Huellas N., Diciembre 1981

IGLESIA HOY

"El cristiano en su historia"

Recordamos que continúa el ciclo de conferencias para universitarios. Queremos que poco a poco estos "encuentros" se conviertan no sólo en ocasión de aprendizaje sino también en lugar de mutua confrontación... pací­fica, por supuesto.

Os habréis dado cuenta que es importante para la buena marcha del "intento" lo que ya os hemos repetido otras veces: PUNTUALIDAD - CONTINUIDAD - PREPARACIÓN.

Los próximos encuentros se celebrarán, como siempre, en la Escuela de Ingenieros Industriales (donde se nos ha prestado una muy buena acogida), de 6 a 8... de la tar­de, los siguientes días:
19 Diciembre: LO ESENCIAL DE LA CULTURA CRISTIANA. Carlos Díaz
16 Enero: UNA IGLESIA EN TRANSFORMACIÓN. Juan María Laboa

Traemos aquí parte de un editorial de Ecclesia (n. 2.052, 7 Nov. 81), titulado "De vergonzantes a confesantes", porque podemos sentirnos aludidos en él. Deseamos nosotros, y unidos a todos para quienes Cristo y la Iglesia lo es todo, ofrecer una Presencia al mundo cordial y valiente al mismo tiempo.

... Después de un tiempo en que la confesión paladina y colectiva de la fe permanecía agazapada y medrosa detrás de los telones, empiezan ahora a observarse, en muchos ambiente y en especial en los universitarios, síntomas de recuperación. Como si el hielo que durante los últimos años ha cubierto y paralizado las iniciativas comenzase ya a resquebrajarse. El fenómeno es todavía muy balbuciente, pero cumple, tras observarlo con atención, levantar acta de su existencia. Se abandonan ya esas zonas de lo implícito y de lo eu­fémico para pasar a ofertas y formula­ciones explícitamente religiosas y confesionales. Se ensayan ahora nuevas formas de presencia y de organización, purificadas de antiguas petulancias, pero purgadas también de falsos complejos.
En una palabra, los creyentes van encentrando pistas y razones para pasar de vergonzantes a confesantes.
La historia y los procesos espirituales ni se miden por el metro ni se consuman en un día. Requieren tiempo y espacio para ocurrir y para consolidarse. Pero hoy, y en materia de presencia y de in­flujo de lo confesional en la vida pú­blica, podemos estar en el umbral de una época nueva, en el inicio de una confesionalidad católica más decantada, más madura, más evangélica. El tiempo lo dirá. Aquí no se hace sino llamar la atención sobre algo harto sabido: que siempre tras el invierno llega la primavera.