El 23 de Noviembre pasado eran suspendidas unilateralmente por la URSS las conversaciones sobre armas nucleares intermedias (euromisiles) que se venían celebrando periódicamente en Ginebra. Las razones: el despliegue de los misiles (Pershing-2 y Crucero) en suelo europeo. Por un momento se ha vuelto a sentir el miedo de la guerra fría y la incertidumbre por el aumento de la tensión internacional.
Dos semanas después la Unión Soviética vuelve a suspender las conversaciones sobre armas estratégicas de alcance intercontinental (START) por las mismas razones y aunque parecía que al menos las conversaciones sobre armas convencionales que se llevan a cabo en Viena desde hace 10 años, iban a mantenerse, la URSS se ha retirado "sine die". Es evidente que la suspensión de estas importantes mesas de diálogo agravan la situación mundial y favorece el comienzo de una carrera de armamentos descontrolada.
Por esto es imprescindible volver a las conversaciones, reanudar inmediatamente el diálogo y buscar un equilibrio aceptable. Porque es claro que en las actuales condiciones internacionales sólo una situación de disuasión por el equilibrio de fuerzas puede ayudar a un control de la carrera de armamentos y a un aumento de la seguridad y la confianza mundial. Pero no sólo es este el problema, pues las dificultades para el diálogo son debidas fundamentalmente a consideraciones de orden político, ideológico y de desconfianza recíproca. Y además de esto, para nosotros es claro que no basta con soluciones técnicas (que son indispensables) sino que es urgente una reacción ética, una decisión de luchar contra las causas generadoras de la violencia.
Hay que emprender nuevos caminos de renovación de la mentalidad para eliminar el escándalo de la carrera de armamentos, que muestra desvergonzadamente la soberbia, el recelo y el deseo de dominio de los hombres y los pueblos. Frenar primero y acabar después con esta terrible farsa para empeñarnos juntos en las tareas verdaderamente importantes: erradicar la injusticia, el hambre y la marginación; luchar contra la enfermedad y afrontar la miseria espiritual de nuestro tiempo.
No hay paz sin verdad y sin justicia. Por eso la paz es un compromiso permanente y lleno de sacrificios. Pero hemos de recuperar la confianza en que es posible vencer sobre la violencia. El porvenir de la humanidad está en manos de aquellos que sepan ofrecer a los hombres de hoy razones para vivir y razones para esperar; y sólo las hay para aquellos que descubren que existe Alguien más grande que nosotros, que escucha y no abandona al hombre en su angustia.
Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón