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Huellas N.03, Marzo 1994

VIDA DE LA IGLESIA

A través de lo humano

Logos e historia. Presentamos algunos fragmentos de la conferencia pronunciada por el Cardenal Ratzinger en el encuentro de los obispos de la Fab (Federación de Conferencias episcopales asiáticas). Hong Kong, 2-6 de marzo de 1993


«La fe no es un camino privado hacia Dios, sino que conduce al interior del pueblo de Dios y de su historia. Dios se ha ligado a sí mismo a una historia que ahora es la suya y que no pode­mos rechazar. Cristo permanece como hombre eternamente, Él conserva su cuerpo en la eternidad. Siendo hom­bre y teniendo un cuerpo, inevitable­mente esto incluye una historia y una cultura, una historia y una cultura par­ticulares, lo queramos o no. Nosotros no podemos replicar al acontecimien­to de la encarnación para contentar­nos, en el sentido de apartar la carne de Cristo y ofrecerle otra distinta. Cristo permanece Él mismo, con su verdadero cuerpo. Pero Él nos atrae hacia sí. Esto significa que, ya que el Pueblo de Dios no es una entidad cul­tural particular, sino que ha sido tomado de entre todos los pueblos, por esto mismo su identidad cultural primaria, nacida de la ruptura, tiene un puesto propio. Pero no sólo esto. La identidad primera es necesaria para permitir a la Encarnación de Cristo, del Logos, alcanzar su plenitud. La tensión de muchos sujetos en el único sujeto pertenece esencialmente al dra­ma todavía incompleto de la Encarna­ción del Hijo. Esta tensión es el dina­mismo real e íntimo de la historia, que se desarrolla bajo el signo de la Cruz, es decir, siempre debe luchar contra los empujes contrarios de la cerrazón mental y el rechazo ( ... ).
«La fe cristiana es un nuevo ini­cio, y no simplemente una nueva variante cultural de una estructura religiosa siempre en vías de desarro­llo. Por este motivo los Padres subra­yaban con énfasis la novedad del cristianismo ( ... ).
«La naturaleza humana de Jesús tiene su inicio en el tiempo, la natu­raleza divina del Lagos es eterna. Las dos son tan distintas como dis­tintos son el Creador y la criatura, y por ello no son intercambiables. Sin embargo, en la Encarnación el Logos eterno ha ligado a sí mismo a Jesús de tal modo que la posibilidad de intercambiar las fórmulas deriva de Su Persona. Ya no se puede pensar en el Logos indepedientemente de su conexión con el hombre Jesús. El Logos ha tomado consigo a Jesús y le ha unido a Sí de tal modo que ambos son una única persona en la dualidad de naturalezas. Cualquiera que entra en contacto con el Lagos toca a Jesús de Nazaret. Jesús es más que el sacramento del Logos.
El es el Logos mismo que en el hombre Jesús es un sujeto histórico. Ciertamente Dios llega al hombre de muchas maneras, y también más allá de los sacramentos. Pero siempre lo hace a través del hombre Jesús que es Su automediación en la historia y nuestra mediación en la eternidad. Cristo no es una simple teofanía, una manifestación de Dios, sino que en Él el ser de Dios mismo entra en uni­dad con el ser del hombre»

 
 

Créditos / © Asociación Cultural Huellas, c/ Luis de Salazar, 9, local 4. 28002 Madrid. Tel.: 915231404 / © Fraternità di Comunione e Liberazione para los textos de Luigi Giussani y Julián Carrón

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