ESPECTADOR: Esto es un caballo ¿no?
Miro: Sí, claro que sí.
ESPECTADOR: Pues no, ahora me parece un pájaro.
MIRO: Efectivamente, es un pájaro.
Con la primera lectura de este diálogo, llaman la atención dos cosas:
1. Verdaderamente, no hay más remedio que reconocer que la buena educación de Miró al aceptar el título de "pájaro", lo que él había titulado "caballo", rompe la típica aversión de artista frente a la crítica estética.
2. Su respuesta está totalmente asumida. Sabe que el artista que inventa imágenes, no es un esquizoide que se debate entre lo real y lo imaginario. Es perfectamente consciente de que, incluso cuando la obra ha sido terminada, la interpretación del espectador no es menos válida que la suya propia, y que incluso, puede llegar a su más profunda e indagadora-reveladora, de la verdad que subyace.
Estas ideas no son propias de nadie. Ya son fenómeno bautizado: el arte de "camel-whale" (camello-ballena), es un fenómeno que adquiere su carácter más fuerte, con el movimiento subrrealista. En concreto, fueron el cubismo y el abstracismo, las dos grandes tendencias del nuevo arte de la naturaleza y del espíritu, a través de las cuales, la noción del "camel-whale", surgió en el arte de principios de siglo.
En contra de lo que parece a primera vista, tanto Picasso como raque, los dos máximos representantes del Cubismo como movimiento-ruptura, con los que se inicia el denominado "arte moderno"; tenían como finalidad pintar exactamente lo que veían, pero con unas ganas locas de apartarse de la visión distorsionada de la escena, que se venía arrastrando desde el Renacimiento. Por lo tanto el primer Cubismo, era un arte pasado en los datos proporcionados por un ojo en movimiento, simplemente. Y para desilusionar, sugerir que de "abstracto" e "ininteligible" nada, que por primera vez en la Historia del Arte se puede identificar todo lo que vemos en la naturaleza, en la pintura. Toma.
-MAS-: No sólo el Cubismo, mero producto de la visión, sino que también el arte Abstracto, mero producto del puro pensamiento, tuvo siempre a quien imitar, en el mismísimo Realismo. Nada podía ser más real. Todo, a través del ojo o de la mente. Tanto que P. Mondrian (por citar uno de los máximos exponentes del movimiento), no se satisface con comenzar reduciendo incluso las variaciones de color y las formas, a simples cruces de rectángulos, sino que, acabará por incluir el propio movimiento en sus cuadros.
Incluso W. Kandisky, una mente radicalmente distinta, pero perfectamente armónica con el movimiento, encuentra el acierto más logrado del arte en la expresión y comunicación de lo espiritual. "El artista, escribía, debe ejercitar no sólo su ojo, sino su espíritu, de forma que el alma pueda sopesar colores y formas en su propia escala, y de aquí, llegar a ser una determinante de la creación artística".
Choca esto ¿verdad? Nunca se hubiera figurado uno al contemplar, de todas las formas posibles y ya hartos, con un desesperado y generosísimo esfuerzo de comprensión, cual quiera de los lienzos de ambos movimientos, que lo que se nos ofrece no es más que la ancha realidad.
Pero profundicemos. ¿Será posible disfrutar además de contemplar? Creo que bien puede ser una clave la opinión de Boudelaire sobre su obra: ¿"Qué supone nuestro arte dentro de la concepción moderna? ( de L 'Art Philosophique)... " "Supone crear un contenido mágico y sugestivo, que sea al mismo tiempo, sujeto y objeto, el mundo externo y el mismo artista".
Es decir, la clave está en el término "SUGESTIVO". El espectador pasa a ser sujeto agente. El consumará la interpretación de la obra. Simplemente se trata de introducir un estado de ánimo.
¿Qué quieren decir? No quiere decir nada hasta que el espectador lo interprete para sí mismo. Su propia y personal respuesta confirmará las imágenes que en el exterior aparecen visualizadas.
MAS DATOS: Anatole France, decía de los simbolistas: "Su gran novedad es la palabra "SUGERIR". Es terriblemente moderna, modernista, algo nuevo, indefinido. Lo sugestivo es la última moda. En los viejos y bárbaros días góticos, las palabras se usaban para significar algo definido. Las palabras expresaban los pensamientos.
Hoy día, en las nuevas escuelas poéticas, las palabras no significan nada por sí mismas, no están relacionadas entre sí de un modo necesario, las han vaciado de sentido y sintaxis; o Ozenfante, "hacen al espectador libre de disfrutar de una gama más amplia de apreciaciones que ningún otro espectador de los tiempos pasados podía haber gozado jamás".
ATREVERSE a proponer, en vez de limitarse a disentir o no con lo propuesto, me parece una estupenda forma de creatividad personal. Jugar con los personajes, formas o colores, la propia intuición o estado de ánimo, para construir una opinión sobre un lienzo, es realmente atractivo y divertido.
¿Por qué conformarse con un insípido "voyerismo" cuando las posibilidades de participación son tantas? Lo que sugiere, comunica, y "si una obra de arte depende de cómo la explote el que la contempla", desarrollemos nuestra imaginación, que nos empuje a no conformarnos con lo que vemos, a aprender a jugar con nuestras propias propuestas.
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