Va al contenido

Huellas N.05, Mayo 1994

SOCIEDAD

Empresas y el ideal

Arturo Alberti

Avsistory. Cómo ha nacido y cómo se ha desarrollado el AVSI. Desde algo particular a los confines del mundo. Con una sola regla: compartir

Cuando en octubre de 1971 partí con mi mujer Valeria y otros amigos para realizar un servicio de dos años como médico en el pueblo de Kiringye, en Zaire, no podía imaginarme que mi vida esta­ría tremendamente determinada por ese hecho y que así comenzaba una historia de encuentros, amistades, laboriosidad que permanece todavía hoy, después de más de veinte años. Hemos vivido dos años de trabajo intenso, de oración, de encuentros, compartiendo el sufrimiento indes­criptible de muchos niños, de muchas madres, de muchas personas amigas, en una comunidad un poco «extraña», formada por un padre misionero javieriano y por algunos laicos (hombres y mujeres) que habí­an decidido dedicar toda su vida, en la virginidad, a Dios y a los herma­nos más pobres; padre Meo, Emma, Luisa, Leticia, Ezio, Maria han sido nuestros compañeros cotidianos en los dos primeros años de nuestra vida matrimonial y profesional. El Centro Médico-Social de Kiringye estaba sostenido, económicamente, por gru­pos de amigos de las personas allí presentes, y por tanto también por mis amigos de Cesena que seguían con pasión nuestro compromiso. Cuando he vuelto no he podido con­siderar la experiencia realizada como un mero paréntesis interesante en mi vida: los amigos dejados en África, los rostros encontrados, las personas enfermas, el trabajo que continuar; todo, en suma, interpelaba mi liber­tad y mi disponibilidad. Con los mis­mos amigos que nos habían ayudado concretamente mientras estábamos en el Zaire, he constituido el AVSI (Asociación de Voluntarios para el Servicio Internacional), un organis­mo no gubernamental, legalmente reconocido, para sostener con mayor estabilidad y precisión la presencia que continuaba trabajando. Hoy el AVSI es una asociación que gestiona 25 proyectos en África, América Latina, Europa y Oriente Medio, en la que colaboran más de 50 volunta­rios. Todo ha nacido, sencillamente, para ayudar a los amigos, y los desa­rrollos posteriores han estado deter­minados siempre por encuentros con­cretos con personas que nos han impresionado, que han hecho que surja en nosotros una simpatía, una amistad, una corresponsabilidad ope­rativa; ningún proyecto ha sido idea­do en torno a una mesa a partir de estrategias tercermundistas con el objeto de resolver el problema del subdesarrollo. En 1982 el proyecto de Kiringye llegaba a su término: los objetivos se habían cumplido sustan­cialmente, los responsables locales eran capaces de asumir la gestión de las obras realizadas ( dispensario, arrozales, fábrica de aceite, oficina mecánica), los voluntarios presentes debían regresar a Italia. En ese punto, cuando el trabajo del AVSI parecía concluir, se nos ha pro­puesto sostener e incrementar el tra­bajo empezado en Kitgum, Uganda, por el doctor Enrico Guffanti, al que había conocido estando en Kiringye.
Desde 1982 hasta hoy, la presen­cia se ha desarrollado, ha crecido, dando incluso relevantes frutos pro­fesionales. Hoy, 70 personas del AVSI son responsables en Uganda de la asistencia sanitaria global en dos distritos (más de 600.000 perso­nas), del funcionamiento de tres hos­pitales, de la gestión de un proyecto para todo el país de rehabilitación motriz de minusválidos, de varios intentos en el campo agrícola y de la puesta en marcha de tecnologías rurales apropiadas para la provisión de agua potable y el saneamiento ambiental. Por otro lado, nuestros voluntarios están en la primera línea de la ayuda humanitaria de urgencia a los prófugos del Sur de Sudán y a los prófugos ruandeses, en colabora­ción con el gobierno italiano, Unicef, el Alto Comisariado para los Refugiados y la Conferencia Episcopal Italiana. Dentro de poco nacerá una «Escuela-trabajo» para ofrecer un futuro menos triste a muchos jóvenes que viven una situación marginal en los slums de Kampala, y además se está desarrollando con mucho ímpetu la iniciativa de la adopción a distan­cia para ayudar a los huérfanos del Sida, asistidos por la asociación ugandesa Meeting Point. En Brasil, en Belo Horizonte, la presencia del Avsi comenzó en 1983: una querida amiga nuestra, Rosetta Brambilla, perdió algunos dedos de una mano en un accidente y no tenía seguro. Colaboraba con Pigi Bernareggi y el matrimonio Brughera en el segui­miento de los jóvenes de la Favela 1 de Mayo. Hemos pensado realizar un pequeño proyecto de formación pro­fesional, sobre todo para ofrecer a nuestros amigos algunas garantías previstas por las leyes italianas (seguros de accidentes, asistenci2 sanitaria, pequeñas asistencias eco­nómicas, aportaciones para la jubila­ción). Estas personas se han tomado en serio el objeto previsto por el pro­yecto; han realizado los cursos de formación, pero además han puesto los cimientos para afrontar la proble­mática de las favelas con una meto­dología totalmente innovadora, basa­da en la participación popular, que ha contribuido a que la política brasile­ña respecto a los favelados dé un giro decisivo. El actual proyecto en curso, en Belo Horizonte, ha obtenido una financiación significativa del Gobier­no italiano y del Gobierno brasileño (nueve mil millones de liras cada uno), y prevé una intervención inte­grada en numerosas favelas en las que se realizará una mejora de la vivienda, el desarrollo de servicios sociales, la preparación para el traba­jo de jóvenes a través de la promo­ción de realidades productivas adecuadas. En estos años se han impli­cado al menos 300.000 personas y se han realizado algunas obras signifi­cativas totalmente gestionadas por jóvenes brasileños: un laboratorio informatizado de topografía, una piz­zería napolitana, un centro de solida­ridad, algunos ambulatorios médicos, numerosos centros de acogida para niños. Hoy el AVSI es una asociación líder -en Bra­sil y en Amé­rica Latina­ en la puesta en marcha de intervencio­nes adecua­das para el saneamiento, la legaliza­ción y urba­nización de los suburbios que caracterizan las metrópolis brasileñas. Estamos preparando un gran Congreso interna­cional, que tendrá lugar en julio de 1995 en Belo Horizonte, en el que el A VSI presentará las con­clusiones de una investi­gación sobre la planifi­cación territorial, finan­ciada por el Gobierno italiano y llevada a cabo en seis grandes ciudades brasileñas, y en el que podrán confrontarse mutuamente las princi­pales experiencias mun­diales sobre la posibili­dad de intervención en las megalópolis. Y así continúa nuestra historia. Nuestros amigos de Catania, que desde hace años realizan el Meeting del Mediterráneo, lugar de diálogo y encuentro de las tres religiones mono­teístas, nos han integrado en su traba­jo y pronto comenzará un proyecto de formación profesional en Jerusalén.
Otro proyecto de formación pro­fesional se inició hace dos años en Polonia como conse­cuencia de los contactos
que tenemos desde hace años con realidades amigas en aquel país. Hay una palabra que define bien nuestro trabajo y que nos mantiene alejados de los riesgos de la ideología tercer­mundista y del intelectualismo: com­partir. Y este compartir pasa a tra­vés de la condición normal del adul­to, que es el trabajo: los voluntarios del AVSI son profesionales que trabajan en un contexto preciso para alcanzar ciertos objetivos. Si es ver­dad lo que ha dicho Juan Pablo II «cuando reflexionamos sobre el compromiso por la solidaridad en el campo del desarrollo, la primera y verdaderamente fundamental verdad es que el desarrollo es una cuestión de hombres. Los hombres son los sujetos del verdadero desarrollo y el objeto del verdadero desarrollo son los hombres», entonces nuestro tra­bajo de estos años ha tenido un sig­nificado.


Cómo ayudar al AVSI
1. Disponibilidad para participar en un proyecto del AVSI.
La ley italiana prevé:
- La posibilidad de expectativa para los funcionarios, con ascenso normal en la carrera y los servicios propios de cara a la jubilación.
- Un salario establecido por tablas ministeriales.
- Seguro de accidentes y enfermedades.
- Puntuación válida para concursos públicos.
Actualmente estamos buscando: 1 carpintero para Nairobi, 1 contable para Kampala, 3-4 médicos para Uganda.
2. Disponibilidad para colaborar en las iniciativas de recogida de fondos y de sensibilización de la opinión pública: Tiendas de solidaridad, Campaña de Ruanda, Solidaridad con Bosnia.
3. Disponibilidad para constituir un punto estable y permanente de referencia para las iniciativas de financiación del AVSI. Puntos de este tipo se han puesto en marcha en Trento y Macerata.

 
 

Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón

Vuelve al inicio de página