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Huellas N., Diciembre 1983

CRITICA

El pensamiento de Albert Camus: "El extranjero" - "La peste"

María Asunción Monzón

Acercarse a la obra de Albert Camus, uno de los escritores más importantes de nuestro siglo, exige del lector una atención total, ya que su obra es una reflexión continuada so­bre el hombre y su existencia. Esto nos obliga a releer y meditar sobre el pensamiento que va exponiendo con una dimensión esencialmente literaria pero también filosófica.
La exposición continuada de los hechos, la frase más bien corta y concreta, su lirismo clásico y so­brio en la descripción y su sensi­bilidad para crear un mundo litera­rio, dan a sus obras un estilo ameno e interesante que cautiva al lector. La obra de Camus gira en torno a dos coordenadas fundamentales: el absur­do, cuya obra más importante es El Extranjero, y la rebelión, cuya obra representativa es La Peste. Ambas se corresponden con las dos etapas de su itinerario filosófico.
Antes de adentrarnos en e­sas dos obras exponiendo el pensa­miento que en ellas se refleja, vamos a trazar unas líneas generales.
La obra de Camus está am­bientada en los pueblos y países medi­terráneos con su miseria y su pobreza tanto física como humana, pero tam­bién se describe la luz, el color, una naturaleza sensual, viva, que el hombre percibe a través de los senti­dos como lo único plenamente real. Ese hombre se alimenta de esa realidad sensible exterior, busca la em­briaguez de los sentidos y escapa a toda vida interior.
Es un ser que vive-subsiste intentando dar subjetivamente un sentido a su existencia, como algo váli­do, racional y justificable. Un hom­bre que afronta toda la realidad huma­na (incluyendo la muerte) sin evadir­se de ella, sin buscar valores espiri­tuales que escapen a las coordenadas racionales puramente humanas.
Este hombre, que busca des­de su subjetivismo el sentido de la realidad anteriormente expuesta, cho­ca con una realidad objetiva, plena­mente viva, diaria, donde está presente la injusticia, la muerte de los inocentes, el dolor. Para Camus, el hombre debe asumir totalmente esa rea­lidad, pero desde él mismo, al margen de Dios.
"Intenta basar la grandeza del hombre en la certeza racional de que el mundo es irracional".
La idea de la muerte se convierte entre 1937-1942 en una obse­sión para Camus, no sólo por el momen­to histórico que el mundo está vivien­do sino también porque él mismo tuvo que afrontarla al caer enfermo duran­te un tiempo.
Esta obsesión, junto con la visión dada anteriormente de una rea­lidad subjetiva que choca con la obje­tiva, le conduce hacia una situación absurda donde la existencia carece de sentido (época del Absurdo).
Este nuevo planteamiento le lleva a ver al hombre como un ser libre para vivir sin sentimientos de responsabilidad, sin pagar las conse­cuencias de sus errores, que busca la evasión agotando todas las alegrí­as y las dichas sensibles que este mundo le ofrece.
Estas ideas expuestas en el Mito de Sísifo (1942) se ilustran en la novela El Extranjero (1942) y en dos obras de teatro: Calígula y El Malentendido (1944).
El Extranjero. Su protago­nista, narrador de la obra, lleva una existencia mediocre, vacía, limi­tada al desarrollo mecánico de unas acciones cotidianas. Vive en una espe­cie de extraña indiferencia ante todo lo que le rodea, al margen de los valores sociales y morales. Está in­merso dentro de esa naturaleza sen­sual de la que antes hablábamos. El es "extranjero en esta tierra" porque ignora los valores convencionales que dan sentido a la vida. Es, por esto, por lo que será condenado, por su insensibilidad ante principios mora­les del hombre.
En la cárcel Meursault es consciente de que la existencia es importante si gozamos de ella. De ahí que esa naturaleza sensual, llena de color y de luz, adquiera en esta obra una gran trascendencia actuando de forma determinativa sobre el prota­gonista.
El hombre absurdo se sabe víctima de un destino aplastante, al que no puede escapar (la muerte). Su vida debe ser un afrontar libremente y con todas las consecuencias esa realidad del hombre, dejando a un lado el problema de Dios que sólo es una idea ilusoria y por tanto una evasión de la realidad. Hay que vivir la vida y aceptar su sinsentido.
La rebelión: Camus continua ahondando en el ser humano. Partiendo de la condición del hombre anterior­mente vista, llega al descubrimiento de la naturaleza humana. A esta época pertenecen obras como: La Peste (1947), El Estado de Sitio (1948) y Los Justos (1950).
La filosofía de Camus ad­quiere ahora un nuevo componente: La solidaridad humana frente a la cruel­dad de un destino común. El hombre absurdo constituye una indivi­dualidad, el hombre "rebelde" es una parte de la comunidad humana que se afirma mediante el servicio a los demás. En La Peste se íra descubrien­do esa nueva orientación filosófica.
La Peste es un gran símbolo que incluye: la epidemia física, la guerra, la ocupación, el sufrimiento en el universo y el mal tanto social como moral.
Zarrou, uno de los persona­jes mejor creados de esta obra, es consciente del sufrimiento que conlle­va la existencia humana. Ante este hecho se propugnan unos valores de amor, de entrega desinteresada y soli­daridad, donde el hombre busque sal­var al hombre.
En La Peste todos los perso­najes se enfrentan a un mismo desti­no: la muerte. Para afrontarlo es necesario la solidaridad de todos, donde hay que sacrificar la dicha personal en beneficio de los otros, Camus afirma que todo ser tiene dere­cho a la dicha personal por medio del amor, es lo único que el hombre puede alcanzar y nada ni nadie puede hacerle renunciar a ello; pero no puede ser él sólo dichoso. De ahí que sacrifique su dicha personal en función de los demás.
La obra de Camus pone de manifiesto su amor al hombre, sobre todo a los pobres, a los inocentes, a las víctimas de la injusticia.
Acercaos a Camus, comenzad por una obra sencilla. El Extranjero, Calígula, Los Justos; pero no dejéis sin leer una de las obras más impor­tantes que ha dado la literatura de este siglo: LA PESTE.

 
 

Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón

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