Estas navidades, el Caballero de Gracia volverá a cantar en el escenario del Teatro de la Zarzuela, al programarse dentro de la temporada de este género las obras "La Gran Vía" y "La Tempranica".
No había experimentado la zarzuela, posiblemente, un auge tal como el presente desde su época dorada, en el final del pasado siglo y primeros treinta años del actual. Hoy en día, parece que todo el mundo redescubre la zarzuela. La gente descubre que infinitas melodías que había tarareado desde siempre pertenecen a este género, denostado por algunos y ensalzado por otros.
Vamos a hacer un poco de historia de la zarzuela, que es, a grandes rasgos, una obra teatral en la que se intercalan las partes habladas con los fragmentos musicales y cantados. Es ésta una definición algo incompleta, a la que le faltan algunos ingredientes propios del género, que le dan las características que hacen reconocible a la zarzuela entre otras formas musicales.
Nace este género a mediados del s. XVII, siendo sus primeras manifestaciones unas representaciones que tenían lugar en un palacio, cercano a Madrid, que utilizaban los reyes como descanso en sus jornadas de caza: el Palacio de la Zarzuela, de donde tomaría el nombre.
Autores como Calderón, Lope de Vega, etc. fueron tomados por los músicos de la época como base literaria para sus obras, extendidas rápidamente durante el reinado de Felipe IV.
Durante el s. XVIII, la zarzuela se ve ensombrecida por un movimiento de auge de la ópera italiana, hasta el punto de prácticamente desaparecer. Fue D. Ramón de la Cruz quien, dándole temas populares al género, lo impulsa definitivamente "al camino que tomaría durante el s. XIX.
A mediados de éste, músicos como Barbieri, Arrieta, Eslava, le otorgan a la zarzuela los primeros acentos característicos, y, aunque todavía influidos por las óperas italianas, escriben obras en las que se intercalan ritmos españoles, como la seguidilla, el pasodoble, etc.
1851 es un año fundamental en la historia de este género, al estrenarse "Jugar con fuego", de Barbieri, primera zarzuela "grande", es decir, con tres actos, que supone la consolidación definitiva del género.
A partir de entonces, y durante el resto del s. XIX, surgen autores que van poblando el panorama musical con numerosísimas obras: Barbieri (El Barberillo de Lavapiés) Arrieta (Marina), Fernández Caballero (Gigantes y Cabezudos), Chapí (La Revoltosa), Chueca (La Gran Vía) y Bretón (La Verbena de la Paloma), Estos últimos autores son los creadores del llamado género chico, obras en un acto de tema generalmente popular.
Los primeros treinta años del s. XX nos traen una continuación del auge del género, con páginas como: Doña Francisquita, La Dolorosa, El Caserío, La Calesera, Los Gavilanes y Las Golondrinas, escritas por autores como: Vives, Serrano, Alonso, Guridi, Guerrero, Luna y Usandizaga.
No obstante, la invasión de formas musicales más propias de la revista fueron deformando el espíritu de la zarzuela, de modo que los últimos dos grandes autores fueron Sorozábal (La tabernera del puerto) y Moreno Torroba (Luisa Fernanda). Tras la guerra civil, pocas obras en cantidad, y menos aún en calidad, han sido el balance creador del género, que hoy en día se encuentra vacío de autores dedicados a él, y debe conformarse con resucitar las piezas de ayer.
Durante estos años, la zarzuela, debido principalmente a la poca calidad en las representaciones -el género es caro- ha ido cayendo en un declive espectacular, del que ahora parece recuperarse; prueba de ello es el florecimiento de las compañías de zarzuela, el éxito de la "Antología de la Zarzuela" de Tamayo, y el extraordinario montaje de "La Verbena de la Paloma" y "Gloria y Peluca" en el Teatro de la Zarzuela, por poner unos ejemplos.
No le falta calidad a la zarzuela, cuya música puede, en ocasiones, competir con piezas de renombrados compositores. Prueba de ello es el éxito del recital de Plácido Domingo y Pilar Lorengar en Salzburgo este verano, y los proyectos de montaje de "Marina" y la Antología de Tamayo en el Metropolitan de Nueva York.
Aquí, en Madrid, los aficionados podrán disfrutar de las siguientes obras esta temporada: "La Tempranica" de Giménez, "La Gran Vía", de Chueca, "La Villana" de Vi ves, y "Curro Vargas", de Chapí, con renombrados directores escénicos y musicales.
Además, dos figuras españolas, Pilar Lorengar y Alfredo Kraus, completarán con dos recitales el 6 de febrero y el 5 de marzo respectivamente, la serie que comenzaron Montserrat Caballé y Teresa Berganza.
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