instrumentalización político-revolucionaria, frente a lo cuál ofrecen algo más verdadero e importante. «Se necesita dejar de gemir y gritar, se necesita hacer al­go. Por eso WAR es un disco duro que se alza no sólo contra la violen­cia que nos rodea, sino también contra las raíces de esa violencia, que están en nuestro corazón y que debemos extirpar. De todos modos el mensaje de WAR es optimista: La esperanza ayuda a vivir».
En general este disco se resume en un grito de dolor y de esperanza, repetido en varias de las cancio­nes: «¿Durante cuanto tiempo ten­dremos que cantar esta canción? / Cantaremos una canción nueva».
Tras el album en directo UN­DER A BLOOD RED SKY, U2 pu­blica en el '84 su último trabajo: THE UNFORGOTTABLE FIRE (El fuego inolvidable), un LP cuyo título, que en apariencia puede parecer fruto de la estética este­reotipada de los títulos de dis­cos, es un medio para abrir el ca­mino a una muestra itinerante de' los horrores de Hiroshima. No por casualidad el disco se abre con «A sort of homecoming» (Una forma de volver a casa), un viaje imagina­rio con los soldados en el frente en la que se habla del regreso al ho­gar «a través de los campos fúnebres hacia una luz que está en la distancia». La fusión tema-música es impresionante. El crescendo condu­ce a una explosión de esperanza (Esta noche construiremos un puente que cruce la tierra y el mar / Contempla el cielo, la lluvia ar­diente / El morirá y volverá a na­cer / Esta noche). Después se oye una de las más bellas canciones del grupo, «Pride», basada en la figura de Martín Luther King, el cual ins­pira, a modo de epitafio, la última canción del disco: «MLK».
Pero la verdadera obra de arte del grupo, con la que decidió su compromiso con su vivencia cristia­na, es sin duda «Sunday, Bloody Sunday» (que se puede traducir por Domingo, sangriento domingo o por Domingo, maldito domingo). Bono, en el disco en directo, la pre­senta así: «Se ha hablado mucho de esta canción, quizá demasiado. Es­ta no es una canción rebelde». Es el grito de rabia por la grave situa­ción del Ulster, del que la conclu­sión es la certeza de que el perdón cristiano puede ser la alternativa al conflicto y al odio. No es su can­ción más bella. Su batería, con un impresionante redoble militar, marca un ritmo duro e inflamado. La melodía es descarnada, pero be­lla y envolvente, y los rudos cam­bios logran una gran emotividad. Las canciones de U2 deben es­cucharse con una sensación positi­va, que es la misma que mueve a estos irlandeses. «Cuando el públi­co sale de un concierto de U2 debe sentirse mejor que cuando entró; si no, no ha sido un buen concierto. Debemos restituir la esperanza, la dignidad y la confianza en la vida de las personas. Este es el objetivo primario de U2».

SUNDAY, BLOODY SUNDAY
«Esta canción no se refiere di­rectamente al domingo de 1972 en el cual soldados ingleses asesinaron bárbaramente a 14 civiles; es una canción de paz, de amor, la prime­ra verdadera afirmación pública de U2, que siempre nos había asusta­do por la puerta que podía haber abierto. Es una postura...»

No puedo creer las noticias de hoy
No puedo cerrar los ojos y pensar
que nada ha pasado]
¿Durante cuánto tiempo
tendremos que cantar esta canción?]
¿Durante cuánto tiempo?
Pero esta noche podemos estar
unidos]
Esta noche
Botellas rotas bajo los pies
de los niños]
Los cadáveres se amontonan a lo
largo de una calle sin fin]
Pero no acudiré al reclamo de la guerra]
Pondré mi espalda contra el muro
Domingo, sangriento domingo...
Y la lucha acaba de comenzar
Hay muchas pérdidas, pero dime,
¿quién ha vencido?]
Han vencido las trincheras
excavadas en nuestros corazones]
Y las madres de los niños, sus
hermanos y hermanas vuelven]
la cabeza
Domingo, sangriento domingo...
¿Durante cuánto tiempo
tendremos que cantar esta canción?]
¿Durante cuánto tiempo?
Esta noche.
Limpia las lágrimas de tus ojos.
Quítate las lágrimas de tus ojos.
Limpia tus ojos enrojecidos.
Y es verdad que somos inmunes.
Cuando los hechos son ficción y la
TV es la realidad.]
Y hoy millones de personas lloran
Y comemos y bebemos sabiendo
que mañana ellos morirán]
La verdadera batalla no ha hecho
sino comenzar]
Para proclamar la victoria que
Jesús octuvo en un
Domingo, sangriento domingo
Domingo, sangriento domingo

 
 

Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón

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