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Huellas N., Diciembre 1981

SANTA TERESA

Una conferencia de D. Vietor de la Concha

María Elena Simón

En la Fundación Juan March, sita en Castelló 77, hemos disfrutado los madrileños, en el pasado mes de Octubre, a las 19 horas, como es habitual, cuatro disertaciones de D. Víctor de la Concha, catedrático de Literatura en la Universidad de Salamanca, sobre Sta. Te­resa de Jesús, ciclo por el mismo deno­minado "humanismo y libertad". Habló de los antecedentes familiares de Teresa, la situación de descendiente de judío­-conversos la tenía preocupada en lo que tocaba a la fama familiar su juventud. Esas lecturas de San Jerónimo que decidieron su vocación. Su entrada en la Encarnación, descripción de las carac­terísticas de vida y espiritualidad de este convento. Nuevas lecturas: "Las Confesiones", de San Agustín, que ori­ginan, por propia identificación con algunos aspectos expuestos, su auténtica ­conversión. Su adhesión a la Contrarreforma, y a Felipe II pues, en ese afán de volver a la auténtica espiritualidad de las primeras comunidades del Carmelo. No a la distinción de clases, ya no ha­brá "doñas" en sus conventos, con salas aparte, joyas u otras materialidades, tampoco habrá una carencia del alimento más necesario - el trigo - porque ella, en su reforma de la Orden, creará comu­nidades de 13 personas, 21 como máximo, como la de Jesucristo y sus Apóstoles, desechando aquella Encarnación en la que cabían 60 hermanas y vivían más de 100. Hay que "adecuar todo y encami­narlo todo, para que el Agua pueda beber sin freno del torrente de Dios". Limita las visitas y fija en los locutorios la siguiente cartela: "Hermano, una de dos, o no entrar o hablar de Dios". Crea una nueva vía de espíritu que va a ser revolucionaria en los caminos del espíritu europeo y de su cultura.
Frente a la idea falseada de una Tere­sa campesina, nos presenta Víctor de la Concha a una Teresa urbana, pues los conventos necesitan un ambiente de cultura. Llevará sus fundaciones a To­ledo, Segovia, Valladolid, núcleos culturales del siglo XVI, y en escasas ocasiones funda en pueblos: Villanueva de la Jara.
Garantiza a sus monjas vivienda y sus­tento, pues la falta de economía aton­ta la espiritualidad, pero siempre so­briamente, en el límite en el que la pobreza no llega a ser necesidad.
Sus monjas trabajan hilando, así pue­den seguir con el rezo y también en el huerto anexo al convento.
Un catedrático de Literatura, especia­lizado en la prosa de Sta. Teresa, no podía dejar de lado sus características de escritora, su "Libro de las Fundaciones", "El Libro de la Vida", "Las Moradas", etc. y a ello dedico más de dos ­tardes.
Teresa de Jesús escribe corno habla (esta norma impera a lo largo del siglo XVI), hablando como habla el pueblo, recoge la lengua castellana todos los dichos del pueblo. Consigue apartarse de la vía de los letrados, no era ló­gico que una mujer y encima monja es­cribiera y enseñase. Por eso ella di­ce que sólo escribe para sus monjitas, para clarificar su camino espiritual.
Teresa, indirectamente, alza la voz en defensa de la libertad espiritual de la mujer, a la que no era permiti­do ni la lectura de la Biblia. Hasta el vanguardista Erasmo de Roterdam había dicho "La mujer que es sabia lo demuestra haciendo que no sabe".
Su estilo es coloquial, dicen Lázaro Carreter y Menéndez Pidal, que su escritura es tan sencilla porque sólo quiere ser una monja humilde, no quiere ser didáctica porque no escandalicen sus defectos. De tradición entre los monjes de monasterios. No vuelve sobre lo escrito nunca. Su intención místico-gógica, quiere incorporar al lector, atrayéndolo para que penetre en su "intimidad", para "contagiarle de su propio mal", la historia se hace teología y su teología es biografía. Su redacción es transparente pa­ra que el alma se manifieste con toda claridad, rompe los moldes escolásti­cos, va arrebatada por el espíritu de Dios, que es el que le hace escribir sus vivencias.
Cada vez que escribe se produce en ella la "reviviscencia": reconstruye la experiencia vivida, viviéndola de nuevo y haciéndonosla vivir.
Sólo acepta el arte supeditado al ser vicio de la oración. En Teresa de Je­sús hay una Poética, la de la expresión mística. Hay momentos en los que se desborda. El místico recurre a la literatura por necesidad (ya lo decía Una­muno), y ensancha el lenguaje.
Fray Luis de León dice que estaba ins­pirada por Dios, que el Espíritu Santo hablaba y escribía por ella. Ello no evita el trabajo humano, ella trabaja mucho en sus escritos, e intenta plas­mar el núcleo vivencial con distintas expresiones literarias que no le cua­jan. La imaginación no era su fuerte. "iDesaciéndome estoy, hermanas, por daros a entender esta realidad de amor, pero no sé como".

¿Existe una retórica teresiana? Cierto. El Libro de la Vida es un gran discurso retórico para plasmar la misericordia de Dios. Ella, sin embargo, tiene más propensión a la dialéctica que a la re­tórica. Utiliza símiles, comparaciones. "Todo aprovecha para Dios cuando la raíz es por servirle". "A veces el entendimiento no consigue cosas que consigue la voluntad".
En cuanto a las imágenes teresianas, ella corporiza la espiritualización. Todavía está sin salir un buen estudio sobre la semántica del "vuelo" en Teresa­ de Jesús. Tal vez alguien se decida a investigar este punto en su tesina, ya que tiene significados muy diversos y discutidos.
Teresa logra revitalizar las imágenes, no entra en grandes descripciones, le interesa lo sustancial, siendo la ima­gen una simple apoyatura. "Hay que animarse a grandes cosas, aunque luego no se llegue a mucho". "Las Moradas" le lleva dos meses de trabajo.
Y esto sólo son unas pinceladas que pu­de coger en mi asistencia a tres de es­tas charlas. Podría seguir otras tantas cuartillas, no quiero cansaros, porque lo esencial es esa pureza de espíritu, de claridad y de estilo literario en lo que pocos, muy pocos, han podido igua­lar a Teresa, a Sta. Teresa de Jesús, y que con tanto conocimiento lingüístico y espiritual ha sabido presentarnos con una cuidada preparación, simpatía y profundidad D. Víctor de la Concha. Que Dios se lo pague.

 
 

Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón

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