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Huellas N., Febrero 1984

IGLESIA

Amigos del campesino hispanoamericano. Una respuesta más.

Es triste pensar que el hombre sólo toma conciencia de la necesi­dad de sus prójimos, cuando por cualquier circunstancia tiene que sufrir al lado del que creía tan lejano.
Nosotros, a raíz de un viaje a Brasil, comprendimos una realidad ajena, nos comunicamos con hombres y mujeres radicalmente diferentes y sus problemas, pronto fueron los nuestros. Los lazos de amistad entablados nos ligaron afectivamente para prestar nuestro apoyo a unos pueblos a los que creíamos en una situación de injusti­cia, cuando el elemento anecdótico de una experiencia personal fue superado y ampliado desde una comprensión evangélica, nació A.D.C.H.A.


Brasil a muchos kilómetros de dis­tancia. Es una sociedad donde el futbol y la samba canalizan y diluyen la mayoría de los problemas e inquietudes de sus gentes. Ale­jados de la modernidad de Brasilia y no dejándonos engañar por los festi­vales carnavalescos de Río, aparece la otra cara de la sociedad brasile­ña: inflacción, brutal endeudamiento externo, indigencia y paro, son pala­bras que viajando hacia el interior se traducen en hambre, abandono y pobreza.

CAPITAO POCO
En este panorama general Ca­pitao Poco apareció como algo con­creto para nosotros. Situada en la orilla del río Guamá, fue fundada por inmigrantes que huían de la se­quía del nordeste brasileño. Allí em­pezamos nosotros y son ya tres años les que llevamos trabajando.
La falta de solidaridad, un índice de gran violencia y el confor­mismo fatal de la desesperanza es el clima que rodea al pequeño ambulato­rio centro principal de nuestro traba­jo actualmente.
Desde Madrid, un matrimo­nio, Carmen y Chema (auxiliar y médi­co) viajarán hasta allí. Inexperien­cia, ilusiones, vocación misionera y compromisos les acompañarán para su­frir un largo proceso de adaptación, donde esos tres años de trabajo dia­rio se encargarían de madurar.
Hoy, se pasa consulta de lunes a sábado con una media de 45 personas diarias, aunque, a veces, un sentimiento de impotencia no permi­ta sentirnos todo lo útiles que deseá­ramos. Después espera el trabajo pa­ciente de recoger datos, estudiar cau­sas y sacar conclusiones. Los estu­dios epidemiológicos, la formación de equipos de salud, y la creación de huertas medicinales, son los primeros resultados de todo un año de trabajo que, gracias a la ayuda concedida por la Campaña contra el Hambre, mantiene la esperanza de su continuidad.

EL TRABAJO DE LA RESERVA
Los jueves, en el viejo Wol­kwagen, nos acercamos hasta la reser­va del Alto Río Guamá, situado a 15 kms. y perteneciente a los indios Tembé.
Cuando el hombre blanco pi­só por primera vez el suelo brasile­ño en su aventura colonial, se calcu­laba que podría haber más de 5 millo­nes de indios repartidos por todo el país. Ahora la población indígena se ve reducida a unos 200.000 nativos, confinados en estas reservas como sim­ples obstáculos del progreso.
Doscientos o trescientos Tembé o Tenetehara, como les gusta llamarse a sí mismos, son el resto de una etnia llamada a la extinción. Un pueblo que al igual que otros muchos ha sido arrojado de sus tie­rras por una colonización desordenada e irracional, reduciendo el terreno, antes de todos, en pequeñas propieda­des individuales.
La entrada en esta isla del interior de la selva se hace inaccesi­ble para todo aquél que lo desea. Un puesto de la FUNAI (Fundación Nacio­nal del Indio), que es el órgano tutelar del gobierno y responsable de la protección del indio, impide que personas ajenas a la condición médica, puedan entrar en contacto con ellos. Educación, información y evan­gelización parecen ser elementos peli­grosos en manos de unos nativos pre­juiciosos y sucios.
Sin embargo, lejos de con­formarnos con repartir tabletas y po­madas, nuestra decisión ha sido la de sumarnos a la respuesta que ofrece la Iglesia. El CIMI que es el Consejo Misionero Indigenista, a través de su pastoral indígena, preconiza la salvación y la liberación del indio. Sabemos que no es tarea fácil, y que cualquier esfuerzo en este sentido es considerado como injerencia; sobre todo en estos momentos en que las presiones de "fazendeiros" y "colo­nos" se han agudizado en un intento
de ocupar sus tierras. Analfabetismo y despreocupación total sobre los de­rechos, se combinan para dejar a un pueblo sin suelo y sin raíces.
En 1978, los obispos y misioneros brasileños firmaban un documento llamado "I Juca Pirama". En tupí, lengua tronco de los Tenetehara, significa: "El que ha de morir".
En medio de este entorno hostil y en colaboración con el CIMI comenzamos a desarrollar un programa conjunto, concreto y lleno de esperan­zas. Largas horas en la materia­lización de una revista elaborada por y para el indio, montajes audiovi­suales, recogida de plantas y un am­plio etc. canalizaban las aspiracio­nes del Tembé por recuperar su cultura. En este empeño ha transcurrido casi todo nuestro tiempo.
Fue a principios del 83 cuando vivimos una de las experien­cias más gratificantes: las distintas ramas tembé, los del Gurupí y los del Guamá, los de la Frasquera y los de Taurí, se reunían por primera vez para poner en común sus costumbres y recopilar datos sobre su lengua, arte­sanía y creencias.
Ahora, pasados algunos me­ses desde aquél encuentro, la causa parece estar ya casi perdida. Ocho familias han iniciado su exilio hacia otros lugares del alto Gurupí, y tan sólo un grupo de ellos permanece en este compás de espera.
Jaene, la maestra del CIMI que atendía en la alfabetización de los niños, imparte sus clases entre los dos o tres que aún le quedan. Mientras, las casas de barro y palo, vacías, aguardan la pronta transformación del pico y la pala.
Bastarán diez años para que la reserva Tembé sea totalmente inva­dida y su suerte los lleve a la mismísima muerte física y cultural. Así lo creemos nosotros y así lo manifestaron los obispos y misione­ros brasileños cuando firmaron un do­cumento el que llamaron "I Juca Pira­ma", que en lengua Tupí significa "El que está destinado a morir".

Este artículo lo firma A,D.C.H,A,
(Amigos para el Campesionado His­panoamericano), grupo misionero seglar.



PROBLEMATICA DEL HAMBRE EN MADRID Y EN EL MUNDO
11 DE FEBRERO - 8 TARDE - e/ TUTOR N. 32
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Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón

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